POLVO DE ESTRELLAS

En opinión de Verónica Lisset Sanabria Flores

POLVO DE ESTRELLAS

Nuestro trabajo en las aulas puede enriquecerse con actividades que despierten en el alumno la curiosidad por el mundo que los rodea, desarrollando su espíritu investigador y el gusto por la ciencia y sus misterios.

A pesar de mis limitaciones contextuales invito a mis alumnos a investigar los fenómenos naturales y sociales que se presentan.

Hoy comparto una experiencia que enriqueció el aprendizaje no solo de mis alumnos sino de una buena parte de nuestra comunidad.

Comenzó en una clase con los alumnos sobresalientes de la escuela primaria Mariano Riva Palacio San Vicente de Zacualpan de Amilpas, les pregunte: ¿Saben que somos polvo de estrellas?, en seguida vino la lluvia de ideas, cada uno defendía su aportación con vivencias propias y conocimientos previos.

Vimos videos del universo y la vida en el planeta, registraron las ideas y construimos una frase común: “mientras más observemos el cosmos, más lo conoceremos”.

Hicimos experimentos sobre la energía solar y un alumno dijo ¿Podemos ver con un telescopio la constelación de Orión?

Cuando le platique al director de la USAER 57 me contestó “-Si los alumnos quieren ver el espacio con telescopio… así será”.

 Logramos que dos grupos de astrónomos, “Nibiru Asociación Astronómica” de la UNAM y “Cosmos SideWalk”, apoyaran el proyecto, se buscó la ayuda del ayuntamiento, DIF municipal y padres de familia para la primera observación astronómica en Zacualpan, el 27de enero de 2023, que coincidió con el paso del cometa verde C/2022E3(ZTF) cerca de nuestro planeta.

 Los astrónomos llegaron con sus telescopios enormes y en la unidad deportiva de Zacualpan se desató una gran fiesta de conocimiento, la emoción por los astros se sentía en el aire.

Adultos y pequeños ávidos de información cósmica preguntaban y los astrónomos contestaban con precisión, exclamamos juntos al ver un meteoro y cuando el tren de satélites artificiales atravesó el cielo.

Algunos alumnos corrían de telescopio en telescopio, otros llevaron telescopios propios para aprender a usarlos adecuadamente. Apreciamos el sol, la nebulosa de Orión, la nebulosa Delfín, las Pléyades, Júpiter y sus lunas, el rojizo Marte, los cráteres de luna y quienes permanecieron hasta la madrugada lograron ver el cometa verde.

Lo que inicio con una pregunta terminó en un campamento nocturno regional. Contextualizar el conocimiento atrapó la atención de mis alumnos y fortaleció su pensamiento crítico. El cansancio fue mucho, pero fue mayor la satisfacción de ver a cientos de niños disfrutar de la ciencia en su pueblo.

Impulsar este tipo de cosas, no es fácil, pero me atrevo a pensar que mis alumnos recordarán toda su vida la noche en que los astros salieron solo para ellos y a su maestra de educación especial que consiguió los medios para ver el cosmos y los invito a soñar con navegarlo algún día.

 Soy muy feliz porque mis alumnos ya saben que son polvo de estrellas.