Observador político - Los pendientes de la Legislatura LV

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político - Los pendientes de la Legislatura LV

La acusación y petición de expulsión del Partido Morena que hace algunos días hizo el empresario  Arnulfo Montes Cué en contra del Coordinador General de Política y Gobierno de la República no es nuevo, luego de que desde el 2019, hizo lo propio al acusar a Rabindranth Salazar Solorio cuando era director general del Banco del Bienestar, porque supuestamente dejó sin apoyo económico a cientos de morelenses beneficiarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

OTRA VEZ, RABÍN.- En razón de ello, Arnulfo Montes Cué sale sin ser nadie a escena para irse con todo contra Rabín a quien le ha llovido chulo y bonito tras los yerros políticos cometidos en los últimos meses como fue la visita que realizó a las Vegas sin importarle ser un miembro de la Cuarta Transformación, donde sus integrantes como su jefe AMLO, deben mantener una política y austeridad republicana que no ha logrado poner en marcha. Por eso, fue de risa la declaración de Montes Cué de exigir su destitución sin ser nadie, absolutamente nadie en el partido que fundó Andrés Manuel López Obrador.

Basta con recordar cuando en el 2019 cuando acusó que las acusaciones hechas en su contra fue parte de una revancha política en la que incluso, estaría involucrado el crimen organizado. En esa ocasión no quedó fuera otra vez de su línea de ataque Rabindranath y la familia Rabadán Castrejón. Incluso, el empresario relacionó a Rabín con el ex gobernador Graco Ramírez, argumentando que tenían interés por desestabilizar al gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo. El primero para sacar provecho político y el segundo para evitar que procedan las denuncias penales que existen en su contra. “Él y Graco están atrás”, de todo, acusó el empresario desde hace tres años.

DECISIONES LEGISLATIVAS.- A diferencia del año pasado cuando se entramparon los integrantes de la Legislatura LV ahora las cosas son totalmente distintas, debido a que mediante operaciones internas y acciones de unificación lograron tener al menos 14 votos como se evidenció en la última sesión de pleno, por lo tanto, las cosas ahora son diferentes aunque la intención de la mayoría de los parlamentarios es de mesura y diálogo dejando aún lado la presión, los ataques y exigencias como ocurrió a finales del año pasado.

Hasta el momento no han tocado el tema de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF) a la que pretendían desaparecer porque pese a ser un supra poder, los legisladores señalaron que ha sido un elefante blanco y por lo tanto, sus actos realizados en los últimos años no han trascendido en las investigaciones que se realizan y solo obedece a los intereses de los diputados y Ejecutivo en turno. Ese tema tan espinoso y controvertido en este momento no se encuentra en el radar de los legisladores y por lo tanto, contribuirá a evitar conflictos con el estado.

A pesar de que, hay que decirlo, la ESAF ha sido un brazo ejecutor de los diputados en turno que la han utilizado para sus venganzas y presiones de carácter político, contra aquellos titulares de poderes como el Ejecutivo y Judicial, a las dependencias que reciben recursos públicos así como a los alcaldes tal y como se registró en su momento durante la legislatura 54, que amenazó a un grupo de ediles que se rebelaron porque no les fueron aprobadas sus leyes de ingresos, algunas de cuáles contenían incrementos en impuestos.

La ESAF es considerada para algunos abogados como un supra poder porque esta dependencia audita prácticamente a todas las instituciones que perciben recursos públicos en la entidad, pero no lo hace con los diputados –que son sus patrones- ni con ella misma. De ahí la importancia de la actual legislatura de modernizarla, actualizarla, dotar de todos los elementos mínimos indispensables para obligar sin presión o línea política a todos los ayuntamientos con la finalidad de evitar malos manejos financieros como ha ocurrido durante décadas.

Los actos de corrupción que se han cometido en diversas áreas y dependencias gubernamentales es evidente, obvio sin embargo, tal parece que si no se les ordena la ESAF no actúa y como ejemplo, está todo lo que ha ocurrido en varios municipios de la entidad como el de Cuernavaca cuando gobernó Antonio Villalobos Adán y áreas como el SAPAC donde hoy en día varios de ex regidores y ex servidores públicos pueden ser vinculados por peculado, desvió de recursos, entre otros delitos sin que haya intervenido jamás la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización.

Por lo tanto, a diferencia del año pasado las cosas son totalmente diferentes entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, muestra de ello es que la visita que realizó a Yautepec el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo fue no solo bien vista sino bien recibida por los Agustines Alonso, padre e hijo, argumentando que “necesitamos caminar por el mismo rumbo, no hay lugar para estar divididos por ideologías partidistas, es momento de que los morelenses y yautepequenses caminemos juntos”.

Y agregó el parlamentario de Nueva Alianza: “Conozco lo suficiente al gobernador Cuauhtémoc Blanco porque fuimos presidentes municipales y sé que las cosas las quiere hacer bien, platicamos y su sentir era ver un Cuernavaca mejor y sin violencia, hoy tenemos la mejor oportunidad Cuauhtémoc, cuenta con el granito de arena de un servidor para que esto sea una realidad”.

Habrá que ver si estos buenos deseos se traducen en el Congreso del estado por ejemplo en temas como el presupuesto que se puede aprobar y que sería de alrededor de 31 mil 500 millones de pesos para el 2023, sin tocar la cláusula de confidencialidad para que puedan transitar de manera coordinada en las siguientes semanas sobre todo, de quien sin lugar a dudas se mantendrá como presidente de la Comisión de Hacienda y Cuenta Pública, Agustín Alonso Gutiérrez

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