Observador político - El covid-19 y el proceso electoral

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político - El covid-19 y el proceso electoral

La mayoría de estados del país se pintó del semáforo color amarillo porque los contagios por el SARS-CoV-2 van disminuyendo paulatinamente, pese a que actualmente hay 600 mil confirmados, ya casi 65 mil defunciones y cien mil sospechosos.  Esta decisión gubernamental es alentadora, empero, muchos han empezado a bajar la guardia y a días de que inicie el proceso electoral 2020-2021 que tanto riesgo representa para la población los actos masivos que realizan irresponsables líderes partidistas.

LOS LUGARES DE ALTO CONTAGIO.- El hecho de que en México se tenga una curva normal y más aún que en las últimas semanas se haya tenido una disminución en por lo menos las cinco últimas  semanas, lo que ha ocasionado que diversos establecimientos y giros que deben estar aún cerrados han decidido abrir sin importar el riesgo de las multas que ello conlleve. Por ejemplo, hay discotecas que públicamente dan servicio e invitan a sus clientes a participar como sucedió el viernes pasado con Kaoba, al invitar a su baile de los 70´s y 80´s a pesar de ser un lugar cerrado y de mantenernos en semáforo color naranja. Pero no es el único, clandestinamente hay gimnasios, bares, y fiestas privadas las que siguen realizando entre su clientela sin que autoridad alguna les haga algo al respecto. En todos estos casos sin excepción, el riesgo por contagio del coronavirus es altísimo, lo mismo que sucede en las rutas en las que literalmente la mayoría de los choferes no traen cubrebocas, no obligan al pasaje a portarlo y si no hacen eso, menos sanitizar las unidades. Por ello, el riesgo de que no se vaya el virus es alto y requiere de una verdadera conciencia social de la población en general para tomar todas las medidas preventivas necesarias.

Los especialistas juran y perjuran que las fiestas como bodas, conciertos, cines son de altísimo riesgo de contagio, porque son los lugares en los cuáles se puede dar mediante gotas respiratorias producidas cuando una persona infectada tose, estornuda o habla y que pueden  estas gotas caer en la boca o la nariz de las personas que están cerca o posiblemente se inhalen en los pulmones.

El punto al que quiero llegar es ¿qué sucederá con el inicio del proceso electoral? en el que varios de sus dirigentes como constantemente lo está haciendo el Partido del Trabajo, intensificarán sus actos de proselitismo en los que habrá mucha gente, y varios de ellos incluso, sin atender las medidas de sanidad correspondientes. La autoridad electoral tanto la federal como la local no tienen facultades para frenar a sus voraces dirigentes partidistas y solo les queda apelar a su buena voluntad para hacer conciencia, y evitar en la medida de lo posible evitar contagios. Y es que la con la pandemia de covid-19 las precauciones sanitarias se tuvieron que haber convertido ya en una rutina sin que por desgracia esto suceda.

LAS ELECCIONES Y EL COVID.- La situación del covid-19 obligó al gobierno federal y estatal a suspender toda actividad masiva por ello, se cerraron las escuelas  básicas así como de los niveles medio, superior y superior e hicieron muchas limitaciones. El punto es, quien obligará a los partidos a evitar actos en los que se siguen presentando casos de acarreo de gente y eventos donde van cientos de personas lo que sin duda, es un atentado contra la salud de las personas que la mayoría de las  veces acuden por necesidad y con la promesa de obtener unos cuantos pesos.

Tal parece que para algunos representantes partidistas poco o nada les importar que la pandemia haya trastocado aspectos fundamentales de la vida social del ser humano, y que haya restringido su participación en reuniones y encuentros públicos porque ellos han decidido prácticamente romper esas reglas. Lo mismo se da entre abogados que se han reunido de forma masiva; así como de aspirantes a la sección 19 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, como se pudo constatar con el gris y nefasto Felipe Castro Valdovinos, quien a pesar de haber realizado una labor nefasta en la dirigencia del Partido Nueva Alianza, luego de que alió y vendió a quien fuera candidato al gobierno de Morelos por el PRD y PSD, Rodrigo Gayosso Cepeda, ahora con esa desfachatez que lo caracteriza tuvo la osadía de convocar a una reunión en la que participaron varios maestros, para darles a conocer su interés de competir y tratar de convertirse en el sucesor de la maestra Gabriela Bañón. El personaje de marras, fiel a sus ideales y costumbre poco le importó que nadie guardaras las medidas de prevención sanitaria con tal de alcanzar su objetivo político de convertirse en el mero jefe del magisterio en el estado sin importar el grave costo social y de salud en el que pudo haber incurrido.

Es así que no resulta sorprendente que los procesos electorales se conviertan en una víctima inmediata e inevitable de la pandemia, y que las elecciones que empezarán a partir de la próxima semana se constituyen en grandes acontecimientos sociales que movilizan a miles de personas y reúnen a sociedades enteras. De ahí el riesgo que representan los eventos masivos de los aspirantes a los diferentes cargos de elección popular y de los partidos políticos, puesto que no existe ningún otro ejercicio estatal o nacional que realicen reuniones de esta magnitud operacional, participación multitudinaria y de complejidad jurídica y procesal.

La logística que realizan aspirantes a candidatos y políticos es de tal envergadura que representa incluso la operación más costosa y gravosa desde el punto de vista administrativo y logístico para una democracia.

De ahí la importancia de que en estos tiempos de pandemia, la sociedad en su conjunto mantenga sus precauciones si se encuentra con personajes abusivos que los obligue a participar en sus actos políticos, para guardando la distancia y generando las condiciones de salud, eviten ser personas de alto riesgo en posibles contagios y de ahí la urgencia de que los órganos electorales exhorten a los dirigentes partidistas, a poner orden y mantener la prudencia en sus actos de proselitismo político.

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