Observador político - Dalila y los hermanos Terrazas
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
El pasado 24 de octubre la ex diputada local Dalila Morales, mujer leal a los hermanos Juan Carlos, Óscar Daniel y Adrián Martínez Terrazas se convirtió en la primera mujer en la historia del estado en ganar la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional (PAN) en Morelos a través de un proceso interno y democrático, al obtener una amplia diferencia de votos de su contrincante Denisse Pérez.
GANÓ “LA SANTÍSIMA TRINIDAD”.- Bien por la diputada que pese a todo lo que hubo en la legislatura 54 fue de lo más congruente en comparación con sus demás compañeros, y por lo tanto, durante la campaña de proselitismo político que realizó recientemente se sabía con anterioridad de las altas probabilidades de triunfo sobre todo, porque pese al rechazo y animadversión que ha logrado la familia de los Terrazas por su ambición desmedida al dinero y a las posiciones de representación popular tanto en el Ayuntamiento como en el Congreso de la Unión, nadie les hacía sombra en virtud de que en el PAN hoy en día, no existe una oposición serial, real y formal.
Salvo la caricaturesca imagen de algunos personas que en algún momento tuvieron espacios importantes pero que jamás trascendieron y mucho menos dejaron huella, no lograron consolidar un proyecto a corto, mediano y largo plazo porque todas sus acciones, como sucedió con Juan Pablo Adame Alemán, quién se basó más en las ocurrencias, sus caprichos y sobre todo en despilfarrar la poca imagen entre la militancia que aún le quedaba a su padre el exgobernador Marco Antonio y lo que sería, además, el retorno del grupo prácticamente desaparecido de “La Sagrada Familia”.
¿Pero y por qué me refiero al caso de Juan Pablo Adame si compitieron Dalila vs Denisse? Simple, en ambos casos siempre prevalecieron las figuras de Óscar Daniel Martínez Terrazas y Juan Pablo Adame Alemán. En el primer caso, después del grosero, bochornoso y descardo caso en el que se vio involucrado el ex diputado federal al falsificar documentos oficiales e intentar hacerse pasar como “un candidato indígena” sin serlo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) lo desenmascaró y le quitó no la candidatura sino la curul de San Lázaro en razón de que había perdido en la elección federal del seis de junio pasado pero hábilmente como son los Terrazas, lo integraron en los primeros lugares plurinominales de la lista de la cuarta circunscripción que integra a Morelos y había quedado ya como legislador en lo que sería su primera reelección.
Sin embargo, al final hubo justicia divina y ese cargo no solo se le cayó sino quedó como un personaje mentiroso, que violentó la normatividad electoral falsificando documentación falsa para poder competir como candidato. Bien le fue a Óscar Daniel que lo corrieron literalmente los magistrados del Congreso de la Unión. Pero además, el hermano del ahora ex dirigente estatal del PAN, Juan Carlos, pretendía integrarlo en la administración municipal que habrá de encabezar José Luis Urióstegui a partir del primer día de enero del próximo año. Lo malo, es que tiene cerradas las puertas del próximo gobierno de la capital. Situación que le llevó a buscar refugió y al final, la familia denominada por la militancia panista como “La Santísima Trinidad”, no debe desprenderse de la matriz que les ha dado y permitido colocarse a los carnales en posiciones estratégicas en cargos de elección popular y administraciones municipales y por ello, Daniel será la sombra y conciencia de Dalila Morales a quién tendrán acotada, para que no diga ni haga algo que contravenga los intereses de los Terrazas.
En tanto que Juan Carlos se habla de una incorporación al Comité Ejecutivo Nacional del PAN que encabeza Marko Cortés, para desde ahí continuar con la ampliación y continuismo de Acción Nacional en Morelos.
Lo cierto es que las primeras declaraciones de la dirigente estatal del PAN, Dalila Morales es congruente con su actuar, a diferencia de sus protectores, porque le está dando apertura a contrincante así como a su grupo político, al precisar que van unidas por Acción Nacional.
El reto que de ambas mujeres es trabajar por la unidad y fortalecimiento del blanquiazul quienes lograron de manera conjunta 2 mil 452 votos de militantes panistas de poco más de tres mil votos por lo que la participación fue muy buena por ser un proceso interno. Lo que está fortaleciéndose actualmente es la inclusión de con Denisse Pérez Rodríguez y su compromiso de sumar esfuerzos como muestra de generosidad y sororidad de Dalila, quien anunció que gestión será de puertas abiertas que mucho lo requiere.
Y este será precisamente el punto fundamental donde Dalila tendrá que trabajar con miras a los comicios del 2024, de incluir no sólo al equipo de Denisse Pérez y Juan Pablo Adame, sino a todos los demás panistas que estuvieron prácticamente congelados, rechazados y olvidados por los carnales Terrazas que siempre vieron a la oposición panista como enemigos y decidieron aislarlos.
Si en verdad Dalila Morales Sandoval quiere tener una dirigencia auténtica en la que sea ella la que mande y realice los cambios democráticos internos deberá ser transparente y rendir cuentas financieras de las prerrogativas para evitar suspicacias y dudas de en qué y cómo se destinan los dineros que percibe el PAN a través de las prerrogativas que les otorga el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac).
Los nuevos tiempos democráticos de las mujeres llegó al Partido Acción Nacional. Tocará ahora demostrarlo en los hechos y evitar la ampliación de gestión azul como pretenden los carnales Terrazas.
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