Observador político - Cuernavaca sin ley

Durante los últimos días, miles de ciudadanos del estado y turistas se
han visto afectados por los bloqueos qué vecinos de diversas colonias
–con o sin razón- han estado realizado en calles y avenidas, como una
forma de presión para exigirle al gobierno de Cuernavaca y al SAPAC,
la distribución del servicio de agua potable del que han crecido en
semanas y hasta en meses. Dicha petición para misión imposible y en lugar de disminuir el conflicto escala a pasos agigantados.

VACIO DE PODER.- La respuesta no ha sido la adecuada, tal parece que
existe un vacío de poder  en la capital de Morelos, debido a que nadie
quiere dar la cara ante la sociedad en estos momentos de crisis, sin importar que con su actuar están despertando al Cuernavaca bronco.

El presidente municipal, Antonio Villalobos –que se desentendió ya por completo-, la síndico Marisol Becerra de la Fuente; los integrantes del cabildo entre estos: Gerardo Güemes Manzo, regidor de Organismo Descentralizados; Jesús Martínez Dorantes, de Hacienda; Anayeli Fabiola Rodríguez Gutiérrez, de las Comisiones de Servicios Públicos Municipales; y Antonio Sánchez Purón, Presidente del Consejo
Consultivo que integran la Junta de Gobierno del SAPAC, junto con la directora del Sapac, Jennifer Negrete Contreras que sesionan cada mes forzosamente y ante un panorama tan negro como el actual, lo mínimo fue convocar a uno extraordinario y declararse en sesión permanente hasta resolver el asunto.

Incluso, tal como señala el artículo 9 del órgano operador cuando se constituyó legalmente, que hasta pueden invitar a representantes de los gobiernos federal y estatal -con voz y sin voto- para resolver la crisis del agua que vive la gente por la carencia del agua potable.

Pero no, hasta el momento no han mostrado interés, voluntad ni acciones legales para destrabar el conflicto que les puede explotar si la gente, como ya amenazó, intenta hacerse justicia por su propia mano para evitar que la Comisión Federal de Electricidad, les siga negando la luz a los pozos de agua.

Incluso, los objetivos del SAPAC siguen siendo letra muerta, lo mismo que sus metas, visión y sus valores sobre todo porque no gestionan recursos federales y no hacen nada para lograr recuperar la cartera vencida, que e dinero es mucho.  Por otro lado, no hacen llegar a todos los hogares del Cuernavaca la cantidad ni calidad del agua potable que requieren los habitantes.

Desde siempre, el órgano operador del agua se ha comprometido a dotar con eficiencia, calidad, eficacia y transparencia servicios de agua potable, saneamiento y alcantarillado a los habitantes del municipio de Cuernavaca a través del uso de tecnologías, gestión y aplicación de proyectos profesionales, así como acciones sociales que beneficien a la ciudadanía. Solo buenos deseos que se traducen en compromisos incumplidos de todos quienes integran la Junta de Gobierno del SAPAC, pero que, en los hechos, no hacen absolutamente nada, lo mismo sucede con el estado y la federación. Es síntesis, tal parece que vivimos en una ciudad sin ley.
Lo peor, lo absurdo, inverosímil y ridículo es que la directora Jennifer Negrete, contrató un despacho jurídico, obvio con gastos ofensivos en plena crisis, para tratar de iniciar acciones legales por daños sociales en contra de la Comisión Federal de Electricidad. No les cae el 20 que el problema se generó porque dejaron de pagar un servicio que les ofrecían puntualmente.

A las autoridades municipales en turno no nos importa en lo absoluto maniobrar ni buscar alternativas para resolver la problemática social que cada vez Se incrementa de manera intensa y solamente están tratando y obtener recursos que les permita una liquidación Al momento de tener que firmar su salida.

¿Y EL CONGRESO, APÁ? Si la gente no paga el agua, simple, el SAPAC se la corta y después tienen que pagar reconexión. ¿Y qué pasa si la gente deja de pagar la luz? La respuesta es la misma, la suspensión de energía viene en automático, luego entonces no se entiende porque si se aplican estas políticas a todos tendría que haber una excepción con el órgano operador del agua que no solo no paga su consumo, sino que se niega, bajo el pretexto que quieran, de liquidar la deuda que administraciones pasadas les dejaron por más de 265 millones de pesos.

El caos vehicular, los enfrentamientos verbales registrados y lo inconforme que sigue estando la gente de Cuernavaca puede provocar conflictos, sobre todo sociales, entre quienes pretenden defender que ya no les suspenda la energía eléctrica la CFE como el personal de la empresa de clase mundial que tiene que cumplir la labor encomendada. Los últimos días han sido difíciles y ojalá esto se resuelva a la brevedad porque los hechos dicen todo lo contrario a los discursos y comunicados oficiales del municipio.

Otros que están inmersos y que deben de actuar en lo inmediato porque también se vuelven en cómplices y omisos son los diputados, quienes por menos ya habrían mandado llamar a los responsables de las áreas en conflicto para tratar de dirimirlo, pero tal parece, ya lo que quieren es llevarse lo que les queda de dinero en el Congreso y continuar con sus vacaciones permanentes.

Los diputados de la actual legislatura son corresponsables de los sucesos porque ellos son representantes populares y están para velar por los intereses de quienes les dieron su voto y su confianza, pero ante el dilema del asunto, hacen caso omiso al conflicto argumentando que no es de su competencia el tema.

El que ya puso su distancia y dejó claro lo que sucede en esa dependencia es
José Luis Urióstegui, alcalde electo quien sintetizó todo; Corrupción.

Hoy en días, por lo tanto, no se necesita de magia ni de deseos de buena voluntad, lo único que se requiere es dinero, es pagar la deuda que se debe y al menos los consumos que se hacen de energía cada mes. Es urgente que intervenga el gobierno federal y pacte con la CFE la deuda que tiene el SAPAC porque de lo contrario, el entramado político, jurídico y social continuará no sólo en la próxima administración sino en las venideras y los únicos afectados son y seguirán siendo los habitantes de Cuernavaca porque el problema colapsará.

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