Observador político - Castigó Morena a sus diputados federales por Morelos

Durante los últimos años, hemos sido testigos de una lamentable realidad en la política mexicana: la mayoría de los y las diputadas de Morena han optado por una estrategia de pasividad y omisión, traicionando así las expectativas y necesidades del pueblo que supuestamente representan; es evidente que muchos de ellos llegaron al poder aprovechando la ola de apoyo hacia Morena, sin embargo, una vez obtenida la curul en San Lázaro, optaron por la comodidad y el oportunismo político en lugar de comprometerse verdaderamente con las problemáticas de sus comunidades.

BRENDA, PANI, JORGE Y GACHUZ, ADIOS.- Es cierto que existen excepciones loables, pero son escasas frente a la abrumadora inacción generalizada de los dizque representantes populares, de ahí que, la reciente decisión de su propio partido de dejarlos sin candidaturas es una consecuencia directa de su falta de compromiso y responsabilidad para con el pueblo de Morelos; por lo tanto, la traición no viene solo desde la cúpula del partido, sino que también proviene de quienes fueron electos para ser la voz de los ciudadanos en el Congreso.

Estos son los casos ejemplares de Jorge Alberto Barrera Toledo, Alejandra Pani Barragán, Brenda Espinosa López, y José Guadalupe Ambrosio Gachuz, quienes todo hace indicar que tendrán que estar en el banquillo de los desempleados por los próximos años, gracias a su ineficiencia y falta de compromiso social luego de que su partido Morena, los castigó al no otorgarles una candidatura como lo pretendían, salvo el caso de Juana Guerra Mena que buscará el senado con Víctor el “Wero” Mercado.

Y es que, en lugar de sumergirse en las problemáticas reales que afectan a Morelos, prefirieron mantenerse al margen, contentándose únicamente con tomarse selfies y fotos con figuras de alto perfil político, sin preocuparles y olvidándose de las necesidades básicas de su gente que vive y padece todos los días de problemas como: la inseguridad (asesinatos, secuestros, desaparecidas, extorsión, robo de autos, y otros delitos), el desempleo, la falta de oportunidades y servicios básicos como el agua potable y la recolección de basura.

En realidad, es indignante ver cómo estos representantes populares se alejaron del deber moral y ético que implica su cargo, privilegiando su propia imagen sobre el bienestar de sus electores, de quienes les dieron su confianza y su voto para que ocuparan esos cargos; por ello, la falta de liderazgo y compromiso de estos diputados no solo es una traición al pueblo de Morelos, sino también una afrenta a los principios fundamentales de la izquierda política.

AMBICIÓN DESMEDIDA.- Esta es una constante entre los legisladores de Morena, quienes han buscado ocupar todos los cargos posibles, desde la gubernatura, senado, hasta la presidencia municipal de Cuernavaca, sin haber dejado un impacto significativo en la vida de los morelenses; personajes como Alejandra Pani Barragán, Brenda Espinosa López y Jorge Alberto Barrera Toledo han caído en el olvido de la población debido a su falta de presencia y trabajo en la región.

Incluso aquellos que han ocupado posiciones relevantes, como Juana Guerra Mena, presidenta de la Comisión de Seguridad Pública en el Congreso de la Unión, han sido cuestionados por su ausencia en momentos críticos, como la crisis de inseguridad que azota la zona oriente de Morelos. Aunque logró obtener la candidatura al Senado de la República, su representatividad entre el pueblo es mínima.

Es preocupante constatar que la mayoría de los ciudadanos desconoce quiénes son sus actuales representantes en los distintos distritos federales de Morelos. Personajes como Jorge Alberto Barrera Toledo, Alejandra Pani Barragán, Brenda Espinosa López, Juana Guerra Mena y José Guadalupe Ambrosio Gachuz han pasado desapercibidos durante su tiempo en el cargo, y pronto serán relevados sin haber dejado huella en la vida política del estado.

La situación se agrava con los diputados plurinominales, como Eduardo Enrique Murat Hinojosa y Klaus Uwe Ritter Ocampo, quienes nunca han sido vistos en eventos o actividades en Morelos, evidenciando que su designación fue simplemente resultado de decisiones partidistas a nivel nacional.

Ante este panorama desolador, destaca la figura de Jessica Ortega de la Cruz, diputada federal de Movimiento Ciudadano, quien además de ocupar cargos relevantes (vicepresidenta de la Mesa Directiva) en el Congreso de la Unión, ha sido reconocida por su liderazgo y arraigo en Morelos, un ejemplo de ello es su postulación como candidata a la gubernatura del estado para este proceso electoral que refleja una alternativa con verdadero compromiso y conexión con la ciudadanía.

NOQUEADO POLÍTICAMENTE EL “CHECO” PÉREZ.- El senador que ha adoptado el apodo del reconocido piloto mexicano de Fórmula 1, ha estado invirtiendo grandes sumas de dinero en publicidad y promoción para reforzar su imagen, con la clara intención de postularse como candidato a la alcaldía de Cuernavaca por Morena, sin embargo, esta estrategia parece haber caído en saco roto, ya que su desconexión con el estado de Morelos en los últimos años y su fracaso en la elección interna para elegir consejeros estatales y congresistas nacionales de Morena evidencian su falta de arraigo en la entidad.

Mientras “Checo Pérez” y sus colegas legisladores federales apenas comienzan a recorrer las calles de Cuernavaca en este proceso electoral, figuras como Javier Bolaños Aguilar y Meggie Salgado están mejor posicionadas en las encuestas como posibles candidatos a la alcaldía. Otros aspirantes, como Jaime Juárez, Alejandra Flores, Andrés Martín Bahena y Ana Cecilia Rodríguez González, parecen resignarse a conformar una planilla como regidores, reconociendo que no tienen el respaldo necesario para liderar la contienda.

La ambición política del "Checo" Pérez, alimentada por una estrategia de marketing político que intenta capitalizar su supuesta popularidad, parece chocar con la realidad de un electorado que demanda autenticidad y compromiso con los problemas reales de la comunidad; su intento de convertirse en la figura principal de la contienda electoral se desvanece frente a candidatos que tienen un vínculo más sólido y genuino con la ciudadanía de Cuernavaca.

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