Municipios en Jaque 2
En opinión de Mirna Zavala
Decía en mi participación anterior que una de las razones por las que los municipios enfrentan dificultades financieras obedece al sin número de demandas por despidos injustificados y laudos que deben cumplimentar que en muchos casos son elevados.
Decía que esta problemática vino aparejada con los diferentes cambios de partido en las sucesivas administraciones a partir de 1997. La dinámica obedecía a que cada administración entrante llegaba con sus equipos y pedían a las administraciones salientes las renuncias correspondientes de su personal de confianza, con el paso del tiempo gran parte de dicho personal aun cuando fuera de confianza entraba en conflicto con sus presidentes municipales, que ya no tenían control o influencia en su personal o simplemente dejaban correr las cosas, y optaban por demandar por despido injustificado buscando las indemnizaciones correspondientes. Esta dinámica se fue presentando cada vez más frecuentemente no solo en cada ayuntamiento sino también en un mayor número de municipios. Como era de esperarse, esta dinámica continúa con el consecuente incremento de las obligaciones económicas por pago de indemnizaciones o demandas pérdidas, con el argumento de derechos adquiridos como parte de la protección de los derechos laborales de los trabajadores. En los últimos años, de manera irregular una gran cantidad de demandas son dilatadas en las instancias correspondientes, como medida provisional e injusta para muchos trabajadores que esperan resoluciones. Las respuestas son evidentes, “debo no niego, pago no tengo” cómo reza el adagio. Efectivamente, no hay recursos para solventar los compromisos.
Antes de la alternancia, era común que gran cantidad de personal municipal rotara en las diferentes administraciones municipales. Así, por ejemplo, un tesorero en Cuernavaca podría tener el mismo cargo en otro municipio en la administración siguiente, lo mismo ocurría con un secretario del ayuntamiento y otros cargos de primer y segundo niveles, al fin y al cabo, la administración era del mismo partido y los gobernadores mantenían control incluso sobre el propio personal. Además, finalmente las personas decidían no demandar, sea por que les encontraban acomodo, porque el presidente saliente los llevaba a sus nuevas responsabilidades, por costumbre o porque simplemente sabían que no ganarían una demanda. Situaciones que fueron cambiando con el paso del tiempo.
Ello trajo aparejada la imposibilidad de avanzar en el fortalecimiento del servicio civil de carrera, que en gran medida se circunscribía a posiciones muy técnicas, tan incluido en las leyes, pero siempre como “letra muerta”. Y bueno, pues en esas estamos. Frente a un fenómeno recurrente, con escasas posibilidades de solución y siempre cada vez más agravado, pero con débiles inercias permanentes de resolución.
Sin duda, un reto por resolver no solo para bien de las propias personas, los ayuntamientos y el beneficio social. Que tengan excelente semana.