¡Me dueles México! - Ni uno menos
En opinión de Alicia Vázquez Luna
La sociedad tiene tantos problemas que se ve difícil por dónde empezar. Al cumplir un año en gobierno de la 4ª. T, hay opiniones a favor y en contra. ¡Qué bien! Significa que todos tenemos el derecho de opinar y que es adversarial el ejercicio de gobierno. Me da gusto porque creo que aun pensamos, luego existimos como lo señaló René Descartes “cogito ergo sum”
El tema más elocuente es la Seguridad. Todos los ciudadanos hasta el menos inquieto tienen una percepción de que no estamos bien. Mas insistiere por enésima vez, ¡cada hombre cada mujer, han colocado su granito de arena para tener este desmadre!
Más de una vez los gobiernos han pretendido excusar la actual violencia con los que les han precedido, es cierto más no por esta razón están justificados en cruzarse de brazos, al asumir el mandato con todos los problemas que tienen los hacen suyos para eso fueron votados caso contrario se hubieran quedado los mismos. En el caso de Cuernavaca, tendríamos al PRI, en el caso de la gubernatura al maquiavélico de Graco y el PRD; en la presidencia al PRI y así en todo el país con las demás alcaldías y gubernaturas; no fue así los ciudadanos elegimos a otros, es justo y legítimo el reclamo de “ya deja tu viejo discurso” pónganse a trabajar en serio.
Alfonso Durazo y su Guardia Nacional, militarizando la seguridad pensó que se resolvería en corto tiempo, f a l s o. Despreció a la Policía Federal y nadie dijo nada después de la macro inversión en este cuerpo policial. No ha desparecido a los municipales y estatales porque sería demasiada osadía. Los problemas se van acumulando entre viejos (antiguos gobiernos) y los nuevos que no saben en realidad cómo construir una política criminal t r a n s v e r s a l con los demás hombres y mujeres del gabinete. AMLO sabe mejor que nadie que así debe generar las políticas públicas; ha sentido el pulso de todo el país, pero es un hombre tan mortal como usted y yo, sin un equipo consciente y entregado a una nación no será posible evolucionar y si quieren y maquillan la realidad tendremos más de lo mismo, todo gracias a una sociedad que sigue enajenada en su individualismo, en su pragmatismo y hedonismo.
En los últimos meses ha sido una constante tener a policías caídos en el cumplimiento de su deber. Nadie tiene una idea de lo que significa en realidad la seguridad pública y menos ser policía operativo (de calle día y noche) donde te das cuenta de la miseria humana y de que están solos los policías en una lucha que es de todos. El mal trato que se les otorga como si fueran animales y no personas. Ciertamente el trabajo es duro y ellos están mentalizados a los escenarios crueles, pero también es cierto que sienten como cualquiera de nosotros en nuestra comodidad. En las marchas no veo a nadie pidiendo mayores condiciones laborales de nuestros policías, sí son de nosotros no son los policías, cada policía nos cuesta centavo por centavo y lo que es nuestro debemos aprender a cuidarlo. Se mueren policías por delincuencia común y por la organizada, pero siguen cayendo.
Las familias de cada policía caído se quedan a la deriva, nada les garantiza su calidad de vida y a la sociedad le es indiferente.
En la política criminal si no se empieza a observar este tratamiento a los cuerpos policiales seguirán fallando en seguridad pública. No responderán porque hoy hasta los policías tienen miedo.
Ni uno menos implica verdaderas estrategias, planes y acciones en crear modelo policial integral y transversal, quien debería verificar las acciones y recursos destinados no está haciendo su trabajo, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública se inclina ante los gobiernos estatales y es incapaz de señalar los vicios de la profesionalización, equipamiento y mejoras laborales. El pretexto de la asunción o mando único policial ha permitido una simulación terrible a la operación policial, por ello siguen cayendo nuestros policías, si ellos caen nosotros también tendremos la posibilidad, ni uno menos, dónde están los marchistas para exigir ni uno menos al unísono, ni uno menos porque un policía caído significa que mil ciudadanos no serán protegidos.