Lo bueno y lo malo

En opinión de José María Román Román

Lo bueno y lo malo

Con un gobierno estatal ajeno a los problemas de salud de los ciudadanos, con un Covid 19 sin cura a la vista, Morelos enfrenta una doble crisis, la económica y la de salud. Pero no todo es malo, dentro de la sociedad surgen grupos que dan esperanza a la condición humana por la solidaridad con que actúan en beneficio de aquellos que el gobierno ha desatendido: a sus trabajadores de la salud.

Vemos cómo diversas organizaciones, e incluso ciudadanos en lo individual hacen un esfuerzo económico para hacerles llegar a los hospitales diversos equipos que le sirve al personal médico para medio protegerse de la pandemia que nos azota. Algunos grupos lo han hecho en Cuernavaca, otros en Cuautla y Jojutla. Por desgracia no es suficiente el número de tapabocas y mascarillas que aun no siendo de fábrica, con mucho amor y deseos de ayudar, infinidad de personas hacen un esfuerzo por entregar estos equipos a los hospitales. El gobierno ha sido omiso y carente de responsabilidad para entregar lo mínimo necesario para su personal de salud a fin de que pueda protegerse. Este fenómeno por desgracia no es privativo de los nosocomios estatales, también la parte federal tiene el mismo dilema. En el IMSS hemos visto como las protestas públicas no se hicieron esperar. En  los hospitales del estado, ni tiempo les ha dado para hacerlo de forma masiva pero sabedora de este dilema, la sociedad ha respondido y enviado equipos a fin de hacer menos riesgosa la actividad que de forma muy valiente realizan enfermeras y médicos de los hospitales. Dice mucho de estas personas que en lo individual son admirables por su valor altruista.

Debemos sentir orgullo por esos ciudadanos, mujeres y hombres, esposas de médicos y trabajadores miembros de la sociedad de lo que hacen para solidarizarse con quienes nos ayudan a sobrevivir, haciendo todo en el anonimato de la satisfacción de haber sido útiles a su sociedad. Ojalá los gobiernos aprendan la lección.

Lo malo. Las consecuencias de lo que pronto miraremos: quiebras, aumento de la delincuencia en delitos como robo a transeúntes y casa habitación, robo de vehículos etc. Imagine en drama. ¿Qué van hacer los cientos o tal vez miles de desempleados  cuando los recursos y la ayuda que medio reciben actualmente carezcan de una fuente de ingresos? ¿Cómo alimentar a sus familias cuando el origen de su sustento que es el salario, no existe y ni forma de obtenerlo por la descapitalización de los negocios?  Quedan dos caminos: el préstamo en el mejor de los casos a través del empeño de objetos hasta que ya no haya más que empeñar, la delincuencia menor incluyendo en robo y lo más grave: engrosar las filas de los grupos delincuenciales.

No hay esperanzas a la vista para reponer en corto tiempo los efectos de la crisis porque el país que nos permite sostener más o menos 8 millones de empleos que es los EU está y estará en las mismas condiciones o tal vez peor que las nuestras. Ni el gobierno federal puede esperar mucho de los efectos benévolos del tratado comercial que sostenemos, ni se mira un incremento en esa actividad. Al contrario, se observará una notable disminución como probable consecuencia debido a la contracción de la actividad comercial dentro del todavía mayor mercado del mundo.

En Morelos existen muchas empresas dedicadas a la exportación que se asientan en Cuautla y Cuernavaca. Esas empresas o bien van a disminuir personal, que es lo más viable o, en algunos casos la reducción será grave por la falta de mercado. En los estados Unidos ya hay más de 30 millones de ciudadanos pidiendo ayuda por pérdida de empleos y el mercado natural de México comienza a cerrarse como consecuencia. Otra vertiente que tenemos a la vista y que golpea a los Morelenses es el de las remesas de los paisanos que allá radican y trabajan y que mes a mes envían remesas a sus familiares en Morelos. Son muchas familias que verán disminuido su ingreso por falta de remesas, producto de pérdida de empleo de los paisanos. ¿Qué hace el gobierno estatal o federal para paliar o prevenir el drama que se avecina?

No los miro haciendo nada, cierran los ojos, se tapan los oídos y el desdén es la respuesta ante una realidad que nos va a rebasar. ¿De qué nos sirven los gobernantes sino están a la altura de las circunstancias de la sociedad? De nada