La sociedad de los POETAS EBRIOS - Apareció Graco (y causó pena)

En opinión de Héctor Rangel Terrazas

La sociedad de los POETAS EBRIOS - Apareció Graco (y causó pena)

Para quien andaba con el Jesús en la boca por el paradero de Graco Ramírez, finalmente apareció éste. Se lo contamos, por si usted busca alguna recomendación para la ESAF, el IMIPE o hasta la Presidencia (ya se ocupó la vacante en la CDHM). No está en Morelos, donde prometió que viviría.

El tabasqueño que hace 6 años se veía a estas alturas como presidente de México anda en QUINTANA ROO (ya se sabe quién lo arropa allá). Se lo vio este sábado en una actividad oficial, donde SÓLO CAUSÓ PENA. ¿Qué anda buscando por allá? Quiere hacer negocios con el mandatario Carlos Joaquín González (priista de siempre, pese a haber llegado al trono por los hoy casi desaparecidos PAN y PRD), al que tuvo a bien recomendar a Capella, quien también salió hábil para eso de los negocios (los cursos a policías son lucrativos, especialmente si se cobran y no se imparten). Pero no es lo mismo el trato de un mandatario a otro, que el de uno en esa condición a un DESEMPLEADO (aunque éste haya robado tanto como para asegurar el resto de sus días).

Los hombres en el poder, mayoritariamente, suelen tener una actitud altiva, de menosprecio, especialmente cuando un oportunista se les acerca para sacar raja. Quienes trataron con Graco, cuando senador o gobernador, conocen esa experiencia. En él, esas actitudes se acentuaban; las acendró a la perfección. Soberbio, pedante y soez son adjetivos que quedan cortos (pero son los publicables). Pretendía siempre dejar evidente su superioridad en la escala de la grilla estatal o nacional, lo que sólo contrastaba cuando era vergonzosamente sumiso y lambiscón con gente como el chino Osorio Chong o el presidente Peña, a quien aplaudía como foca cuando éste pudiese apreciarlo.

En fin. Una sopa de su propio chocolate, ya rancio, padeció el fin de semana quien deberá llegar a la cárcel en este sexenio, si es que Cuauhtémoc honra su palabra. Estuvo de colado el sábado en la develación de una placa del Parque Industrial de Chetumal. Olvidó que la prensa ahí presente no estaba maiceada con su presupuesto, y que lo iba a CUESTIONAR Y EXHIBIR sin piedad, si se daba la ocasión. Y se dio.

Las crónicas se reproducen en medios allá. Se evidenció que González no estaba cómodo con su exhomólogo. Éste buscaba artificialmente acercarse al hombre en el poder allá. Se cuenta que en algún momento caminó delante del gobernador, hasta que la gente de logística le pidió hacerse a un lado. Debió resignarse a caminar detrás, ante la mirada e incluso risas de algunos. ¡Grac-oso!

Se cuenta que esperó al final para abordar a Carlos Joaquín y solicitar cita para hablar de "algunos proyectos". Obtuvo un lejano y distante “después lo platicamos”. Quedó patente quién es quien puede apiadarse y brindar, acaso, una oportunidad; y quién se arrastraba en la persecución de ésta.

Al final, la fuente del gobernador se le fue encima. Los reporteros cuestionaron sobre la corrupción que en Morelos se le imputa y, fiel al estilo Salinas de Gortari, ni los vio ni escuchó. En materia de seguridad y Capella, sólo atinó a responder de mala manera (raro en él): "No tengo nada que decir; allá muy bien y por eso está acá. No hablo de él, gracias”.

SOLITARIO, como estuvo en la mayor parte de la actividad, así partió, en una Chevrolet Equinox, gris, placas NBV-60-18 de Morelos, seguramente pagada con su dinero, gentil lector, el mío y el de tanto morelense.

Qué quiere Graco con el también muy cuestionado González es difícil saber. Quizá ofrece asesoría sobre desvío de recursos sin dejar huella. El de Tabasco fue especialista en recorrer vías para bajar lana federal y vivir de ello, sin que pudieran exigirle cuentas. En el Observador morelense, Gerardo Suárez y quien esto redacta comprobamos el arribo de miles al entonces senador desde el gobierno de la Ciudad de México, donde "trabajó" su (¿aún?) cónyuge. Presentamos documentación de los fondos destinados a una fraudulenta fundación con la que el mentado (en sus distintas acepciones) personaje lucraba, donde aparecía la dirección de la sede de la organización de "ayuda", en avenida San Diego, Colonia Vista Hermosa, PERO DE LA DELEGACIÓN CUAUHTÉMOC, ¡del entonces DF! (sic). Así se las gastaba. Hoy son otros tiempos.

 

Por no dejar: el Sacristán que viene

Nadie con 2 dedos de frente y conocimiento jurídico a nivel civismo de secundaria puede estar de acuerdo con el borrón y cuenta nueva de AMLO. Pese a ello, ya han caído (sorpresivamente) peces gordos en el aún breve sexenio. Los apellidos Lozoya, Ancira, Collado, Robles fueron intocables hasta el 1 de diciembre. Falta aún ver si pagarán un poco por lo mucho que deben. Hay indicios que el SIGUIENTE APELLIDO DE ABOLENGO EN CAPILLA ES EL DE SACRISTÁN. De los literalmente miles de millones birlados en comunicaciones y transportes el sexenio pasado, el caso que nos atañe a los morelenses (Paso Exprés) será el PRINCIPAL que lleve a acomodarse en el banquillo al culpable mayor de tanta muerte y riesgo latente.