Juego de manos - ¡Que suba la marea!

En opinión de Diego Pacheco

Juego de manos - ¡Que suba la marea!

Y, para romper la costumbre de presentar malas noticias dentro de esta columna, esta semana podemos darnos gusto con dos noticias positivas: se reformó el Código Penal en Oaxaca, lo que permite la de la despenalización del aborto en la entidad; y también, se aprobó la Ley Olimpia, en Guerrero, la cual castigará a quienes difundan fotografía intimas sin consentimiento. Vamos una por una.

El pasado miércoles 25, el Congreso del estado de Oaxaca aprobó, con 24 votos a favor y 10 en contra, la reforma del Código Penal con la cual se despenaliza el aborto durante las primeras 12 semanas de embarazo.

Durante dicha sesión, la marea verde se concentraba y festejaba por la resolución del órgano legislativo; mientras que, por su lado, grupos que se opusieron a la aprobación de la reforma gritaban “asesinos” a los diputados locales. En la cobertura que se le dio a la protesta Provida se puede observar a una mujer que se presume vidente, anunciando un terremoto en la catedral como consecuencia de la legalización del aborto, “sobre su conciencia de ellos va a caer” señaló otro manifestante. Han sido advertidos.

Esta legislación no debe reducirse al campo moralista, es un error observarlo como el triunfo y derrota de uno u otro grupo. La importancia de esta reforma, que convierte a Oaxaca en la segunda entidad federativa en adoptar esta medida, recae en la falta de respuesta que se le ha dado a un problema de carácter sanitario que enfrenta la mayor parte del país. Y es que, más allá de los juicios de valor que se le puedan cargar, la realidad es que los abortos en México son una realidad y, a falta de instituciones que permitan su realización de manera segura, las mujeres que deciden abortar de manera clandestina, por la razón que sea, ponen en riesgo su vida.

Esta es una victoria para la salud pública del estado, para la seguridad de las mujeres y para el progreso del país en términos de derechos humanos. Este es, sin duda, un paso en la dirección correcta. Que suba la marea, y que más estados se unan al desarrollo social del país.

Por su parte, la Ley de Delitos Contra la Intimidad Sexual, también conocida como la Ley Olimpia, que adquiere su nombre por la impulsora de dicha legislación, Olimpia Coral, se trata de una legislación que castigará con un máximo de seis años de prisión, así como fuertes multas económicas, a la persona que "por cualquier medio publique, transmita, copie, reproduzca, modifique, emplee, difunda o comparta fotografías, imágenes, audios o videos con contenido sexual de otra persona sin su consentimiento a través de cualquier dispositivo electrónico en internet o a través de las tecnologías de la información y telecomunicación”.

Es importante continuar actualizando nuestras leyes acorde al  desarrollo de nuestra sociedad, es por ello que estas medidas resultan importantes para quien escribe este texto. La modernización tecnológica, el progresismo social y las novedades que surjan en México; deben ir acompañadas de un marco legal que anticipe los malos usos de las mismas, los comportamientos nocivos para las personas, y que otorgue derechos y obligaciones a quienes aún no sean contemplados por la legislación nacional. Ojalá sigamos caminando con firmeza en la dirección correcta.

 

Ellos, los malos

Pero como no todo en esta vida es color de rosa (o verde), también hay que hablar de lo ocurrido durante la marcha por los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, el pasado jueves, 26 de septiembre. A cinco años de la desaparición forzada, colectivos provenientes de distintos sitios se reunieron en el Ángel de la Independencia para marchar, junto con los padres de los normalistas desaparecidos, rumbo al zócalo capitalino. Dentro de esta movilización se pudieron escuchar gritos de protesta por justicia, así como condenas al Estado por presunta participación en la tragedia.

Pero, más allá de la búsqueda de respuestas respecto al paradero y del estado de los jóvenes desaparecidos, llamó la atención en medios de comunicación el actuar de un grupo de aproximadamente 100 personas encapuchadas que presuntamente se habían infiltrado al movimiento y, a su paso, dejaban una huella de destrozos, pintas y violencia hacia inmuebles y periodistas.

Estas acciones fueron atribuidas por comunicadores a grupos anarquistas; sin embargo, y como es costumbre, el presidente tienen otros datos. Durante su conferencia de prensa matutina del día viernes, Andrés Manuel López obrador señaló que estos actos no eran obra del anarquismo, que de acuerdo con su conocimiento es un movimiento profundo en ideales, productivo y propositivo. Por ello, el mandatario federal considera que, contrario a lo que se ha dicho, esta es obra de conservadores que no iban dentro de la marcha, sino en paralelo, destruyendo.

Bien, aquí tengo algunas observaciones: no es la primera vez que observamos a personajes con estas características dentro de movilizaciones. Ya se está haciendo costumbre observar que las grandes manifestaciones se ven acompañadas de grupos que actúan de forma violenta, que visten de negro, cubren sus rostros y firmas sus acciones con una “A” circulada, símbolo distintivo de... ¿los conservadores?

Bien, independientemente de los actos ocurridos la pasada semana, considero muy importante sacar la palabra “conservadores” del vocabulario de pretextos y evasión de responsabilidades del ejecutivo federal. Lo que en su momento fue “La Mafia del Poder” es hoy remplazado, por desgaste o por una lógica de renovación, hoy se reduce a una sola palabra que cumple la misma función: la creación de un enemigo al cual se le puedan cargar juicios de valor negativos y responsabilidades indeseadas.

Que si el aeropuerto no va, que si los anarquistas ya no son anarquistas, que si los organismos económicos internacionales nos califican mal; todo resulta ser culpa de un mismo grupo, uno que lleva ya un largo tiempo persiguiendo el sueño de nación del presidente. Esos conservadores están deteniendo a la cuarta transformación del país con amparos, señalamientos de errores y golpeteos políticos. Y, para acabarla, los muy rufianes parecen estar en todos lados. Parece ser que el conservadurismo es una corporación mundial dedicada exclusivamente a contradecir al presidente y al desarrollo de nuestro país. Estamos perdidos.

 

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