Escala de Grises - Mentira nacional

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Mentira nacional

El lunes 13 de noviembre se dio a conocer el hallazgo de dos cuerpos en una zona residencial de Aguascalientes. Se trataba de Jesús Ociel Baena Saucedo, magistrade del Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes, y Dorian Daniel Nieves Herrera, su pareja sentimental.

 

La triste noticia se dio a conocer a través de plataformas digitales y, en cuestión de minutos, se viralizó hasta convertirse en tendencia nacional. Durante los primeros momentos, autoridades como Rosa Icela Rodríguez informaron no tener suficiente información respecto al caso como para rendir declaraciones.

 

Sin embargo, el fiscal de Aguascalientes declaró —sin más investigación ni protocolos— que no había evidencia sobre una tercera persona en el lugar de los hechos. A partir de ese momento surgió la hipótesis de que le magistrade y Dorian no habían sido víctimas de ningún crimen, sino que todo se reducía a una situación personal o un “crimen pasional”.

 

La revictimización de las personas en cuestión fue criticada por gran parte de la población, misma que exigió justicia para el caso desde el primer momento. En todo el territorio nacional se convocaron protestas para honrar la memoria de Jesús Ociel y también para hacer un llamado a las autoridades responsables del esclarecimiento de los hechos.

 

Respecto al tema, organismos como el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, así como personajes pertenecientes al ámbito político, externaron sus condolencias y destacaron el activismo de le magistrade como parte fundamental de su trayectoria profesional.

 

Por su parte, la Fiscalía de Aguascalientes (sin más investigación, datos concluyentes ni protocolos de género) informó que le magistrade había sido asesinade por Dorian, quien se quitó la vida posteriormente. Esta versión, por su puesto, fue rechazada por la familia de ambas personas y por la población que catalogó las declaraciones como una mentira nacional.

 

Y es que las autoridades hidrocálidas ni siquiera se tomaron la molestia de relacionar el historial de le magistrade, como la solicitud de protección gubernamental que solicitó desde hace meses por las constantes amenazas de muerte que recibía; mismas que se relacionaban directamente con su trabajo como funcionarie y activista.

 

Lo que las autoridades aún no aceptan para no tener que investigar ni justificar su negligencia, en plataformas digitales se nombró de forma muy clara: crimen de odio. Jesús Ociel y Dorian Daniel habían sido víctimas de la intolerancia y la ignorancia dentro de su propia casa.

 

Bajo esta línea, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos solicitó investigar ambos fallecimientos con perspectiva de género y sin hacer a un lado las amenazas que le funcionarie recibía constantemente. A esos extremos llegamos. Solicitarles a las autoridades que hagan su trabajo como corresponde y no como quieren.

 

¿Cómo puede ser posible que se pasen por alto los comentarios nbfóbicos y homofóbicos que acosaban a le magistrade en todas sus plataformas? ¿A qué grado de normalización llega la violencia hacia la Comunidad LGBT+? ¿Por qué no se han aplicado protocolos de género para investigar desde la Fiscalía?

 

¿Cuántos crímenes de odio más deben ocurrir para dejar de invisibilizar un problema sistemático tan grave? ¿Cuál es la validez de los mecanismos de protección que se le otorgaron a le magistrade? ¿Por qué no pudo prevenirse una tragedia de tal magnitud bajo la protección del Estado?

 

El camino en materia de derechos humanos para personas que pertenecen a la Comunidad LGBT+ en nuestro país es extenso, especialmente porque nos enfrentamos a la ignorancia de quienes rechazan la diversidad. La muestra está en todos los comentarios donde se atacaba a le magistrade por su expresión de género y aquellos en los que se celebraba su fallecimiento.

 

La muestra también está en la decepcionante cobertura por parte de los medios de comunicación, mismos que ni siquiera se tomaron la molestia de respetar la identidad de le magistrade. Titulares con comillas, como si se tratara de un apodo o pronombres masculinos y femeninos fueron utilizados para dar a conocer la noticia, lo que revela las deficiencias en materia de género dentro del sistema completo.

 

La ignorancia es parte clave de la misma intolerancia que lastima y que mata a las personas que lo único que quieren es ser libres, expresarse de acuerdo con su identidad sin dañar a nadie y, sobre todo, que se respeten sus derechos humanos, que su integridad no sea vulnerada bajo ninguna circunstancia.

 

Resulta urgente una sensibilización y una concientización respecto al tema en todos los ámbitos de la vida pública. Respecto al caso particular de le magistrade, es indispensable que no se descarte ninguna línea de investigación y que se tome en cuenta cada aspecto que se ha decidido pasar por alto hasta el momento.

 

La vida y la memoria de Jesús Ociel comenzaron a honrarse desde el primer momento, con las protestas que se organizaron y las palabras amorosas que la comunidad le dedicó. Gracias a su labor para visibilizar a las personas no binarias y su trabajo como funcionarie, le magistrade pasará a la historia y sentará un precedente para el ámbito político. De eso no nos queda duda.

 

Desde este espacio, como siempre, condenamos cualquier crimen de odio y deseamos que el caso de Jesús y Dorian sea abordado de manera adecuada, que la justicia llegue y la negligencia no forme parte del proceso. La lucha no termina aquí. Descanse en poder, magistrade.

 

¡Y la que luche!

arendy.avalos@gmail.com

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