Escala de Grises - La educación en México

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - La educación en México

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dio a conocer los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes del 2022. Esta prueba, también conocida como PISA, tiene como objetivo principal evaluar los conocimientos y habilidades de estudiantes de 15 años en áreas como matemáticas, lectura y ciencias.

 

De acuerdo con el portal oficial, con los resultados se explora qué tan adecuadamente se pueden resolver problemas complejos, pensar críticamente y comunicarse de manera efectiva con la intención de saber qué tan preparados están los estudiantes para la vida real.

 

En la edición más reciente de la prueba, las noticias para México no fueron tan buenas, pues se obtuvieron resultados menores al promedio establecido por la OCDE. Nuestro país se encuentra en la antepenúltima posición, lo que implica un retroceso significativo, considerando el historial que data desde el año 2000.

 

El problema principal se identificó en el área de Matemáticas, con 395 puntos; mientras que Ciencias y Lectura obtuvieron 410 y 515 puntos, respectivamente. ¿Qué quiere decir esto? El 34% de los estudiantes alcanzó el segundo nivel de competencia en matemáticas, el 53% en lectura y el 46% en Ciencias.

 

Sin embargo, también hay que considerar que esta fue la primera prueba que se realizó después de la pandemia por Covid-19, lo que comprueba algo que sabíamos desde el principio: el sistema educativo en México tiene deficiencias que, por supuesto, se intensificaron a partir del confinamiento.

 

La afectación en el rendimiento de los estudiantes estaba presupuestada y la OCDE confirmó que otros países también experimentaron una caída en comparación con los resultados del 2018. Sin embargo, no toda la responsabilidad puede atribuirse a la pandemia.

 

Desde mucho antes de que el coronavirus se instalara en nuestra realidad, el sistema educativo de México contaba con numerosas deficiencias en todos los niveles. Evidentemente, estos problemas se incrementaron cuando las dinámicas se trasladaron fuera de las escuelas.

 

Además de las complicaciones para adaptar los contenidos educativos y las claras afecciones en el ánimo de la población estudiantil, también deben considerarse las dificultades que presentaron algunas personas para acceder a servicios indispensables durante las clases en línea, como televisión, internet en sus hogares o un ambiente libre de violencia para poder realizar sus tareas de forma idónea.

 

Una cosa nos debe quedar clara: los factores que contribuyeron al descenso de los resultados en la prueba PISA continúan, no se eliminaron cuando llegaron las vacunas y tampoco se erradican con las clases presenciales a nivel nacional. ¿Qué queda por hacer al respecto, entonces?

 

Garantizar una educación digna para todas las niñas, niños y adolescentes va mucho más allá del lugar que México pueda ocupar en la tabla de posiciones a nivel internacional. Además de garantizar un derecho básico, permite que la población pueda acceder a información valiosa para la vida y a interacciones claves para su desarrollo.

 

Es muy sencillo romantizar el acceso a la educación y asociarlo con fenómenos como la movilidad social, por ejemplo. Pero es indispensable considerar las condiciones de todas las personas que forman parte del sistema educativo, especialmente de las infancias.

 

Tener una perspectiva amplia de la realidad y hacer las adaptaciones necesarias para solucionar los problemas estructurales que atraviesan a la comunidad estudiantil debe contemplar más acciones que darles una beca.

 

Se deben actualizar los planes de estudios, destinar recursos para mejorar la infraestructura de las escuelas, adaptar los métodos de enseñanza de acuerdo a las necesidades de la población, brindar capacitaciones constantes a la plantilla docente, garantizarles mejores condiciones de trabajo… La lista, como siempre, es muy larga.

 

Sin embargo, el primer paso puede ser abrir los ojos y observar con detenimiento el país sobre el que estamos para darnos cuenta de que la realidad que nos rodea es un factor determinante para ocupar un lugar (el que sea) en las clasificaciones internacionales; como si se tratara de un espejo.

 

¿Cambiamos el reflejo?

arendy.avalos@gmail.com

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