Enemigo invisible revela carencias en sector salud
El director general del Instituto Nacional de Salud Pública, Juan Ángel Rivera Dommarco, señaló que el denominado “enemigo invisible” evidenció que el sistema de salud es “débil y con graves deficiencias” (en los tres niveles de gobierno).
Asimismo, expuso que la epidemia tiene elementos “apocalípticos” y, desde hace “décadas” se sabía que iba a irrumpir: “ningún país estaba preparado adecuadamente para enfrentarla…”.
De igual forma, agregó que el esnecario se traduce en “un serio reto para enfrentar esta epidemia”.
Reconoció que existe información que genera incertidumbre y, en ocasiones, ésta “contribuye a minar la confianza en las recomendaciones de mitigación y control de la epidemia”. De ahí la importancia de suscitar foros, en los que participen profesionales del ramo (investigadores), por medio de los cuales se emita un “juicio informado… sin intereses ajenos a la salud pública”.
En una videoconferencia, moderada por Celia Alpuche Aranda (pediatra e infectóloga), directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del INSP, Jean Marc Gabastou (de la Organización Panamericana de la Salud) expuso que México no cerró las fronteras: “no tenemos ninguna objeción ni intervención: respetamos la decisión soberana…”.
Además, al hacer un recuento de la propagación de la enfermedad, ponderó que, una vez declarada la emergencia, se acordó compartir información entre naciones, establecer diagnósticos y facilitar “los posibles tratamientos y vacunas”.
El investigador comparó que en la pandemia de la influenza, en 2009, a los seis meses hubo un antídoto; en cambio, ahora, “lamentablemente a esta fecha no tenemos ni tratamiento específico ni vacuna”.
Tras un análisis de la “capacidad instalada”, como herramientas e insumos y dispositivos médicos, dijo que se tuvo que adquirir un cúmulo extraordinario, así como capacitar al personal con base en la “evaluación de las brechas”. El 11 de marzo se declaró la pandemia; por ende, se sensibilizó a los países ante la “plaga”. Se mantuvieron los “servicios de salud esenciales” y las tareas de comunicación, para “empoderar a la comunidad”. “Una población informada sobre los riesgos tomará las buenas decisiones”, puntualizó.