El Tercer Ojo - Palestina Sitiada
En opinión de J. Enrique Álvarez Alcántara
A Khalil Awawdah
Estimados lectores que siguen El tercer ojo, quiero comentar con ustedes que, en el transcurso de esta semana, consecutivamente, en la red social de Twitter, aparecieron un conjunto de tuits publicados por Palestina Hoy, @HoyPalestina, mediante los cuales denunciaban que: “El prisionero palestino Khalil Awawdah entra(ba) en su día número 179 de huelga de hambre en protesta por estar en ‘detención administrativa’ en cárceles israelíes”. La imagen que acompaña al tuit —para ciertas ‘conciencias’ asépticas y puras, impresentable— es la fotografía de Khalil mostrando, sin duda alguna, dignidad, convicción y necesidad de resistir y tener éxito.
Pese a la distancia geográfica entre Palestina y México no nos es ajeno este proceder, aunque en nuestro caso se le dé otro nombre.
@Palestina Hoy precisa algo que es necesario para entender esta acción política de resistencia; una “‘Detención administrativa’ es una figura en la cual (…el Estado Sionista de…) Israel encarcela a los palestinos (que considera ‘peligrosos’) sin que existan cargos en su contra, por tiempo indefinido o por periodos renovables sin cargo ni juicio. Actualmente hay 670 prisioneros palestinos en esta condición”.
Una vez que hubo cumplido 182 días en huelga de hambre, dada la presión mediática e internacional y, sobremanera, en virtud de la decisión de Khalil de mantenerla hasta sus últimas consecuencias, el Estado Sionista de Israel determinó liberar a Khalil el próximo día 2 de octubre; en consecuencia, Khalil ha determinado suspender su huelga de hambre y recuperar su salud y bienestar.
Como una pequeña digresión podemos afirmar que en México existe la figura de “Prisión preventiva oficiosa”, la cual debiera sujetarse —aún y cuando ello no suele ser así— a la siguiente definición: “La ’prisión preventiva oficiosa’ es una medida cautelar impuesta al imputado por un Juez, la cual consiste en la privación temporal del derecho a la libertad personal del presunto acusado (…) y no podrá ser superior a dos años (…) si una vez transcurridos los dos años no hay una sentencia, el imputado deberá ser liberado y el proceso continuará y se le impondrán otras medidas cautelares”.
Naturalmente que, en este contexto, es legítimo preguntarnos: ¿cuántos presos hay que por años se encuentran detenidos, sin juicio ni sentencia?
Ahora bien una vez expuesta nuestra digresión y regresando al tema de nuestra colaboración adicionaré el dato de que en su más reciente edición (01 de septiembre del 2022), el mensuario francés Le Monde Diplomatique dedica su Dossier a la “Cuestión Palestina” y, en dicho sentido, lo intitula como La Palestine Assiégée —Palestina sitiada— (p. 16-19), seguido de los siguientes parágrafos: De la colonisation à l’apartheid; Une double résistance; y, En Israël, l’essor de l’ultranationalisme (En Israel, el auge del ultranacionalismo).
El Dossier en cuestión presenta las condiciones que ahora enfrenta el pueblo palestino en un párrafo esclarecedor: “Recurrencia de incursiones militares israelíes en Gaza, redadas incesantes de este mismo ejército en Cisjordania, continuidad de la colonización —autorizada por Tel Aviv para que sea ‘salvaje’—, dificultades económicas ligadas a la pandemia de Covid-19 e impericia de la Autoridad Palestina dirigida por Mahmud Abbas (…)”, entre otras, y bajo estas circunstancias es que se puede comprender la acción política —la huelga de hambre— realizada por Khalil Awawdah.
Mientras tanto, el “Paladín de la democracia”, el gobierno de los EE.UU. hace como que no ve, ni oye, ni sabe o se da cuenta de ello y, fiel a su alianza estratégica con el gobierno israelí, diseña artificios mediáticos para crear la idea de que le preocupa la falta de “libertades” para los palestinos.
Vemos una muestra de ello: “El embajador de los EE.UU. en Israel, Thomas Nides, durante un encuentro tenido en Tel-Aviv, el mes de marzo pasado, después de haber visitado una parte de Cisjordania, dando un puñetazo sobre la mesa, amenazó con dicho manotazo a sus interlocutores. La razón de la ira del embajador no se relacionaba con la ocupación militar de los territorios palestinos, ni con la conización galopante, ni la campaña de represión instrumentada por el ejército israelí contra la sociedad palestina; ¡no!
Su preocupación obedecía a la ausencia de acceso a la red móvil de cuarta generación (4G) por parte de los palestinos. Descubrió consternado que muchos de ellos solamente accedían a la red 3G, mientras que, por el contrario, los colonos y la población israelí sí tenían acceso a la red 4G. El diplomático estadounidense exclamó: ‘¿Qué diablos es la 3G? ¡Eso es ridículo!’ Y recalcó: ‘¿Qué significa la igualdad? ¡La igualdad es tener 4G!”.
¡Vaya interés legítimo de los paladines de la libertad, la democracia y la igualdad!
Y vaya este breve texto para mostrar el carácter espurio de los principios y valores que tratan por todos los medios posibles de imponernos como parámetros de actuación antes los sucesos que cotidianamente vemos por muchos lados.