Caricatura Política - La gobernabilidad es pedir peras al olmo
En opinión de Sergio Dorado
Reiteradamente el gobierno del estado asegura que en Morelos hay gobernabilidad, y lo hace con tanta vehemencia que a lo mejor ya lo cree así. O de plano, por otra parte, sabe que su percepción es totalmente falsa y echan mano de la disimulación para intentar hacer creer a la sociedad de algo que es a todas luces una simple ilusión.
Si usted, estimado y único lector, se suma a la segunda opción, estamos de acuerdo y estrecho con respeto su mano. No es posible que haya tanta ceguera.
“La gobernabilidad se manifiesta cuando existe un estado de equilibrio en el ejercicio del poder político derivado de la solución de demandas sociales y la capacidad de los gobiernos por atender éstas de forma eficaz, estable y legítima”, se lee a la letra en un sitio del Poder Legislativo. Y no cabe duda que una de las demandas más sentidas de los morelenses es la escasez de seguridad en que vivimos los habitantes de la tierra de mi general Emiliano Zapata, que ya no saben dónde ocultar la cabeza para poder llegar a Navidad.
Según esta definición, el gobierno de Morelos es, sin duda, legítimo, pues fue el pueblo el que democráticamente eligió al gobernador en las urnas, pero no se puede afirmar lo mismo respecto a la “eficacia” y “estabilidad” de la definición. La eficacia del gobierno ha sido un fracaso y los datos así lo afirman; Morelos ya supera los mil muertos por violencia a escasos dos meses de que culmine el primer año de gobierno, lo que asegura que la cifra irremediablemente aumentará en lo que resta del año. Y cuando no hay eficacia, desde luego que el hecho afecta a la estabilidad, pues ambas, eficacia y estabilidad, van de la mano.
Lo anterior viene a colación por lo del “toque de queda” que supuestamente proviene del crimen organizado y que ha afectado principalmente al sur poniente de Morelos, donde las calles, a partir de ciertas horas de la tarde noche, se ven desiertas, lo que necesariamente incide en el comercio y la moral de la gente, que de por sí anda patas para arriba por la extorsión y el nulo crecimiento económico del estado.
Se dice, por otra parte, que es muy probable que el “toque de queda” provenga de las fakenews de las redes sociales, pero sea el origen que sea, el hecho incontrovertible es que el gobierno de Morelos no es quien gobierna en Morelos, y ahí la disimulación se convierte en cinismo.
Por sobre esta situación, el gobierno del estado afirma que no se contemplan cambios en el gabinete, como si éste estuviese haciendo un trabajo extraordinario en materia de seguridad y necesitáramos de él para remediar los males del estado. La realidad, sin embargo, es que el gobernador y su administración pintanmás que mal para lo que resta del sexenio, y los morelenses ya no siente lo duro sino lo tupido del crimen organizado, reforzado ahora por las “benditas” redes sociales.
No obstante, la gobernabilidad de Morelos es pedir peras al olmo, pues el gobierno persiste en el argumento de que el crimen es herencia del gobierno pasado, y que la única solución es que el Gobierno Federal envíe más elementos de la Guardia Nacional a nuestro estado, para disminuir así la preocupación social en que Morelos sobrevive. ¡Vaya razonamiento!
En esta creencia persiste el gobierno estatal y su gabinete, y mientras suceda así, lo único que queda a los morelenses es aguantarse o empezar a salir a la calle para protestar por la inestabilidad y la ineficacia, para presionar al gobernador, lo que sin duda pronto afectará aún más la estabilidad del gobierno del estado, que continúa con la misma neo visionuda visión del gobierno anterior y cada vez se cree menos en él.
Lo malo es que el poder nunca escarmienta en la víspera.
¡Allá ellos, pues!