Ejemplo de entereza
En opinión de Lorena Elizabeth Castillo
Se requiere de honestidad y, sobre todo, de valentía personal para, en primer lugar, aceptar que es necesario vivir con una nueva condición de salud y, segundo, para dar el testimonio del sufrimiento, depresión y negación que sobreviene con el diagnóstico o descubrimiento de una enfermedad progresiva, entre otras secuelas.
Con respeto y admiración escuchamos, precisamente, la narración de la Regidora de Cuernavaca, Wendy Salinas Ruíz, quien propuso ante el Cabildo y organizó el Foro “Mitos y realidades del vitíligo”, condición de pérdida de la pigmentación de la piel que afecta áreas visibles del cuerpo, lo que ocasiona un gran impacto emocional a quienes viven con ella.
En su testimonio, la regidora Wendy Salinas Ruiz, promotora y organizadora de esta iniciativa, mencionó los retos que ha debido enfrentar durante 17 años, al vivir con esta condición autoinmune: “He afrontado con entereza, convicción y trabajo los aspectos negativos, muchos de ellos relacionados a mitos sociales, entre ellos que se le considere enfermedad infecciosa, las burlas de las personas que lo ignoran y consideran a las personas de escasos recursos sin derecho a la salud.”
Las y los especialistas convocados al Foro dieron datos valiosos para ayudarnos a comprender la magnitud del problema. Por ejemplo, la prevalencia del vitiligo varía de 0.4 a 2.0 %, por lo que en México, ocupa del tercer al quinto lugar de las dermatosis o afectaciones de la piel; además, predomina en la mujer, es raro que sea congénito, que se presente en el lactante, así como que inicie después de los 50 años.
Por otra parte, el padecimiento afecta a más de un millón de habitantes, hombres y mujeres que enfrentan discriminación y aislamiento, lo que causa un fuerte impacto en su autoestima, sobre todo si se considera que son jóvenes menores de veinte años, el sector población con mayor incidencia de casos.
Ante tal panorama es pertinente retomar las palabras del alcalde José Luis Urióstegui Salgado, quien resaltó la importancia del Foro -sin precedente en Cuernavaca y la entidad-: “para informar y generar conciencia entre la población sobre esta enfermedad, con síntomas tan evidentes que invisibiliza a quien la padece. El objetivo es que los pacientes se sientan integrados en la sociedad, no excluidos ni discriminados, para evitar que la enfermedad sea motivo para aislarles y provocar un problema emocional.”
Desde aquí reiteramos nuestra admiración a la vocación sorora y de lucha por las causas de las mujeres que, desde su labor de regidora de Cuernavaca ha realizado, sin declinar, nuestra compañera Wendy Salinas Ruíz; compañera en la gestión de una vida de paz y respeto a los derechos de las mujeres de nuestro municipio y con quien compartimos dichas convicciones.
Wendy Salinas siempre ha sido un ejemplo de combatividad ante la vida al servicio de nobles causas; ahora sabemos de dónde proviene su entereza al enfrentar, con conocimiento de causa, la condición de salud con la que vive y transformarla en una causa más de lucha, de las muchas y variadas que ha emprendido esta valerosa cuernavacense.