Cuando sea demasiado tarde… - Tres años de Psicología en Morelos
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Transcurría una mañana de junio del año 2019, su servidor tomaba café junto a la alberca en el pequeño conjunto en el cual encuentran la casa de ustedes, viendo a uno de mis sobrinos chacotear en el agua. Salió mi novia al jardín con mi celular en la mano. Amor, te llama Norma. ¿Betanzos? ¿A una semana de terminar el semestre? Tomé el teléfono y contesté la llamada. ¿Por qué no vienes a la Facultad, Gabriel? Quiero hablar contigo. Norma llevaba alrededor de un año fungiendo como Directora de la Facultad de Psicología, yo había tenido oportunidad de trabajar con ella durante tal vez 8 años, siendo ella Coordinadora de la Maestría en Psicología y yo miembro de la Comisión Académica de dicho programa. En dos ocasiones me había tocado acompañarla a CONACyT con propósitos de las entrevistas pertinentes a la certificación del Padrón Nacional de Posgrados de Calidad. Incluso en una ocasión, me ofrecí a conducir yo, con la esperanza de que su esposo nos prestara el Mazda 6 que siempre había visto de lejos (spoiler: no nos lo prestaron). Acepté la invitación, me alisté y emprendí el camino a la Facultad. Ya medio me esperaba la noticia, terminaba mi primer año sabático y sabía que regresaría a encontrar el panorama diferente a como lo dejé. Necesito que me apoyes en mi administración, Gabriel. ¿Quieres ser el Coordinador Académico de la Maestría en Psicología?
Llegó el mes de agosto y al reincorporarme a las actividades del semestre de otoño de 2019, me apersoné a la asamblea de bienvenida de profesores de la Facultad, en el vestíbulo del nuevo edificio. La Dra. Betanzos había logrado trasladarnos de los 3 edificios un poquito más hacia el norte sobre el circuito universitario (concretamente el edificio donde pusieron el mural de Viri, justo el que acaban de restaurar esta semana), al nuevo edificio que se había construido antes de llegar al CENDIU. La Facultad estrenaba edificio y estrenaba Coordinador Académico de Posgrado. Por supuesto, todos mis compañeros de trabajo estaban extáticos del gusto de ver a un individuo de tal envergadura como lo es su servidor, ocupar uno de los puestos más complejos de la administración de instituciones de esta naturaleza. Comenzaba una nueva aventura para su servidor, incorporándome a este equipo de trabajo.
Estos tres años me han permitido observar por dentro a la administración universitaria. Tal y como yo lo entiendo, las universidades se dividen en dos grandes rubros de actividad: lo administrativo y lo académico. Digo dos grandes categorías porque en ocasiones es muy clara la división entre uno y el otro, aunque a veces, en puestos como una Coordinación Académica, a veces tocan funciones de ambos lados. Este tiempo me ha permitido aprender que todos los programas educativos se certifican, en el caso de la Facultad de Psicología, la cual cuenta con tres programas académicos: (1) la Licenciatura en Psicología de carácter presencial (el cuál es nuestro programa insigne), ha obtenido su certificación del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (CNEIP), también ha obtenido su certificación por la Comisión Interinstitucional para la Formación de Recursos Humanos en Salud (CIFRHS) y a la fecha ha mantenido sus indicadores en altos niveles; (2) la Licenciatura en Psicología de carácter virtual, la cuál ha aumentado su matrícula año tras año, es certificada por los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES) y también mantiene sus indicadores en niveles excelentes; y (3) la Maestría en Psicología, el programa educativo que su servidor tiene el privilegio de coordinar, el cual ha mantenido su permanencia en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), en cuya última evaluación obtuvo el nivel de programa Consolidado, el tercero de cuatro posibles niveles.
Bajo la cuidadosa y meticulosa supervisión de la Dra. Norma Betanzos Díaz, la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos se ha mantenido en pie a través de una de las pandemias más difíciles de la historia contemporánea del mundo. A veces me cuesta mucho trabajo entender cómo es que se la administración de una de las Unidades Académicas más grandes e importantes de toda la universidad hizo frente a las circunstancias. Acostumbrarnos a las reuniones virtuales, asegurarse de que todas las clases se impartieran en la mejor de las condiciones posibles, las aulas virtuales repletas de estudiantes, y el trabajo como siempre, por encima de todo.
Este lunes comienza un semestre presencial después de cuatro virtuales, y encontrará usted, apreciado lector, una Facultad en mejores condiciones de las que se encontraba a principios de 2020. Ya están casi terminadas las obras de la planta de tratamiento de agua que yace por debajo del nuevo estacionamiento, ya se terminó la obra gris de un nuevo auditorio, se logró la instalación del nuevo elevador en el vestíbulo del nuevo edificio, se festejó el 50 aniversario de la Facultad, y para ello ¡hasta coordinamos un libro! (Betanzos-Díaz y Dorantes-Argandar, 2021). Adicionalmente, se encuentra en nuestro edificio el acervo bibliográfico de Psicología más grande de la universidad, equipos nuevos, persianas nuevas, mobiliario nuevo… Nuestros estudiantes y docentes encontrarán instalaciones en mejores condiciones de las que tenían cuando inició la cuarentena, un 17 de marzo de 2020.
Ha sido un privilegio poder observar esta administración desde dentro, y ha sido un gusto poder aprender de una mujer docente, académica, y universitaria, como los es Norma Betanzos Díaz, quien ha llevado el timón de este gran navío llamado Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos contra viento, marea, política, y pandemia.
Betanzos-Díaz, N., y Dorantes-Argandar, G. (2021). Historia de la Facultad de Psicología UAEM. Cuernavaca, Morelos: Editorial UAEM.