Cuando sea demasiado tarde… - Guillermo del Toro
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Esta semana se estrenó en Netflix “Guillermo del Toro’s Cabinet of Curiosities”, que para la hora en que escribo estas líneas ya están disponibles los 8 capítulos, de 60 mins. cada uno, que componen la serie. Hasta ahorita he podido ver tres de ellos, y no me voy a deshacer en halagos. Mejor, vamos a echarnos un chapuzón en moderadamente el mexicano que todos quisiéramos ser: Guillermo del Toro. No conozco mucho de su vida personal, pero conozco un poco de su trabajo. Mi viaje por tales caminos comenzó en un Videocentro, que en sus últimos momentos empezó a sacar promociones de “renta 3 y llévate 5” que le dio gran contenido a los fines de semana de por aquel entonces. Tal hecho dificultaba en gran medida la labor de elegir las películas, porque tales decisiones podían significar el desastre o el gran éxito del entretenimiento del fin de semana. Pues bien, en alguna de tales ocasiones me encontré en la dificultad de no poderme decidir por la 5ª película, y encontré una llamada “Cronos”, que se anunciaba como cine mexicano (género con el que siempre he tenido desencuentros, pero algunos grandes amores). A partir de ahí, el cine para mí, así como para muchos, jamás volvió a ser igual. Esta semana he estado explorando otros trabajos de él, y he encontrado desde un capítulo de la Hora Marcada (¿se acuerdan del reloj del Palacio de Cortés?), hasta el personaje que hace en Death Stranding de Hideo Kojima.
Lo primero que me llamó la atención de la serie es que, en su característica generosidad, del Toro no dirige los capítulos de la serie, sino elige a otros directores de diversas trayectorias. No quise ver las fichas de los capítulos que no he visto para no spoilearme yo solito los placeres, pero nada más para que se den una idea, el segundo capítulo, que lleva por nombre “Graveyard Rats” o “Ratas de Panteón”, está dirigido por Vincenzo Natali, quien lleva bajo el brazo trabajos como “Locke & Key” (2 episodios), “Lost in Space” (1 episodio), “The Strain” (3 episodios, y cuya novela primigenia está escrita en parte por Guillermo del Toro), y la película “Cube”, que si usted no ha visto le ruego no desaproveche el fin de semana para solventar tal carencia (la encuentra usted en Prime).
La segunda cosa que me llamó la atención es un detalle que todavía no he encontrado palabras para explicar, así que le ruego, apreciado lector, que sea paciente en la labor de entenderme. Todos los capítulos comienzan con un espacio en el que del Toro presenta algunos argumentos al respecto del capítulo que está uno a punto de disfrutar, mientras se pasea frente a un hermoso gabinete de madera (no sabría decirle de qué madera es) cuidadosamente tallado y ensamblado. Para el segundo capítulo, rápidamente le pregunté a mi novia (perfecta secuaz para prácticamente todos los menesteres de mi vida, incluyendo el cine) ¿sabes quién más hacía eso? A lo que sin chistar contestó “Alfred Hitchcock, en Alfred Hitchcock Presents” (¿ven por qué es mi novia?). Considero que tal detalle de la serie es más un homenaje que un exceso de arrogancia, aunque si es verdad que la arrogancia no es arrogancia cuando es merecida, por lo menos su servidor no se ofende de que del Toro se considere a tales alturas, porque lo está. Sin embargo, creo que lo hace más bien para cumplir dos propósitos: el primero de ellos es por supuesto homenajear el trabajo de uno de los más grandes del cine de suspenso, misterio y terror, tampoco está tan difícil de adivinarlo; pero el segundo es más complejo, es una especie de declaratoria al respecto de la calidad del trabajo que se está presentando. Cualquiera podría pararse a presentar los capítulos de su serie de tal manera, pero hacerlo y no entregar trabajo de una calidad de tal nivel sería un absoluto disparo en el pie. Guillermo del Toro presenta así Cabinet of Curiosities porque así de mucho le apuesta a la calidad de su trabajo.
Así que como siempre, apreciado lector, le traigo mucho con qué entretenerse con los suyos en la comodidad de su hogar, pues si no tiene a qué salir, le ruego no lo haga. Ya ve usted que ni los diputados tienen la seguridad comprada, ya no puede uno ir a una farmacia o tienda de conveniencia porque corre el riesgo de ser víctima de la violencia nada más al descender de su vehículo. Ya ve usted lo rápido y fácil que fue reemplazar a Marín Sánchez, que no van 15 días de que se la llevaron. Creo que esa curul está maldita, van dos diputados que se van para el otro lado en menos de 12 meses.
El resto de los ciudadanos de a pie encontramos poco consuelo en los cinco muertos diarios que se encuentran en el glorioso estado de Morelos, más lo que se acumule para la semana entrante. Cuídese mucho y abrace fuertemente a los suyos porque el país no ha muerto, pero el crimen organizado ya tiene controlada más de la mitad del territorio y la administración nacional.