Cuando sea demasiado tarde… - Así se fue la semana…
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Pues parece que no nos vamos a quedar sin presidente. No tengo que decir que el señor no me cae muy bien, pero no está padre enfermarse hoy en día, y si hay un buen momento para que el país no se quede sin pelmazo en turno, es precisamente éste. Ya está todo el mundo alegando sobre la milagrosa cura que tuvo el señor y que si se lo inventó todo para hacerse publicidad, y que son las elecciones intermedias, y que su partido vive de succionar erario, etc. etc. etc. ad nauseam. El viejito ha vivido los últimos 20 años de “la buena voluntad de la gente” y “lo que el pueblo de México le da”. ¿Por qué se enojan tanto porque el señor sigue haciendo lo que ha venido haciendo por dos décadas? A él le tocó simple y sencillamente la mejor atención que se puede comprar en este país (si es que no se lo llevaron a Suiza o una cosa así) para recuperar su salud, y derivado de ello recuperó precisamente su salud, además de que es enteramente posible que simple y sencillamente no le pegó tan fuerte. ¿Fue una estrategia electorera? El señor escribió el manual de todas las estrategias electoreras. La democracia sirve para elegir al candidato más popular, no a aquél que junte el conjunto de habilidades óptimas para desempeñar el cargo. Insisto en que el error de Cuauhtémoc Blanco fue lanzarse para gobernador, porque si en aquel entonces lo hubiera hecho para presidente, hubiera tenido oportunidad. Ahora ya no la tiene, ya tenemos evidencia de su desempeño como principal encargador de despacho del glorioso estado de Morelos, y así como está el penúltimo estado en extensión del país, ¿cómo le iría con tener que despachar en Palacio Nacional y realizar reuniones bilaterales con Joe Biden, Justin Trudeau, y Vladimir Putin?
Imagínese usted que se nos hubiera adelantado el cabecita de algodón. ¿Quién hubiera quedado en su lugar? La persona que ocupó su lugar en las mañaneras no tuvo la sensibilidad de quitarse las bufandas Louis Vuitton para salir ante las cámaras. El problema verdadero es ése, que no hay un personaje de suficiente peso como para llevar el relevo de la sucesión presidencial bajo las mismas condiciones que ha ido acomodando el presidente López. Hay varios que ya están jugueteando con la idea, al grado de jugar al electorero con el juego de las vacunas que supuestamente van a llegar. ¿Se acuerdan que decían en diciembre que para finales de enero iba a llegar millón y medio de unidades? ¿Sabe usted cuántas llegaron? ¿Sabe usted que en Estados Unidos, al día de hoy, reportan más personas vacunadas que personas contagiadas? La estrategia de México ha fracasado por completo ante la pandemia, y la evidencia de ello está en los números. Nuestro país no es prioritario en el ámbito de la política internacional, tiene muy poca influencia, capacidad, o liderazgo en cualquier tema de estos. Esa es la razón por la cual quieren hacer parecer que López tiene influencia sobre otros homólogos, por eso nos quieren vender la idea de que la estrategia sirve. El presidente de México encontró el límite de sus historias e inventos en la frontera del país. Aquí si se cree lo que dice, y hasta diría que está convencido de que su palabra es verdad por ser su palabra, antes de ser verdad. Sin embargo, de ahí a quererle vender a los italianos que Benito Mussolini llevaba su primer nombre en reconocimiento al Benemérito de la Nación mexicano, es un ejercicio de excesa inocencia. Al rato van a querer decir que los aztecas inventaron la pizza y la salsa de espagueti. ¿Por qué no? Tal vez también inventaron el marxismo y tienen escondidos los brazos de la Venus de Milo en la tumba perdida de Moctezuma. La verdad en mi amado México se fue de vacaciones hace más de cien años y no tiene para cuándo regresar.
Aprovecho el último párrafo de la columna de esta semana para agradecer al Mtro. Enrique Ortíz por haber presentado su más reciente libro “Las Águilas de Tenochtitlán” en un evento de mi Facultad de Psicología. ¿Dónde más? En la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Muchísimas gracias por compartir con nuestros estudiantes este trabajo y darle un pequeño empuje al tema de la difusión, porque la Rosa de Guadalupe y demás programación de la misma índole nos andan ganando el terreno. Como ya le dije a Enrique, recomiendo este libro junto a “Corazón de Piedra Verde”, de Salvador de Madariaga, y “Azteca” de Gary Jennings. El siguiente libro que leeré de este rubro será “Aztec Warfare”, de Ross Hassig, por recomendación del Mtro. Ortiz. A ver qué tal está.
La pandemia no ha muerto, y le queda un largo camino por recorrer. ¿Ya apuntó usted a sus adultos mayores en la plataforma? El acceso es complicado, no cuentan con suficiente infraestructura, y al final el usuario recibe el muy habitual mensaje gubernamental que dice “nosotros nos comunicamos con usted”. Quién sabe, tal vez y hasta un día lo llamen para decirle que ya hay las 10 millones de vacunas que se necesitan para el sector poblacional para el cual está destinado. Mientras tanto acérquese una silla y a seguir comiéndonos los argumentos del preciso y sus maleantes, tal y como si fueran verdad.