Concepto Social de Discapacidad - Trabajo, utopía y deficiencia orgánica: Paul Abberley

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Concepto Social de Discapacidad - Trabajo, utopía y deficiencia orgánica: Paul Abberley

 Según Paul Abberley (Abberley, 1998), la teoría de la discapacidad muestra una cierta reticencia política a abordar la deficiencia orgánica. Abberley prefiere utilizar el término “insuficiencia” para referirse a lo que tradicionalmente se ha denominado "deficiencia orgánica". Sin embargo, es fundamental realizar un análisis detallado para desarrollar un conocimiento más profundo sobre la relación entre la deficiencia orgánica y la discapacidad. En este sentido, es importante destacar que la noción de “deficiencia orgánica” puede resultar engañosa, ya que la deficiencia no es una categoría natural, sino una construcción social que varía a lo largo de la historia. Por lo tanto, en adelante, utilizaremos el término “deficiencia” de manera más general, sin adjetivos que puedan resultar confusos.

 

Las teorías sociales clásicas otorgan una importancia fundamental para la integración social, la participación en la producción; en su utopía, el trabajo es una necesidad como fuente de identidad. Aunque este objetivo es imposible alcanzarlo plenamente para cualquier persona, sigue habiendo una desventaja para las personas con deficiencias.

 

El tema más relevante en la sociología de la discapacidad es de naturaleza conceptual. La teoría tradicional, conocida como modelo médico, atribuye la discapacidad a la deficiencia individual y a la discapacidad personal. En contraste, ofrece una perspectiva distinta, según la cual la discapacidad es el resultado de la incapacidad de la sociedad para adaptarse a las necesidades de las personas con discapacidad.

 

La deficiencia no se explica únicamente por la diferencia, ya que existen diferencias que no implican opresión ni discriminación. En el caso de la deficiencia, se produce una discriminación social que elimina su carácter exclusivamente biológico, ya que conlleva una carga discriminatoria de naturaleza social. No es fácil desvincular lo biológico de lo social en la deficiencia, ya que también implica un factor de identidad.

 

Por ejemplo, en el caso de las personas Sordas que utilizan la Lengua de Señas de su país o región, muchas no se identifican como parte del grupo de discapacidad, sino que prefieren considerarse parte de un grupo originario intercultural. De manera similar, algunas personas con discapacidad rechazan ser consideradas para beneficios específicos solo por ser personas con discapacidad.

 

Es importante destacar que el certificado único de discapacidad, establecido por la Norma 039 de la SSA 2024, es voluntario y no obligatorio. Esto implica que la auto adscripción al grupo social de personas con discapacidad es una decisión personal.

 

La evaluación de la discapacidad se realiza considerando tres aspectos: la deficiencia en sí misma (40%), la discapacidad (40%) y el contexto social (20%). El contexto social se refiere al lugar donde se vive, que puede ser excluyente o más comunicado, y que influye en las posibilidades o impedimentos de participación.

 

 

Como puede apreciarse, es necesario desarrollar una teoría social integral que aborde tanto la discapacidad como la deficiencia, ya que el dualismo entre una teoría biológica de la deficiencia y una social de la discapacidad no conduce a avances significativos. Este enfoque binario puede llevar a diluir la condición social de la discapacidad en una supuesta condición biológica de la deficiencia, de esta forma, retrocederíamos inevitablemente al modelo médico rehabilitador.

 

Esto nos conduce a que las personas con discapacidad participen activamente en el sistema de distribución de bienes; y aunque no es suficiente, también es necesario que participen en el sistema de producción. Esta es la utopía necesaria para las personas con discapacidad, para que su identidad no quede circunscrita a la deficiencia, sino a su participación en la producción.

 

En este sentido, Abeerley señala que, si bien las necesidades de las personas con deficiencias pueden satisfacerse de forma no opresora, la necesidad de trabajar es un requerimiento fundamental que no puede satisfacerse para quienes no trabajan. Esta reflexión subraya la importancia de abordar la discapacidad y la deficiencia de manera integral y social.

 

¡Enhorabuena con la teoría social de la deficiencia!

educacioninclusiva.egr@gmail.com

 

Referencias

 

Abberley, Paul. 1998. "Trabajo, utopía e insuficiencia". In Discapacidad y sociedad edited by Len Barton, 77-98. Madrid: MORATA.