Caricatura Política - Piquete de ojos
En opinión de Sergio Dorado
Aun cuando es más que evidente que quien esto escribe es un profano pleno en materia de visión mexica, pues muy apenas atina a balbucir síntomas pueriles tales como ojos secos, manchas invasoras, visión borrosa y trivialidades de tal envergadura, no obsta para poder expresar que la visión de la diosa menor Piedra Obtusa, quien es la encargada de los derechos humanos, sufre de visión atrofiada que aun cuando no preocupa en lo mínimo al Gran Tlatoani de Tenochtitlán, intranquiliza al curandero Gato Fiel. No por politiquería neoliberal ni mucho menos sino por lealtad al Báculo de Esculapio bajo el juramento de obrar el bien sin mirar a quien.
Gato Fiel, quien posee credenciales doctorales en Maryland y no meras especulaciones de rancho rancio, ha dictaminado con precisión que la patología de los derechos humanos es una rara maquinación perversa de caprichos naturales y una inobjetable complicidad de enfermedades perniciosas tales como el glaucoma, la presbicia, el astigmatismo, la miopía, la hipermetropía, la catarata del Niágara y el piquete de ojos intencionado. Por lo cual, y con cabida de la duda razonable, el prestigiado Gato Fiel ha prescrito la compra de una correa de oblación humana para liar el cuello de Piedra Obtusa y manillar la orientación de los derechos humanos hacia la intrascendencia.
Cabe mencionar que tan acertada y económica receta remedial ha dejado turulata y tartamuda a la sociedad conservadora, lo cual dicho sea de paso ameritó la máxima condecoración a Gato Fiel en la cumbre del Templo Mayor, y un gordinflón Rib Eye echado al molcajete imperial a Piedra Obtusa, a quien ya sin correa y sin direccionalidad manual, potenció el olfato y el gusto por la salivación excedente con eructo final encañonado al cielo politeísta antes de ser derruido por la pólvora española y la traición tlaxcalteca.