Árbol inmóvil - Yáñez, Hortencia y Espín: el retorno de los muertos vivientes (I de II)

En opinión de Juan Lagunas

Árbol inmóvil  - Yáñez, Hortencia y Espín: el retorno   de los muertos vivientes (I de II)

Por una necesidad de efluvio, la calle sin salida te obliga a retornar. En la riada acontece algo símil. De cualquier manera, la galera huesosa busca un subterfugio. 

En suma, se trata del instinto de supervivencia. Un ejemplo más: “El retorno maléfico” de López Velarde, donde expone: 

 

Mejor será no regresar al pueblo, 

al edén subvertido que se calla 

en la mutilación de la metralla. 

 

Hasta los fresnos mancos, 

los dignatarios de cúpula oronda, 

han de rodar las quejas de la torre 

acribillada en los vientos de fronda. 

 

            No se puede así… El anterior fragmento -del poema excelso- resume los peligros del movimiento hacia atrás (incluso, con la frente en alto).  

            En la política, que es repulsa deliberada dentro de la turbulencia de la contención prolija (y unilateral), el fenómeno cambia: 1. Unos regresan para reivindicar sus concupiscencias. 2. Otros, para afianzarlas.  

            Así acontece con los “muertos vivientes” que se encuentran ahora en “Morelos Progresa” en busca de un puesto de elección popular -desde distintos entornos geo-comiciales-: Hortencia Figueroa Peralta, Julio Espín Navarrete, Silvia Irra Marín y Julio Yáñez.  

¿Dónde estaban? Recordemos algo de su sucio pretérito: 

 

  1. Pertenecieron a la 53 Legislatura (a la que la opinión pública tildó de ser la “peor” de todas, en virtud de que sus integrantes se dedicaron a “saquear” y, en ciertos instantes, “desvalijar” las arcas e inmuebles del Poder Legislativo). 
  2. Aprobaron las denominadas “pensiones doradas”: privilegios que aprobaron en beneficio de consanguíneos e “incondicionales”. 
  3. Por ende, fueron estigmatizados de “corruptos”. 
  4. Desviaron grandes cantidades de cifras monetarias.  
  5. Establecieron una relación intrínseca (oscura) con Graco Ramírez Garrido. 
  6. Arribaron al Congreso a través de pigmentos políticos disímbolos; no obstante, por medio del PRD (“amarillo tribal”) encumbraron sus ansiedades desbordadas.  

 

A tres días de la campaña electoral (ésta iniciará el 19 de abril), aquéllos andan impertérritos y, en gran medida, famélicos (“hambrientos”); confían en: 

  1. Conservar el registro del partido (gracias a las operaciones territoriales sin escrúpulos de José Manuel Tablas Pimentel, aspirante a candidato a asambleísta local por Ayala -que enarbola el distrito X-). 
  2. Obtener poder, sobremanera. 
  3. Manipular a mansalva. 
  4. Comprar el voto. 
  5. Recurrir al reduccionismo (sin que sepan nada de esto).  

 

Como una sombra adlátere (que merodea el escenario electoral), aparecerá el perímetro del excandidato a la gubernatura del estado: Rodrigo Gayosso.  

No podemos evadir que la avidez desmedida se centra en la siguiente frase de Tácito: 

 

Para quienes ambicionan el poder, no existe una vía media entre la cumbre y el precipicio 

             

(Se acerca el Rapto)…