Árbol inmóvil - Hueyapan, el desaliento

En opinión de Juan Lagunas

Árbol inmóvil - Hueyapan, el desaliento

El conflicto entre Hueyapan y Tetela del Volcán se divisa inacabable… Lejano, a consecuencia de los intereses que existen en el entorno. Desde que aquél se erigiera como cabildo indígena -en 2019-, separándose de éste, los habitantes se han ensimismado en una disputa territorial y, sobremanera, en torno al manejo de los veneros (que están situados en líneas limítrofes).  

            Desde las configuraciones periódicas (o lugares ininteligibles de la existencia, a causa del desaliento), la comunidad originaria ha mostrado su encono. No anhela enemistarse; empero, como acontece en este tipo de sucesos, la impotencia conduce al sentido beligerante; lo trata de justificar. Aunque el adagio profuso dice: “nada justifica la violencia”.  

            En septiembre del año anterior, la voz de consternación se hizo oír en el Congreso local. Para entonces, se supo que las disputas interterritoriales trajeron consigo pérdidas de siembra (alrededor de 22 hectáreas). Esto laceró la economía de distintos hogares.  

Al final, el gobierno actúa al margen; no interviene como debe de ser, sabiendo que, cuando un problema se vuelve estridente, el desentendimiento es un método eficaz. Nadie hace nada. Y, a la usanza de un leviatán, sobrevienen innumerables secuelas sobre una fijeza: la confrontación.  

Recordé unos versos de “Me sobra el corazón” (autor: Miguel Hernández): “No sé por qué, no sé por qué ni cómo, me perdono la vida cada día”. A los oriundos de Hueyapan (y de Tetela) les “sobra” el ánimo de conciliación; sin embargo, no encuentran un punto de apoyo por ningún andurrial. 

De esa forma, este martes -nueve- tuvo verificativo una prolongación de la infecundidad: manifestaciones de descontento (y de hastío) en la capital del estado. La “mesa de diálogo” con las autoridades es paliativo, alargamiento, simulación… No hay reconocimiento formal aún de la recién creada estructura concejal. (Ni lo habrá). Hueyapan tiene sed; Tetela, apetencia de soluciones. El Ejecutivo, desidia. El derredor, oscuridad. La noche, confinamiento. El tálamo, muerte…  

La democracia, que es manipulación de partidos, será pisoteada a la brevedad dentro de esta contienda. Alguien, en este instante (Morena, verbigracia), está fraguando un plan malévolo para inmiscuirse, de modo “electorero”, en estos desacuerdos territoriales. Al espacio… (Y sus erosiones septentrionales). Todo es cuestión de notoriedad macilenta. El diputado José Casas dice que “ayudó” a destrabar…  

En medio de los entes que deben procurar la solución (Ejecutivo, Legislativo y Tribunal Electoral) se encuentran personas desamparadas (de los dos poblados), que sólo quieren trabajar y, en suma: cohabitar con armonía. La peor presbicia, según el axioma, es la que “no quiere ver”. La ira, por ende (acercándonos a un postulado de Balthus), será exponencial; la ligereza de las autoridades, inversamente proporcional.

 

MARCOS “N” 

¿Realmente funcionó la estrategia de su abogado defensor: prolongar la salvaguarda de la libertad de este asambleísta, acusado de violar a una fémina? No se oyen los goznes de la puerta…