A diferencia de Morelos, 4 estados vencen al dengue
- Medidas de éxito implementan entidades donde no hay casos
- En Tlaxcala se recurre al uso de trampas de oviposición
Como puede apreciarse en la imagen que acompaña este texto (con origen en la Secretaría de Salud federal), hay cuatro entidades del país (en blanco) donde, hasta la semana 40 de este año, no existía un solo caso confirmado de dengue, mientras que otras, como Morelos, se ven agobiadas por la enfermedad.
En sitios como nuestro estado, se ha argumentado una serie de causas naturales para intentar explicar el fracaso por detener el avance del mal. Se habla de las condiciones geográficas y climáticas (se culpa, de hecho, al harto repetido "cambio climático") que, desde luego, están probadas como vinculadas con la presencia del Aedes Aegypti.
Con base en el mapa adjunto, se atestigua que hay 2 estados sin registro de dengue, rodeados por otros donde se ha dejado incubar y crecer a los mosquitos Aedes. En Durango y Tlaxcala, las medidas preventivas han surtido efecto y, hasta el pasado 7, no había un solo caso registrado, pese a que a su alrededor pulula el peligroso mosquito.
En los otros dos, la ausencia del mal puede entenderse dadas las circunstancias que prevalecen ahí. Es el caso de la Ciudad de México, cuyas características urbanas son casi incompatibles con las condiciones que requiere el mosquito transmisor. Su ubicación, igualmente, explica la fortuna que tienen los habitantes de Baja California.
Si se revisa el caso de Tlaxcala, sin un solo caso al momento, se evidencia que la principal entidad con que colinda, que prácticamente lo envuelve, es Puebla, que tenía en el corte referido, 949 enfermos confirmados (casi igual que Morelos, de hecho). Pequeñas porciones de su territorio tocan a Hidalgo y al Estado de México, que también registran personas afectadas.
Con base en información oficial tlaxcalteca, se sabe que ahí se han tomado con seriedad las acciones preventivas y de educación a los habitantes. Junto a medidas como la poco eficaz "nebulización" (a la cual se la llevan las lluvias), en el pequeño estado se ha hecho énfasis con éxito en la concientización. Pero, especialmente se ha recurrido, además, a algo más contundente e inteligente, que es el esparcimiento de las que se llaman "ovitrampas" (o trampas de oviposición, recipientes donde las hembras de los mosquitos depositan sus huevos, que crecen hasta convertirse en larvas, pupas y mosquitos adultos, y que eliminan poblaciones inmaduras o adultas del Aedes Aegypti).
Esas trampas se colocan en espacios abiertos, proclives a servir de ambiente incubador para los vectores que transmiten dengue, zika y chinkunguya. Pero también se entregan en domicilios particulares, a fin de reforzar el ataque a los mosquitos; ello, según la información oficial de ese gobierno estatal. Los resultados son patentes.
En el mismo mapa, puede apreciarse la situación de Morelos, en una región donde las condiciones favorecen la presencia del dengue, pero donde las medidas asumidas han sido un fracaso y, por ello, está por encima de todos sus vecinos en cuanto a la incidencia de la enfermedad. No es casualidad que también en materia de zika sea la entidad líder en el país (17 casos, de un total de 58, lo que implica que posee el 30 por ciento del total nacional), mientras que en la gran mayoría de la República no hay registro alguno de este otro mal este año.