¿Y las Interacciones sociales donde quedaron en el ámbito escolar?
En opinión de Cristina Castillo
“Yo voy a la escuela a jugar con mis amigos”, comenta un menor de preescolar. “Yo aprendo a leer y las sumas”, comenta una chiquilla de primaria. “Yo estudio y aprendo con mis amigos” Comenta un joven de secundaria.
Pero ahora, que hay escuela a distancia, ¿a qué voy a la escuela?
Estas fueron las respuestas de algunos alumnos de las escuelas en las que trabajo como maestra de Apoyo de USAER, son una pequeña muestra de lo que piensan al respectos los niños de Morelos y nos lo hicieron saber en un pequeño cuestionario que enviamos para saber de dónde partíamos y cómo se sentían con ésta modalidad en línea.
Yo, maestra de educación especial, brindando apoyo en la USAER 71 y 46, en una reunión posterior les dije: “ Yo, voy al recreo, si, afirmé, yo voy al recreo”, con firmeza hice que se escuchara en todo el auditorio. Con ojos enormes me miraron, como si les hubiese dicho algo extraño, algo sin sentido. Y mi intención fue dejar una reflexión en ellos, que pretendo que ahora se quede con ustedes, mis compañeros.
Nos hemos centrado como docentes a seguir marchando y que no se pierda nada de aprendizajes, que logremos seguir avanzando, que nadie deje de conectarse a clases o cumplir en las entregas de evidencias, los aprendizajes esperados, la optimización de los tiempos, hasta hemos proporcionado tiempo extra, ajustándonos a los horarios que las familias pueden. Pero me parece que en general, el niño(a) y el adolescente va a la escuela al recreo, ¡sí!, al recreo, pero no lo sabe y menos lo puede expresar abiertamente, las niñas(os) van a socializar, a jugar, a platicar, a aprender del otro (además de lño que puede ytransmitir su maestro o maestra), su motivación es ésta y lo que resulta después es un aprendizaje en el ámbito escolar, pedagógico. En mi opinión, ésta hipótesis es lo que hace que ahora sea tan complicado el confinamiento, la escuela a distancia y el agotamiento que actualmente estamos viviendo y me atrevería a decir que hasta bajos rendimientos. Necesitamos del otro, de su mirada, de su escucha, de su contacto, somos entes sociales antes que maestras y alumnos, por lo que me parece que estamos perdiendo de vista éste espacio preciado que llamamos recreo o receso según lo apropiemos.
“Yo propongo un día entero de recreo”, me sugirieron en nuestra asamblea, porque no solamente preguntamos sino también, escuchamos propuestas que surgen en la voz colectiva de la niñez.
Yo asentí y sinceramente creo que no será suficiente para retomar, para recuperar lo que hemos perdido en ésta escuela en casa, en ésta escuela a distancia.