Serpientes y escaleras - Duelo morenista
En opinión de Eolo Pacheco
El refrán es regla en política: el que se ríe se lleva y el que se lleva se aguanta.
Duelo morenista
La temperatura política al interior del Movimiento de Regeneración Nacional en Morelos se está elevando considerablemente en la víspera de que comience la discusión electoral rumbo al 2024. Las fracciones que conforman ese partido están marcando distancia entre sí y advierten momentos álgidos que podrían afectar el resultado final de la elección. El primero golpe lo lanzaron los rabinistas en el congreso local y la réplica llegó con la inhabilitación temporal de Paola Cruz como consejera. ¿Qué sigue?
Aunque para muchos actores políticos de la cuarta transformación el revuelo interno en su partido es natural y forma parte de la sucesión, las implicaciones de la pugna interna pueden echar abajo los sueños triunfalistas de más de uno. Explico:
La fuerza de Morena en Morenos no está en su militancia, ni mucho menos en su estructura: el partido tiene apenas un puñado de integrantes, muchos de ellos son ficticios y de reciente afiliación, la mayoría se adhirieron oficialmente en la elección de consejeros y lo hicieron a cambio de una prebenda económica. Ergo: son militantes de chocolate.
En términos de estructura, el movimiento morenista morelense carece de ella: los eventos masivos en los que participan algunos actores de la 4T son organizados por ellos mismos, se trata de personas que se identifican con el precandidato o que responden a un llamado a cambio de dinero, como ocurrió recientemente en el informe de la senadora Lucía Meza Guzmán.
Morelos es un estado obradorista, no morenista, es decir, mucha gente simpatiza con el presidente Andrés Manuel López Obrador sin pasar por el partido que lo representa, lo cual es un arma de doble filo para los candidatos guindas, porque en función de la identidad que les concedan con el presidente, dependerá el apoyo que reciban en las urnas.
En Morena solo algunos cuantos actores tienen estructura propia: Rafael Reyes en Jiutepec, Juan Ángel Flores en Jojutla, Rabindranath Salazar, Ulises Bravo, Rodrigo Arredondo, Ariadna Barrera y Lucía Meza; los demás son producto de la ola obradorista y dependientes de lo que el partido les pueda dar en una campaña.
Entre las figuras en cuestión no hay empatía, ni trabajo coordinado, salvo algunas excepciones. El Movimiento de Regeneración Nacional en Morelos está dividido, en muchos casos confrontado y en situaciones como las que se ve entre los grupos que encabezan Rabindranath Salazar y Cuauhtémoc Blanco, dedicados a aniquilar al rival.
Veámoslo de esta forma: la postura de los tres diputados rabinistas del congreso local que se han sumado al bloque opositor lo hicieron anteponiendo los intereses de su grupo por encima del proyecto político que abanderan; Paola Cruz, Macrina Vallejo y Alejandro Martínez actúan abiertamente en contra del gobernador Cuauhtémoc Blanco, en contra de un gobierno de Morena y en franca desobediencia de los lineamientos que les ha dado su partido.
Liderados por Rabindranath Salazar a través de Miguel Lucia, la tripleta legislativa concedió sus votos al PAN para atacar al jefe del ejecutivo, para boicotearle el presupuesto e intentar ponerlo en jaque en la recta final de su administración. El revire llegó con la suspensión temporal de Paola Cruz como consejera del partido, situación que, de confirmarse, le haría perder sus derechos partidistas y por consecuencia la dejaría fuera de cualquier posibilidad de competir bajo las siglas de Morena en las próximas elecciones. Algo similar les puede suceder a los otros dos diputados.
Un grave error de cálculo de los tres rebeldes de Morena y de la mayoría de los legisladores locales que se ha dejado llevar por quienes marcan la línea en el congreso está en la manera como se han movido, sin pensar en las consecuencias de sus actos o considerar lo que ello les acarreará problemas en el futuro. Como lo establecen los conceptos de ciencia en la tercera Ley de Newton: con cada acción hay una reacción igual y opuesta. Para que lo entiendan los diputados: en juego donde hay desquite ni quien se pique.
La lucha de poder entre poderes todavía va a dar mucho de qué hablar: la validación de la violencia política de género que concedió el Tribunal Estatal Electoral puede implicar que quince de los veinte diputados que conforman la legislatura actual pudieran quedar impedidos legalmente para participar en la próxima elección. Esta situación se mezcla con el pleito interno en Morena y se combina con la circunstancia que el partido está bajo la conducción de Ulises Bravo, hermano de Cuauhtémoc Blanco, con la venia y apoyo del dirigente nacional del partido Mario Delgado.
Del lado del partido la primera inhabilitación en la lucha política es para Paola Cruz, pero en independencia de lo que determine al final una autoridad judicial, porque evidentemente la diputada apelará, lo de fondo es que su partido no la ve bien y Ulises Bravo, en su calidad de presidente legítimo, hará lo que este en sus manos para frenar cualquier candidatura a favor de la diputada Paola Cruz. Lo mismo sucederá en los casos de Macrina Vallejo y Alejandro Martínez.
Una interrogante que surge en este duelo es ¿Les aplicarán la misma regla a todos los morenistas que no se alineen? ¿Estaremos viendo la vara que medirá a los indisciplinados o solo a aquellos que se han opuesto a la figura del gobernador? ¿Le pueden hacer lo mismo a Rafael Reyes, a Margarita González, a Lucía Meza o a Rabindranath Salazar?
La oposición legislativa está aprovechando el conflicto interno de Morena, a través de Agustín Alonso lograron la suma de los diputados rabinistas y de ahí derivó todo lo demás; la circunstancia que ahora vemos en el congreso local puede aparecer en las próximas semanas o meses en otros lugares, incluyendo ciertos municipios. Si Morena no actúa con prudencia, el breve se abrirán nuevos frentes de ataque contra del gobernador Cuauhtémoc Blanco y contra todos quienes lo representen, empezando por sus precandidatos a la gubernatura.
Lo que algunos actores de la 4T consideran una “efervescencia natural” previa al proceso electoral comienza a mostrar signos de descomposición, lo que está pasando en el Movimiento de Regeneración Nacional en Morelos no un conflicto menor, puede ser el preámbulo de una fractura mayor que le cueste al partido la elección del 2024.
Por separado ningún diputado, alcalde o actor político de Morena tiene la fuerza ni el carácter para enfrentar al gobernador, pero juntos pueden lograr que el escenario se modifique y el equilibrio de poderes cambie.
En Morena se llevan muy pesado.
· posdata
La sanción interpuesta por los magistrados del Tribunal Estatal Electoral a 15 de los 20 integrantes del congreso local no es cualquier cosa: si la ordenanza se aplicara estrictamente conforme a lo que establece el protocolo, todos los imputados deberían ser incorporados a la lista de violencia política de género, lo cual de manera automática les impediría participar en la próxima elección.
El fallo del TEE fue un “exceso” dice la diputada Luz Dary Quevedo al tiempo de anunciar que recurrirán a una controversia en una instancia superior. ¿Qué puede pasar?
En plenitud de jurisdicción, el decreto de los magistrados electorales morelenses es válido, pero la palabra final sobre el tema la tiene la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ahí es donde llevan la de ganar los denunciados, porque la SCJN le dará la razón al congreso por respeto a su soberanía y para evitar un problema de gobernabilidad.
Un veredicto en contra de la mayoría de los integrantes de un poder estatal sería histórico y generaría un enorme problema político local, porque sancionaría a tres cuartas partes del congreso y eso se antoja sumamente difícil. Lo que sí puede ocurrir es que la corte mantenga el fallo solo contra algunos legisladores locales, empezando por el presidente de la mesa directiva Francisco Sánchez.
Independientemente de lo que resulte de esta situación es evidente es que la tensión entre diputados y poderes está in crescendo y ha entrado a un terreno legal que no augura nada bueno para ninguna de las partes. Veámoslo de esta forma: los golpes van de un lado a otro, cada vez con mayor intensidad y en algunos casos llegando al terreno de lo personal. ¿Qué sigue después de esta denuncia? ¿El juicio político contra el gobernador?
Si así están las cosas antes de que inicie formalmente el proceso electoral, imaginemos como van a estar las campañas.
· nota
Independientemente de su tamaño o ubicación geográfica, hay municipios de Morelos que de manera histórica o coyuntural tienen un peso específico en la elección estatal: Cuernavaca por ser la capital y ahora Jiutepec y Jojutla, en donde están los alcaldes mejor posicionados de Morena.
La importancia de Cuernavaca es obvia: es el municipio con más recursos, con más desarrollo económico, más concentración poblacional y porque influye de manera sustantiva en el voto de toda la zona metropolitana.
En la capital el Movimiento de Regeneración Nacional es oposición y peor: el exalcalde de Morena está en la cárcel por corrupción. Solo una ocasión en la historia de Cuernavaca la izquierda la izquierda ha gobernado (2028-2021) y los resultados fueron desastrosos; en la última elección todos los candidatos de la 4T en ese municipio perdieron.
¿Quién puede ser el candidato de Morena en el 2024? La lista la encabeza Alejandro Mojica, una figura querida y reconocida por los cuernavacos, Víctor Mercado, en caso de no ser postulado a la gubernatura y Ulises Bravo, si no compite por un escaño en el senado.
Jiutepec y Jojutla son caso aparte: ahí además de la presencia morenista destaca el liderazgo de los presidentes municipales, quienes pesan en sus municipios y tienen sus propias canicas con las cuales jugar: Juan Ángel Flores podría apoyar Mirsha Suárez (regidora y presidenta del consejo estatal de Morena), a Amada Martínez (síndica y coordinadora estatal de Marcelo Ebrard), a los regidores Patricia Luna o Alberto Salgado, a Geovani Romero, a Carlos Brito o a Berthiel Miranda. Rafael Flores apostaría por una sola persona: su cuñado David Ortiz y alguna dama que sobresalga de su gabinete; en el municipio ha ganado terreno la diputada Ariadna Barrera, cercana ahora al gobernador Cuauhtémoc Blanco. Todos los personajes anteriores podrían participar también por un espacio en el congreso local o repetir en el cabildo, pero en el caso de Jojutla y Jiutepec requieren del apoyo de los presidentes municipales actuales.
Acomodar a todos los aspirantes a las diferentes candidaturas no será nada fácil para el partido.
· post it
El desacato de una sentencia emitida por el tribunal estatal electoral es inédita, dice la presidenta del TEE Morelos Martha Elena Mejía; sin mediar una acción judicial los diputados “auto suspendieron la sentencia de un órgano jurisdiccional, acto que solo corresponde a los tribunales jurisdiccionales”.
“Respetamos la postura de las magistradas del TEE, pero esta es la determinación que tomó la soberanía, el congreso así lo dispuso en el acuerdo parlamentario, que no se va a permitir la intromisión del tribunal en decisiones que son internas del legislativo” afirma el presidente de la mesa directiva de la cámara de diputados Francisco Sánchez.
¿O sea que el Legislativo puede, con mayoría calificada, incumplir la sentencia de un órgano jurisdiccional bajo el argumento de que son soberanos?
¿Ya son un supra poder?
· redes sociales
En términos legales, el diputado Francisco Sánchez camina en casa de jabonero.
Cuidado.
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