Presupuestos opacos
En opinión de Roberto Salinas
Ha comenzado en el Congreso morelense el desfile de funcionarios para presentar sus presupuestos de ingresos del año 2020. Documento en el que solicitan a los legisladores la autorización para el cobro de impuestos y desglose de la forma en que esperan obtener los recursos que gastarán el próximo año.
Hasta el momento, ninguna institución municipal y estatal o bien judicial o legislativa ha hecho pública su propuesta presupuestal. En ningún caso incluyeron procesos de participación y diálogo público para construir este documento. Se cree desde las instituciones que estos procesos pertenecen solo a quienes ocupan los cargos gubernamentales.
Lo que no consideran es que realizar procesos abiertos y participativos en la construcción de las leyes de ingresos, podrían permitir acordar con los ciudadanos el prudente o conveniente aumento de impuestos que les permita obtener más recursos para invertirlos mejor en servicios públicos. Hoy, el aumento de impuestos es un tema que desde el ámbito público no se quiere tocar porque electoralmente no conviene, resta votos y daña la imagen del titular de la institución.
Además de lo electoral, incluir la transparencia y participación ciudadana en la preparación de presupuestos de ingresos y gastos, deja al descubierto el mal uso de recursos, la mala programación y abusos de estos. En general la premisa es, mientras los ciudadanos sepan menos mejor.
Ya en el ejecutivo estatal se vislumbran los errores o abusos en el cálculo del presupuesto 2019. Existen algunas partidas presupuestales en las que al mes de agosto ya se rebasó el presupuesto programado para todo el año 2019. Como ejemplo de ello son los gastos en servicios de comunicación social y publicidad que tenía un presupuesto anual de casi 70 millones de pesos y al mes de agosto el gasto ya era de 100 millones, en el mismo caso se encuentran los conceptos de materiales y artículos de construcción y de reparación que supera en 31 millones lo programado que era de 22 millones. En el caso de remuneraciones al personal de carácter transitorio (contratos por honorarios) se tenía un presupuesto de 7.4 millones y faltando cuatro meses para concluir el año ya se han gastado 30 millones.
El caso que más llama la atención es el de materiales de administración, emisión de documentos y artículos oficiales en el que fueron programados 25 millones en 2019 y al mes de agosto se han ejercido 297 millones, diez veces más de lo presupuestado. El gasto excesivo de esta partida podría deberse a la adquisición de las placas vehiculares. Sin embargo, el presupuesto fue publicado en marzo de este año, fecha en la que ya se tenía conocimiento del proceso de adquisición de las placas que inició en diciembre de 2018.
Por ello, a las instituciones no les gusta la difusión del presupuesto, no permiten la participación ciudadana porque programan mal, cambian el presupuesto de acuerdo con sus conveniencias particulares y no las sociales.
Quienes hablan de transparencia y combate a la corrupción, pero son incapaces de transparentar algo tan básico como el presupuesto de ingresos y gasto, difícilmente harán un adecuado uso de recursos que repercutan en mejores servicios.
Esperamos que haya funcionarios transparentes que publiquen proactivamente la propuesta de presupuesto 2020, sería muy oportuno para Morelos.