Observador político - Por un presupuesto digno a la UAEM

Sin lugar a dudas, la prioridad para este año y el que sigue debe ser para el gobierno del Estado y los otros dos poderes: Legislativo y Judicial, la prioridad y por ello, se le tendrá que dar la apertura financiera necesaria para blindar las acciones que permitan contrarrestas la alta incidencia delictiva. El segundo punto y no menos importante, será el otorgarle las herramientas a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos para que haya la estabilidad que requieren alrededor de seis mil familias y más de 43 mil estudiantes. De ahí la urgencia de un presupuesto digno para el 2020.

LOS UNIVERSITARIOS.- No fue casual que hoy, dos de octubre, fecha en la que se conmemora el día negro para México por la matanza que se generó en Tlatelolco hace 51 años, hayan salido los integrantes del Comité de la Sociedad de Alumnos de la Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos del zócalo al recinto legislativo para exigirle a los diputados de todos los partidos políticos y grupos parlamentarios su respaldo para que se le otorgue un aumento del punto cinco por ciento para que acumule un tres por ciento total del presupuesto a la máxima casa de estudios. Lo que se vio ayer, fue a un líder estudiantil, Erick González García, que no compra conflictos como el que mantienen actualmente las y los diputados de la 54 legislatura local.

A pesar de que las integrantes del Frente Progresista de Mujeres encabezadas por la presidenta y diputada local del Partido del Trabajo, Tania Valentina Rodríguez Ruiz, y entre las que se encontraban: Érika García Zaragoza y Naída Josefina Díaz Roca (PT), Maricela Jiménez Armendáriz (MC), Blanca Nieves Sánchez Arano (NA), Rosalinda Rodríguez Tinoco (PRD) y Keila Figueroa Evaristo (Morena), les dieron todo el respaldo y afirmaron que ya hace cinco meses se dio lectura a la iniciativa que presentó Dalila González, de Acción Nacional, para que se incluyera en la orden del día y se votara, ellas sabían lo complicado que sería aterrizar en ese acuerdo porque el resto de los legisladores que son mayoría, no estaban conscientes de esa postura y sobre todo, porque las “disidentes” estarían capitalizando la demanda y exigencia de los jóvenes universitarios.

Lo cierto, es que el líder de la FEUM, Erick González, puso en evidencia la posición del Gato, Héctor Javier García que al igual que sus homólogos cobran sus 200 mil pesos –salario y dietas mensuales- y por lo tanto, mientras a ellos no les afecte, lo demás es lo de menos. Por lo tanto, quedó exhibido por la aliancista Blanca Nieves Sánchez Arano –la maestra Canuta, como la calificaría Jorge Argüelles- que le exigió que cumpliera con su papel de representante popular y respaldara la decisión que asumió el Frente Progresista de Mujeres. Al final no supo que decir ya que le ganó la ignorancia enfrente de los universitarios que escuchó la contradicción del legislador de Morena.

LOS ARGUMENTOS PARA EL INCREMENTO.- En primer lugar están la matrícula. Y que incluso, está expuesta en la página de la UAEM en su apartado denominada “reestructuración financiera”, y en la cual, se especifica para las naciones desarrolladas más importante del mundo, se enfocan sobre todo en construir su prosperidad económica y el bienestar de su población con base en la educación y la generación y aplicación del conocimiento con valores humanistas y solidarios. Sin embargo, para nuestro país, es totalmente diferente a pesar de la ampliación y descentralización de los servicios de educación superior han sido objetivos estratégicos. Se indica además que en el periodo 2000 a 2017 se observó un crecimiento de la matrícula pública de educación superior de 117%, mientras que el incremento del gasto federal para este nivel fue de 65% en términos reales. La diferencia entre ambos crecimientos se tradujo en una reducción en el subsidio por alumno.

Además de los adeudos que tiene la UAEM con instituciones como el Sistema de Administración Tributario (SAT) así como a proveedores de Seguridad Social (IMSS, INFONAVIT, ISSSTE, FOVISSSTE) La situación deficitaria en las universidades a lo largo de varios años las ha llevado a priorizar el pago de los salarios y las prestaciones a los trabajadores pactados en los contratos colectivos de trabajo, tomando la decisión de no cubrir los pagos correspondientes al SAT y a Seguridad Social. Independientemente de los adeudos con acreedores, prestadores de servicios, trabajadores  y pensionados.

CONCLUSIONES.- Mediante un diagnóstico de la situación de la UAEM, se indica que de diciembre de 2018 se amplió el proceso de análisis por parte de la Secretaría de Educación Pública que ha permitido identificar y dimensionar el déficit de las universidades. Y actualmente se está en condición de hacer un planteamiento general que permita atender el déficit presupuestal de manera integral e iniciar un proceso para que todas las IES públicas puedan impulsar procesos de transformación institucional y atender el propósito de obligatoriedad de la educación superior contenido en la reforma del artículo 3º constitucional, así como el avance que se ha tenido en materia de transparencia y la rendición de cuentas.

Por lo tanto, y dada la magnitud de la problemática financiera de la UAEM, se busca obtener el tres por ciento del presupuesto del estado para cumplir con los compromisos laborales así como con instituciones diversas, además de regularizar la plantilla académica y administrativa que hasta la fecha no lo consideran como tal. Sobre todo, porque la plantilla está justificado por el beneficio social que conlleva el incremento en la matrícula al incorporar un mayor número de jóvenes a las aulas universitarias.

Precisamente aquí es donde está el meollo del asunto, puesto que tanto la SEP como la SHCP deben de reconocer la plantilla académica con la finalidad de que se regularicen los recursos y se logre un ajuste del número de su personal al criterio de racionalidad para no continuar generando un sobre giro presupuestal por este concepto. En síntesis, tanto la federación como el Estado requieren de darle un presupuesto digno a la máxima casa de estudios de Morelos para garantizar la estabilidad y evitar la incertidumbre financiera y laboral así como educativa que cada fin de año se está volviendo cíclica y va en detrimento de calidad académica sino del proyecto de vida de la comunidad universitaria.

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