Observador político - Cuauhtémoc y el resarcimiento de un daño irreparable a Morelos
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
Han pasado ya 65 días desde que Cuauhtémoc Blanco dejó la gubernatura de Morelos, pero el exfutbolista no ha mostrado ningún interés en regresar al estado al que llegó en medio de la controversia, las denuncias penales y el dinero sucio. Su sexenio es conocido: un hombre sin experiencia política, colocado en el poder tras un contrato con el extinto Partido Socialdemócrata, que no solo fue un acuerdo electoral con los hermanos Julio y Roberto Yáñez, sino también una operación financiera que implicaba pagos millonarios a cambio de ser candidato a la alcaldía de Cuernavaca, su primer puesto de gobierno.
LA HISTORIA DEL CUAH.- Cuauhtémoc Blanco inició su carrera política en 2015 como alcalde de la capital morelense, con un contrato por siete millones de pesos pagados previamente, de acuerdo a las denuncias y al menos, un millón más para "gastos personales" durante su campaña político electoral. Esa fue la cara de lo que se consideró como un "nuevo político", “ un hombre que no es político”, un hombre que comenzó su andar en la arena pública no con ideas ni propuestas, sino con un respaldo económico turbio que lo catapultó a la política y a la administración pública.
El mismo que, ahora, se ha convertido en diputado federal por Morena, donde ostenta el puesto de secretario en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. ¿Es este el político que Morelos necesitaba? ¿El hombre que en seis años al frente del gobierno estatal dejó más preguntas que respuestas y más daños que logros?
El sexenio de Cuauhtémoc Blanco en Morelos fue, por decir lo menos, desastroso; el estado vivió una crisis de gobernabilidad, donde la apatía y el desinterés del exgobernador fueron las constantes; conflictos políticos con la mayoría de los legisladores y con integrantes del Poder Judicial; así como con varios alcaldes de la entidad; aunado a las denuncias de corrupción, la falta de transparencia y el uso personal de recursos públicos fueron el pan de cada día. El hoy diputado federal se comprometió a darles una vida mejor a los morelenses y por el contrario, se dedicó a hacer viajes constantes, tanto dentro como fuera del país, dejando en el olvido los problemas estructurales que aquejan a la entidad: desde la inseguridad hasta la crisis económica.
Hoy, después de un sexenio marcado por la falta de resultados y la descomposición institucional, Cuauhtémoc Blanco tiene una nueva oportunidad, pero ¿realmente aprovechará su cargo en el Congreso para hacer algo que resarza el daño que le causó a su estado? Como legislador, especialmente en su posición en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, debería de ser su obligación priorizar las necesidades de Morelos, un estado que aún arrastra las consecuencias de su desastrosa administración.
Insisto, hoy Blanco Bravo tiene la posibilidad desde su nueva posición, gestionar los recursos que Morelos tanto necesita para reconstruirse, sobre todo, por el daño y la herencia maldita que le dejó a su sucesora, la hoy gobernadora Margarita González Saravia, quien asumió este año y requiere de todo el apoyo posible para enfrentar la grave situación financiera que le dejó su sexenio.
Empero, los morelenses deben preguntarse si el exgobernador, señalado por no rendir cuentas claras sobre el destino de más de 3 mil millones de pesos en recursos públicos, realmente tiene la capacidad y la voluntad de gestionar lo necesario para sacar al estado del agujero en el que lo dejó.
EL DESFALCO.- A finales de este mes de noviembre, se espera tener una respuesta de los informe de la entrega recepción entre las administraciones de Cuauhtémoc Blanco y Margarita González Saravia, por lo que se contempla incluso, resultados de la denuncia que presentaron ante la Fiscalía General de la República este mismo año, los dirigentes de los partidos PRI, PAN, PRD y Redes Sociales Progresistas, junto con su ex candidata a la gubernatura, por el presunto desvió de más de 3 mil millones de pesos en su gobierno.
Sin embargo, el presunto desvió no se trató únicamente de su gobierno sino de varios municipios, así como de la Fiscalía General del Estado y de diversas dependencias de la administración en el sexenio de Cuauhtémoc Blanco, como bien lo confirmó la contralora Alejandra Pani Barragán y quien adelantó que tendrán que esperar los resultados aunque adelantó que se debe respetar el sigilo de la investigación por parte de la FGR.
CRISIS EN EL SECTOR SALUD.- En pleno 2024, la gobernadora Margarita González Saravia, en un ejercicio de autocrítica, aceptó que el sector salud enfrenta una grave carencia de infraestructura para dar refugio a los familiares de los enfermos hospitalizados, una problemática que se ha vuelto cada vez más visible en la vida diaria de los morelenses y que mucho tiene que ver con la herencia que le dejó la pasada administración.
Es doloroso, y profundamente indignante, ver cómo los seres queridos de los pacientes se ven obligados a pasar la noche en las afueras de los hospitales, durmiendo en el suelo, expuestos a las inclemencias del tiempo—ya sea bajo el sol abrasante, el frío helado o la lluvia. Estas escenas, que circulan en redes sociales y que son compartidas por la ciudadanía más vulnerable, son prueba de un sistema de salud colapsado, de un estado que aún no ha logrado proporcionar una mínima infraestructura para atender las necesidades humanas más básicas de las personas que atraviesan situaciones extremas.
A pesar de los esfuerzos por parte de la gobernadora para reconocer el problema, lo que está claro es que la respuesta sigue siendo insuficiente y tardía, quizá por ello, Margarita González declaró que el gobierno estatal analizará este problema con las autoridades del IMSS-BIENESTAR, para que se les pueda ayudar ante un desastre que se registra en los hospitales públicos que están saturados, con falta de personal y una infraestructura que no da abasto.
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