Nada y Ave
En opinión de Carlos Morales Cuevas
Dice el gran José Emilio
que Unamuno se dio cuenta;
frente al espejo,
Adán es Nada.
En cambio,
en el reflejo del mar,
Eva es Ave resguardando los cielos;
quizás, sólo quizás,
al ser bautizados,
la santa madre iglesia invirtió los papeles,
los nombres, la divina voluntad.
Puso alas al vacío,
cortando amplitud a Eva,
sin saber que;
no bastan plumas para volar.
Y ahora que el cristal se ha roto,
Adán se arrastra,
intentando cruzarse en la mirada
de quien dando trozos de vida
(que no sólo una costilla),
pretende enseñarlo a caminar.