¡Me dueles México! - ¿Inseguridad, corrupción y pobreza factores para una guerra civil en México?
Todos nos quejamos de los episodios violentos, deseamos que terminen, mas no sabemos qué hacer para erradicarlos.
Acostumbrados al paternalismo gubernamental, exigimos a la autoridad que en breve lo resuelva y al mismo tiempo la misma sociedad abona a profundizar el problema. He sostenido que la crisis de valores, nos arrastra a todos, buenos o malos.
¡A nadie le gusta escuchar la verdad! Con ello vienen las descalificaciones de lo que digo y cómo lo digo. “Nos creemos la mentira y nadie aguanta la verdad”.
Cada vez la perversidad humana se reinventa. Voy a intentar hacer un análisis de todo lo que ha venido sucediendo en el país y en Morelos. Corría el año de 2006 cuando gran parte de la sociedad estaba muy inconforme con el triunfo de Calderón Hinojosa, se le llamó el presidente espurio. Sin embargo, lo aguantamos; los mexicanos tenemos una gran resistencia hasta permitir que concluyera su sexenio… y vuelve la burra al trigo: ganó Peña Nieto, todo porque los mexicanos resistimos hasta la hambruna. Dice el vocalista de Calle 13 “aguantamos que todavía existan reyes, el que no fuma se aguanta el olor a cigarrillo, aguantamos el capitalismo, el comunismo, el socialismo, aguantamos cada año a nuestro pu*... presidente, aguantamos a Pinochet, Hitler, Stalin, Hussein…”. Terminó el sexenio y propios y extraños lo llamaron asesino, la población en general no sabe (porque no quiere informarse) qué pasó en realidad y la masiva información negativa logró el objetivo. México cree que el baño de sangre y esta creciente violencia es su culpa. A río revuelto, ganancia de pescadores, reza la voz popular.
Llega Enrique Peña Nieto, quien tuvo la habilidad mercadológica para prometer “Un México en Paz” ilusos los mexicanos aspiraron a pacificar el país. No sucedió porque en el sistema de seguridad y justicia no tuvo la sensatez de tener un equipo conocedor de este tema tan sensible.
En el 2018 la OCDE dijo que EPN dejó al país sumido en la más notable desigualdad, más violento con decenas de miles de muertos.
AMLO ingresó a un nuevo gobierno con la promesa de cambiar el status quo: perseguir a los corruptos y castigar el delito. Inició una estrategia para pacificar al país, no comprendida principalmente por los políticos contrarios a su ideología: a) Amnistía (la cual sobra decir que siempre ha existido en la ley penal) b) Foros de Reconciliación y Pacificación Social; c) Guardia Nacional. Las víctimas por supuesto que enarbolaron el eslogan que tiene mucho de fondo “Ni olvido ni perdón” Por supuesto que me uno a esta voz.
Todas estas formas de gobernar han dejado insatisfecho al pueblo mexicano, hay un encono social difícil de erradicar. Por un lado, se pelean los carteles el territorio, lo cual divide también a la sociedad porque éstos sí están organizados. En algunas regiones se organiza la población y crea “policías comunitarias” sin dejar de señalar las modas del “vengador solitario”. En la década de los 70`s se intentaron organizar grupos guerrilleros a los cuales les dio duro el entonces llamado CISEN, ellos le llaman “seguimiento”.
Mas la sociedad se mezcla en esta perversa violencia, cómo no lo va hacer con tanta desigualdad social, tanta pobreza, pocas posibilidades de tener un bienestar social, injusticia, corrupción e impunidad y entonces se hace presente su participación en lo que ella misma cree su defensa de sus derechos, pelear o morir y lo que en realidad está creciendo en México son síntomas de una guerra civil, aunque suene fuerte o inapropiado decir, hay que tener cuidado; si miras la historia en toda Latinoamérica: El Salvador, Nicaragua, Perú, Chile, en otras latitudes, Yemen, Camboya, Nigeria, Ruanda, Somalia y otras en el mundo entero, podemos señalar innumerables escenarios que solo dejan sangre y dolor. ¡Me dueles México!