Libertad de expresión y democracia
En opinión de Hertino Avilés Albavera
La libertad de expresión es un derecho humano fundamental, cuya importancia se hace aún más notoria en los sistemas democráticos actuales, con particular enfoque hacia los procesos de participación ciudadana y de elección popular.
Al respecto, previamente cabe apuntar que no es posible considerar una opinión sobre el tema sin hacer alusión a los derechos correlativos al de expresión, esto es, los de imprenta y de información. Dichos derechos parten de la premisa de un estado democrático y, su vez, sólo puede ser concebido un estado democrático en la medida que se garanticen los mismos.
En nuestro país, dentro de los derechos humanos o garantías tutelados o protegidos por la constitución mexicana, se encuentra el de libertad de expresión, la cual sólo puede ser concebida en la medida que el propio Estado proporcione los elementos de protección y efectividad de la misma.
En el caso particular de los procesos electorales, mediante los cuales se eligen a los ciudadanos que ocuparán cargos de elección popular, dicho derecho adquiere una especial relevancia, toda vez que desde nuestro particular punto de vista en el modo en que la ciudadanía mexicana cuente con mayores elementos de información y opinión, será posible acercarla a la participación y a la toma de decisiones.
En efecto, la libertad de expresión hace posible la participación de los ciudadanos partiendo de la premisa de que la misma tiene correlación con el derecho a la información. En ese sentido, es dable afirmar que una sociedad informada es una sociedad con mayores herramientas para participar en los asuntos de gobierno, ya sea mediante mecanismos de participación ciudadana o mediante el propio sistema electoral.
El mayor problema o incidencia que puede presentarse en el proceso electoral, viene a ser el abstencionismo, lo cual es preocupante y deben buscarse las causas así como soluciones para su erradicación.
Considero que una de las soluciones, será la de centrar la atención respecto de la garantía de libertad de expresión, puesto que ello generaría aún más la posibilidad del debate político y plural, con enfoque a la opinión de los ciudadanos.
Lo anterior, bajo el razonamiento de que si son los ciudadanos los principales protagonistas de los procesos electorales, es importante enfocarse, no sólo en la figura de los candidatos y de los partidos políticos, sino en los mismos, es decir, buscar y garantizar su participación en el procedimiento de elección.
Entonces, más allá de considerar a los ciudadanos como generadores de votos, se debe buscar con ahínco su participación mediante la generación de ideas e inclusive dudas, respecto de la información que se genere a partir de la libre expresión respecto de los partidos políticos, precandidatos y candidatos que aspiran a ejercer cargos de elección popular.
En la medida que el Estado garantice una mayor libertad de expresión de las ideas, claro siempre que sea respetuosa y consciente, será posible hablar de una mayor y mejor participación de los ciudadanos en los asuntos públicos, haciendo efectivos los mecanismos de participación (iniciativa de leyes, referéndum, plebiscito, etcétera), así como los propios procesos de elección popular.