Juego de Manos - Se acabaron los debates

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Se acabaron los debates

Quedan menos de dos semanas para que la gran fiesta electoral de 2024 tenga lugar. Conforme se acerca el final de este longevo periodo, los ánimos se calientan y, en el caso de la carrera por la presidencia de la República —cuyo desenlace parece claro e irreversible—, comienzan a hacerse visibles los últimos intentos (algunos, rayando en lo desesperado) por alcanzar la victoria.

Asimismo, este domingo presenciamos el último encuentro entre las y el aspirante a la presidencia de la República. Con sede en Tlatelolco, este último enfrentamiento directo entre las y el aspirante sirvió, más allá de las escasas propuestas, como termómetro del ánimo y la evolución de estas personas. Vamos por partes.

Xóchitl Gálvez arrancó el primer debate sumamente nerviosa. Sus golpes no conectaban, su voz se cortaba y su discurso era sumamente acartonado. Se pudo intuir que la estrategia (o el resultado) era apostarle a una imagen muy institucional y alejarse de aquella que la llevó a la candidatura. Lo dicharachera y confrontativa se convirtió en acartonada y artificial. Dos debates después, su discurso es más fluido y se le nota más cómoda y natural, pero aún existe nerviosismo. Críticas como la imagen de la virgen en la vestimenta de Claudia Sheinbaum son patadas de ahogada y la muestran insegura de la victoria.

Jorge Álvarez Máynez también ha sufrido un cambio en su imagen. Del sonriente y despreocupado candidato que vimos en el primer encuentro, ahora hay un personaje más serio y con cansancio visible. Eso sí, la estrategia de colarse entre las dos candidatas se mantiene (y podría dar resultado).

Finalmente, Claudia Sheinbaum se percibe más relajada y cómoda en la arena del debate. La candidata morenista mantiene la estrategia de no confrontación, pero, contrario al discurso e imagen inmóvil que mantuvo durante el primer debate, ahora se le ve confiada —en su discurso y probablemente en la victoria—.

Con esta última imagen es con la que se quedarán las y los ciudadanos que hayan observado el debate, la cual muchos nutrirán —o suplirán— con espacios de análisis como este. Sea cual sea el medio de información que elijas, lo más importante es informarse y formar tu propio criterio, para tener en tus manos la decisión del futuro del país.

 

¿Victoria anticipada?

Claudia Sheinbaum usó su espacio en el tercer debate presidencial para llamar al voto para las y los candidatos de Morena. En este encuentro se le notó confiada, y usó la gran parte de su espacio para hablar de los resultados de su gobierno y el del presidente López Obrador.

Esta línea discursiva no se reduce al tiempo del debate, sino también aborda los spots en medios de comunicación tradicionales, donde es la candidata a la presidencia de la República quien hace un llamado a votar todo por Morena, con énfasis particular en quienes compiten por un espacio en el Congreso de la Unión. Como en el 2018, la estrategia es impulsar un voto masivo en cascada —un mensaje sencillo y, a veces, efectivo— para impulsar a todo el proyecto.

La alta posibilidad de triunfo de la Dra. Sheinbaum ofrece una oportunidad importante para su partido y aliados, pues permite, a su vez, aprovechar la visibilidad de la candidata como catapulta de mensajes para las demás candidaturas. Ahora, contrario a lo que ocurrió en la elección de hace 6 años, la figura del hoy presidente —en ese entonces, candidato—, Andrés Manuel López Obrador, no estará en la boleta; no obstante, el liderazgo que está adquiriendo la doctora le podría abrir el camino para que esta estrategia se concrete.

¿Declinar para hacer frente común?

 

La controversia de la semana pasada se concentró en Movimiento Ciudadano y la coalición opositora. Esto, pues desde quienes abanderan a Xóchitl Gálvez se impulsó el mensaje de que Jorge Álvarez Máynez y su partido deberían declinar en favor de la primera, por el llamado bien de México. Este discurso, en la teoría, es lógico para la ciudadanía que concuerda con esta idea, pero, ¿por qué esto no va a pasar?

Desde antes de tomar la decisión de competir en solitario, Movimiento Ciudadano ha mostrado, desde personajes clave para el partido en puestos del Ejecutivo y el Legislativo, que no tienen la intención de enemistarse con el partido en el poder y sus aliados. Si bien no han declarado una alianza, si se ha hecho notoria la no obstaculización de los proyectos y legislaciones oficiales, así como una crítica blanda al oficialismo en momentos de controversia.

Esto tiene una razón de ser. El objetivo de MC es consolidarse como una segunda fuerza política en el país y, para concretarlo, necesitan que quienes hoy se encuentran en esa posición, los partidos hegemónicos, pierdan simpatía social y este apoyo se torne naranja. Así, la relación pacífica entre Morena y MC es de mutuo beneficio, pues mientras uno no estorba, el otro le permite crecer.

Por ello, aunque Alito Moreno ofrezca renunciar a la dirigencia del PRI y a su candidatura al Senado de la República, si Álvarez Máynez declina en favor de Xóchitl Gálvez y destina su tiempo de aire y de televisión para pedir el voto útil hacia la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, esta no es una oferta conveniente para los intereses del partido.

  

Por cierto

 

El gran ganador de la confrontación entre la oposición y Movimiento Ciudadano es, sin duda, Morena.

 

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