FELICIDADES MAESTROS

En opinión de Rosío Paniagua Chávez

FELICIDADES MAESTROS

“El maestro deja una huella para la eternidad, nunca puede decir cuando se detiene su influencia” Henry Adams.

Lunes 4 de septiembre de 1979, primer día de clases de 3º de primaria, fila de hombres y fila de mujeres; el Director, el Maestro José Luis nos presenta a nuestra maestra: la “Maestra Sol”, y así lo era, nuestro Sol; entramos marchando con la emoción que puede representar el primer día de clases, con zapatos y uniforme nuevos, una mochila de cuero y correas; bien peinada e impecable. Lo mejor del día “conocer a mi Maestra nueva”; en cuanto entramos al salón, el corazón latía de emoción, ella vestía un hermoso vestido “acinturado” y su sonrisa, el mejor accesorio que traía. Inició la jornada cantando: “Una rata vieja”, desde ese día soñé en ser como la Maestra Sol, alguien que siempre nos escuchaba, nos defendía, nos consentía; siempre conciliadora, un verdadero ángel. Ese año, a los 8 años de edad, supe que quería ser de grande, a partir de ese año mi juego favorito era ser la maestra Sol. Durante mi 3er. grado fui una niña muy feliz, no falté un solo día a clases, tuve las mejores calificaciones y todo por ella: por “la maestra Sol”. ¿Qué me dio la maestra Sol? AMOR, CARIÑO, ATENCIÓN y COMPRENSIÓN; Han pasado desde entonces 42 años y creo que todo eso me ha permitido ver la vida con amor; cada amanecer al prepararme para trabajar con mis niños, recuerdo a mi maestra Sol, que siempre sonreía; quien a pesar de nuestras travesuras, nos trataba con amor y firmeza, para después volver a sonreír. ¿Qué  se necesita para amar lo que se hace? Eso, una inspiración; en nuestra generación hay maestros, ingenieros, un sacerdote, un médico, entre otros; y fue nuestra maestra Sol, quien con el amor que ponía en todo lo que hacía despertó en nosotros amar y disfrutar lo que hacemos. Una Maestra que deja huella genera cientos de adultos que amen lo que hagan. Qué importante es, que quien forma a otros esté bien “formado”; en nuestros días, siguen existiendo maestras y maestros “Sol”, que entregan todo de ellos, quienes después del toque del timbre, inician su día con una nueva aventura para sus alumnos. La profesión que ennoblece a todas las profesiones. Hoy agradezco tener un salario por hacer algo que amo tanto hacer: “SER MAESTRA”, y estoy plenamente convencida que todos los Maestros y Maestras que se preocupan por cada uno de sus alumnos, por sus compañeros, por los padres y madres de sus alumnos y por la sociedad entera, tuvieron su maestra Sol; y hacen un esfuerzo enorme por lograr sus objetivos. Compañeros Maestros, gracias por su dedicación, gracias por el amor que dan a sus niños, porque en su mente siempre estará el más callado, el más travieso, la más “platicona” y la que más nos necesita, por que se es MAESTRO en donde quiera que se esté, porque nuestro ejemplo siempre dará buenos resultados. Feliz día Maestros y Maestras.  “El arte supremo del maestro consiste en despertar el goce de la expresión creativa y del conocimiento” Albert Einstein.