Escala de Grises - ¿A tiempo?
En opinión de Arendy Ávalos
#JusticiaParaAlexis
El pasado 6 de noviembre, Bianca Alejandrina (“Alexis”) salió de su casa con la intención de regresar y, para el 7 de noviembre, su nombre estaba en una ficha de búsqueda, la reportaron como persona desaparecida. Un día después, su cuerpo fue encontrado con huellas de violencia en el municipio Benito Juárez.
Para el 9 de noviembre, colectivas feministas de Quintana Roo convocaron a una manifestación para reclamar a las autoridades la falta de resultados en la prevención de los feminicidios y la erradicación de la violencia de género.
La protesta fue reprimida por elementos de la policía municipal, quienes dispararon al aire y al piso, dejando 4 personas heridas, por lo menos. Casi cuatro meses después, 11 de los elementos que violentaron a las mujeres en la marcha por el feminicidio de Alexis enfrentan un proceso penal.
Además, la Fiscalía de Quintana Roo detuvo a dos hombres implicados en el feminicidio de Alexis. Yohan “B” y Luis “A” son acusados de ser los autores intelectuales del crimen de odio. Presuntamente, pagaron a Ali “L” y Ángel “S” para cometer el feminicidio. Hay una quinta orden de aprehensión en contra de una persona con la que, se dice, Alexis mantenía una relación sentimental.
El caso de Alexis forma parte del 23% que fue investigado como feminicidio durante el 2020 y también de los 969 asesinatos a mujeres (por el hecho de ser mujeres) que se cometieron ese año. Aunque la investigación continúa avanzando, todavía queda un largo camino para que la frase que le da título a este apartado deje de ser exigencia y se convierta en certeza.
Faltan las sentencias a los presuntos culpables y a las personas involucradas en arrebatarle la vida a Bianca, que la sentencia corresponda al delito que se cometió, que no se cierre el expediente por falta de pruebas y que la conocida corrupción dentro del sistema no se haga presente.
Desafortunadamente, el 98% de los feminicidios que se cometen en nuestro país no llegan a estos términos porque no se investigan y porque las familias no cuentan con el respaldo de las autoridades para encontrar la verdad.
La verdad es lo mínimo que las familias merecen y es lo mínimo que el Estado podría darles, porque para la justicia no les alcanzará jamás. Justicia sería que todas las mujeres asesinadas en el país estuvieran vivas.
#8M
El 8 de marzo del año pasado, miles de mujeres salimos a las calles con el propósito de ser escuchadas, de visibilizar la violencia que enfrentamos todos los días y de confirmar que no estamos solas. Gritamos consignas de esperanza, de rabia. Afirmamos que la revolución y la transformación del sistema serán feministas.
Este año, el panorama cambió, pero nuestro propósito no. A pesar de la pandemia por covid-19, hay acciones que podemos hacer para sumarnos a la protesta, a la lucha por nuestros derechos y los de todas las mujeres. Estamos a cinco días de recordar un momento histórico para la revolución en el país.
Las empresas e instituciones están a tiempo de cancelar las clases de defensa personal que habían contratado para las mujeres que trabajan en la institución y cambiar esta “solución” por una que de verdad haga la diferencia.
Basta de pensar que las mujeres somos culpables de la violencia de la que somos víctimas, de andar con una venda en los ojos y asumir que así es la cultura o así es el país en el que vivimos. Basta de pretender que no somos parte del problema.
¿Qué haría la diferencia? Creer en ellas cuando denuncian algún tipo de acoso o abuso por parte de los hombres en puestos de poder, investigar esos casos, llevar el proceso correspondiente y no solapar a quienes las violentan.
Visibilizar las palabras, las acciones y las omisiones que propician la violencia de género en la institución donde usted trabaje y ponerle un alto. Pagarles el salario justo a las mujeres que hacen el mismo trabajo (o más) que los hombres, pero a quienes no se les reconoce. Promover la igualdad y la equidad, según sea el caso.
Respetar y garantizar los derechos de las mujeres, brindarles las herramientas necesarias para poder competir en todos los ámbitos, confiar en sus capacidades, dejar de pensarlas como “el sexo débil”. Ponerle un alto a las prácticas que las vulneren de alguna manera.
Ojo, esto no se reduce solo al ámbito laboral ni al educativo. Esta avalancha de acciones para tratar de romper con la violencia sistemática en contra de las mujeres empieza en las esferas más pequeñas, empieza en la individualidad.
Generemos conciencia al respecto, pongámosle una pausa al reloj que lleva corriendo todo este tiempo. Detengámonos a asimilar el retraso bajo el que estamos y lleguemos a tiempo para evitar que la violencia en contra de las mujeres continúe. Pongámosle un alto.
Entre las acciones que se plantean para el Día Internacional de las Mujeres está la propuesta de luchar desde casa para prevenir contagios y demostrar apoyo para aquellas que decidan salir a protestar a las calles.
La recomendación: El uso de un símbolo de apoyo como una manta o un pañuelo, una protesta virtual durante el día, platicar al respecto con las personas de nuestros círculos cercanos, realizar algún tipo de contenido para conmemorar la fecha, compartir nuestra postura y honrar la memoria de aquellas mujeres a quienes les arrebataron la vida son algunas de las cosas que podemos hacer para sumarnos al oleaje, a la marea, al terremoto.
Seamos epicentro:
@Arendy_Avalos en Twitter