EN DEFENSA DEL EJIDO

En opinión de Juan Salgado Brito

EN DEFENSA DEL EJIDO

Los Ejidos y las Comunidades Agrarias aun cuando es la forma de tenencia de la tierra más extensa en el campo mexicano siguen padeciendo en su inmensa mayoría serios problemas económicos y sociales que frenan su productividad y retienen en la pobreza y la marginación a millones de la población que vive o sobrevive de lo que escasamente les dan las cosechas de sus parcelas, enfrentando todas las vicisitudes por las inclemencias del tiempo, la carencia de recursos y apoyos institucionales que les ayuden enserio a mitigar sus carencias y limitaciones para la óptima explotación y producción de las tierras. Campesinos, ejidatarios, comuneros y jornaleros viven siempre con la esperanza de un buen temporal, buenos precios y mercado seguro para sus productos, también esperan que las autoridades les brinden algunos apoyos con subsidios, programas o acciones que les ayuden a superar pérdidas o a lograr mejores ganancias en la comercialización de sus productos.

Con un recio sustento jurídico en el artículo 27 constitucional y en varias leyes y reglamentos, el Ejido bien merece que las autoridades volteen a verlo con mayor interés y sentido de compromiso social, toda vez que siendo factor importante en la producción de alimentos, contribuye a la soberanía alimentaria del país y a la estabilidad económica, política y social de México, las Entidades y los Municipios, por eso resulta de lo más importante que autoridades de los tres órdenes de gobierno, revisen sus planes, programas y estrategias de apoyo al campo para reorientar sus presupuestos y estimular así la producción y mejorar la cantidad y calidad de toda la cadena alimentaria y también las condiciones de vida de las familias de los ejidatarios.

El reto para defender, proteger e impulsar el Ejido es sin duda mayúsculo, de ahí que organizaciones y liderazgos auténticos de ejidatarios y comunidades agrarias, con nueva mentalidad y sentido social emprendan acciones de organización de los campesinos ya no para votar como se hacía antes, sino para producir y mejorar sus condiciones de vida al tiempo que su esfuerzo contribuirá mejor al desarrollo del País, del Estado y de los Municipios.