El congreso y su circunstancia: El servicio a la ciudadanía
En opinión de Mirna Zavala
Concluyo una reflexión sobre el conflicto del congreso del estado con la tercera coincidencia que se expresa en la narrativa de los legisladores: el espíritu de servicio. Ningún diputado ha dejado de mencionar ese atributo como uno de los necesario en el ejercicio del cargo que el pueblo nos ha conferido. Sin duda alguna, servir es la divisa del representante popular durante su responsabilidad y uno se pregunta en que se percibe que el congreso sirva al pueblo cuando nos encontramos en medio de una parálisis legislativa. Me parece que la respuesta es: en nada. De hecho, no avanzar en los temas de interés del estado representa un anti servicio, una renuncia al servicio que debe realizar cada diputado en bien de la ciudadanía. Puede pretextarse de cualquier manera la parálisis que se vive, finalmente el hecho es que hay un mínimo de funcionamiento institucional, por no decir que nulo.
Precisamente para que el congreso atine a prestar el servicio que los morelenses esperan de sus representantes populares se requiere dialogo y respeto a la pluralidad para finalmente servir, aportar a la resolución de la problemática estatal.
Ahora bien, la visión que se tenga sobre tan importante tarea (el servicio) influye sensiblemente en la capacidad y desempeño de las funciones que nos señala la ley y obliga a cumplir. Muchos pensaran que servir significa presentar infinidad de iniciativas de ley, otros mas que gestionar obras o destinar recursos para determinados proyectos, habrá quien señale oponerse al ejecutivo estatal o municipales en sus planes y programas, o quienes pretendan convertirse en una especie de legisladores en funciones de ejecutivo. En fin, puede uno darse cuenta de la diversidad de visiones o interpretaciones respecto al servicio como tarea de representación popular.
Lo cierto es que mucho de lo anotado forma parte de la responsabilidad de servir. El diccionario nos ofrece una primera lista de acepciones a las que podemos acudir, destacando en todas ellas que tiene que ver en principio no con uno mismo sino con otro: “estar sujeto a alguien por cualquier motivo haciendo lo que el quiere o dispone”. En esto radica el servicio, en no hacer lo que uno desea, sino aquello que es bien para ese otro: el ciudadano en nuestro caso, los habitantes de la comunidad a la que pertenecemos. En gran medida el desgaste o la desconfianza que los ciudadanos manifiestan respecto de los representantes populares deriva que la omisión en dicha acción. Todos estaremos de acuerdo que el bien de los morelenses para por que el congreso funcione para su bien y en tal sentido resulta mas que urgente el diálogo democrático en un entorno de pluralidad para el bien público. Una triada de virtudes que debemos recuperar y hacia lo cual sigo insistiendo en avanzar. Un cordial saludo.