Cuando sea demasiado tarde… - El botonero.
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Yo me fui enterando de algo que llamaban “política” por ahí de 1994, cuando la gente se empezó a suicidar por algo que se llamaba “devaluación” que se ocasionó por un señor que se llama Salinas de Gortari. A estas alturas me he enterado que la cosa estuvo muy compleja tanto en contenido como en fondo. Si ustedes me lo permiten, considero que en la escena más local, la cosa ha ido constantemente en picada desde que yo me entero de las cosas.
Es mucha la gente que dice que Lauro Ortega Martínez ha sido el mejor gobernador que ha tenido Morelos. Yo no sé, yo no vi, yo no fui, yo apenas venía haciendo touchdown en esta piedra. Lo que sí sé es que el parásito de Graco Ramírez le organizó una multitudinaria marcha de 6000 personas a Jorge Carrillo Olea porque el tema del secuestro se estaba empezando a poner complicado, lo que culminó la dimisión del gobernador. No podemos estar peor que con este señor, decían.
De Jorge Morales Barud no me sé mucho. Por aquel entonces yo andaba muy ocupado haciendo amigos, persiguiendo chamacas y tratando de darle gusto a mi papá con terminar eso que le decían “preparatoria”. A un amigo le compraron una camioneta de esas de diez plazas porque “no lo fueran a secuestrar”. Todavía anda en la escena local (Morales Barud, de aquel amigo ya no sé nada), y veo que hay otra persona que ocupó la gubernatura por unos meses en aquel entonces, pero no le va a tocar mención porque no sé nada de él y apenas va a empezar lo bueno.
Luego vino Sergio Estrada Cajigal. Tengo entendido que hubo un tema con su jefe de la policía, que lo invitaron a una reunión en el DF y ¡zaz! Quedó bajo arresto. Algo así pasó. Por aquel entonces yo andaba haciendo amigos, persiguiendo chamacas y estudiando algo que llamaban “Psicología”. ¡Ah! ¡Es verdad! El helicóptero del amor. Tengo amigos en varios otros estados de la gloriosa República Mexicana que se saben esa historia. No podemos estar peor que con este señor, se decía por aquí.
Luego vino Marco Adame Castillo. Yo por aquel entonces andaba en España, haciendo amigos, persiguiendo chamacas y estudiando una cosa que llaman “Doctorado”. Supe que se armó un macro merequetengue porque quisieron agarrar a unos señores que se apellidaban Beltrán Leyva, pero la verdad no me sé muy bien la historia,no sé si fue señor o señora pero le dieron un madrazoen un lugar que se llama “Los Limoneros”.En una casa de ahí me vendieron una perrita que les regalé a mis papás. De ahí se trasladó la cosa a unos edificios donde unos militares lanzaron una granada, y por alguna razón utilizaron ametralladoras antipersonales para dejar como queso gruyere la pared de un apartamento. No podemos estar peor que con este señor, decían.
Luego vino el parásito de Graco Ramírez. ¿Ya les dije que es un parásito? Por alguna razón pensó que sería buena idea usar el logotipo de un equipo de futbol americano para su logo de campaña. Yo no sé cómo le hizo para quedar, pero sí sé que organizó que se robaran las despensas que la gente donaba en lo del terremoto del 2017, para ponerle el nombre de un señor que nadie sabe si es su hijo o no, quesque querían que fuera gobernador. ¡Cuiden sus carteras! Dijo Adela Micha en cadena nacional. No podemos estar peor que con este señor, decían.
Luego vino Cuauhtémoc Blanco Bravo. (Risas, ustedes disculpen). Morelenses, o sea, “whatthefuck?” La neta, como por medio minuto me dije “igual y amerita que le demos una…” pero no alcancé a terminar la idea. Lo único que faltaba era un gobernador inestable… y digo inestable porque el hombre ¡nunca está! Hoy en día los policías tienen que hacer sus denuncias a través de las redes sociales, porque supongo que no tienen dónde hacerlas. Lo siento mucho por nosotros. La gente dice ya “no podemos estar peor que con el Cuau”.
Ya no voy a sumarle más a este botonero, pero alguien por favor dígame:¿QUIÉN SIGUE?