Auditoría al PRI Morelos
En opinión de Víctor Iván Saucedo
El pasado viernes acudí al Comité Ejecutivo Nacional del PRI a solicitar que en base a sus facultades realice una auditoría integral a la gestión del señor Alberto Martínez como Presidente del Comité Directivo Estatal en Morelos.
Confío en que esta petición será avalada y ejecutada por el CEN, porque confío en esta nueva dirigencia que encabeza Alejandro Moreno Cárdenas, viene respaldado por los votos de la militancia, es un hombre que conoce el partido de pies a cabeza, conoce al priísmo morelense y está realizando una labor importante por renovar cuadros y conducir al tricolor con estricto apego a los Documentos Básicos.
El caso de Alberto Martínez dista mucho de ser así, su llegada se da de manera cupular y su conducta siempre ha sido ajena al diálogo, pero lo más grave es que estatutariamente el señor está obligado a presentar anualmente ante el Consejo Político Estatal su programa de trabajo y el estado financiero del partido, algo que no ha hecho desde el inicio de su gestión y que es una franca violación a los estatutos del PRI, pero sobre todo lo pinta de cuerpo completo como un hombre que se conduce con opacidad, con falta de transparencia y con una absoluta repulsión a la rendición de cuentas.
Paralelamente Alberto Martínez ha ido realizando nombramientos como encargados de despacho de Comités Directivos Municipales cuando estatutariamente están vencidos; prefiere hacerlo así por que sabe que no tiene condiciones para abrir una convocatoria que permita renovarlos con certeza y respaldo estatutario y existen rumores de que ha modificado la integración del Consejo Político y la Comisión Política Permanente a su antojo y contrario a la normatividad.
Basta acudir a las oficinas del partido para darnos cuenta que cada vez hay menos personal, que las instalaciones cada vez están en peores condiciones, no se percibe trabajo de campo, los Sectores y las Organizaciones no se ven respaldados por el CDE, entonces mi pregunta es ¿qué está haciendo Alberto Martínez con el dinero?
Por eso acudí al CEN a instarlos a que pongan orden en una gestión que ha hecho más daño de lo que ha aportado y que cada vez cuenta con menos respaldo de la militancia.
Mis razones distan mucho de ser personales, me motiva la intención de cambiar las cosas, estoy cansado de escuchar discursos huecos que hablan de legalidad cuando no somos capaces de apegar al propio partido a sus normas y Documentos Básicos.
Muchas veces he dicho que debemos conducir al partido por el camino de la legalidad, hoy estoy tratando como un militante más de tomar acciones que nos encaminen a ello, que hagan voltear a la dirigencia nacional a Morelos antes de que termine de ser demasiado tarde.
Estoy cansado de que el partido esté fuera de la agenda política del estado y que no sepa ser una oposición sólida y cercana a la gente por culpa de un dirigente que no tiene la calidad moral para levantar la voz.
La auditoría es sana, va a dar transparencia y tranquilidad, y si no hay nada que esconder, entonces que así se diga y aquellos que lo hemos cuestionado tendremos que reconocer que estábamos en un error.
Presidente, no hay que tenerle miedo a la transparencia.
Pero por otro lado, si Alberto Martínez no puede con el paquete que renuncie, si no quiere conducir al partido apegado a sus estatutos (o de plano no los conoce) que renuncie, si no quiere revelar que hace con las prerrogativas del partido, que renuncie, si prefiere estar en la frivolidad y la comodidad de estar agazapado sin dar la cara, que renuncie y deje que se haga cargo del partido alguien que si pueda, si quiera y tenga compromiso político y convicción de legalidad.
Y ante las respuestas huecas les doy cara antes de que acudan a la salida fácil de poner adjetivos; no soy un priísta de ocasión, no me aparezco cada tres años a pedir un cargo, no soy un priísta golondrino, he acudido siempre que se me convoca, he dado la cara por el partido y he levantado la voz siempre que lo he considerado necesario.
Mi trayectoria en el partido habla por mi; pero si quieren decirme que soy “hijo de…”, “amigo de…” o del “grupo de…”, entonces simplemente están leyendo para responder y no para comprender y en ello estriba gran parte de los males que hoy nos aquejan.