Árbol inmóvil - Misoginia legislativa e intolerancia

En opinión de Juan Lagunas

Árbol inmóvil - Misoginia legislativa e intolerancia

Estamos inmersos en una vorágine estridente de intolerancia. Al respecto, el escritor español, Pío Baroja, expuso: “Mucha gente piensa, o por lo menos siente, que el que no tiene sus hábitos y sus entusiasmos es un enemigo. A mí me parece lógica la intransigencia tratándose de ideas esenciales”. Ni más. Aforismo dogmático. 

En Morelos, entre un “diputado sin partido” (José Casas) y una funcionaria (titular de Hacienda, nica Boggio Tomasaz Merino), se desató una pendencia que ha desvirtuado la compleción de la existencia. El intercambio de misiles verbales cayó (ya) en la insipidez.  

            Por un lado, la denuncia y el protagonismo; en el otro, la respuesta deliberada (en medio de la indiferencia ante temas cruciales: crisis económica, pandemia, escasez de vacunas contra influenza, desempleo, pendientes parlamentarios…).  

Nadie cede. Cada uno se ensimisma en la precariedad del instante (inconcluso) de la defensa (a ultranza) de un “prestigio” no ganado. Así está el hábitat de la política en esta entidad abandonada: poluto. ¿La causa?: el germen de poder; la pestilencia de la ansiedad (ante la inminente pérdida de canonjías). No se dan cuenta que, al acentuar las discrepancias, están llenándose de descrédito en la opinión pública. Una vez más, la ceguera (sempiterna) los ultimó. El Principio de Superposición de Física Cuántica no falla: un sistema físico (como un electrón) existe en tanto se observa; empero, éste se disipa -o colapsa- cuando nadie lo evidencia.  

            En suma, los habitantes del estado (trasnochados, agrestes, huraños, misántropos) se sumergen, sin querer, en el lodo cenagoso de la humedad oculta; es decir: 

  1. Dentro de la verborrea y demagogia de un representante popular. 
  2. Sobre la insulsez de un régimen que conjuga la improvisación. 

            Ella alega “violencia política”; él, literal, ataja: “El desempeño de la servidora pública o del servidor público, debe ser con apego a la legalidad, eficiencia y honestidad, sin importar su condición de hombre o mujer, pues al final, su trabajo se evalúa en razón de su desempeño, no de su género”. Júzguelos usted, apreciable lector.  

Al fin y al cabo, la ira es baladí (en este caso). Schopenhauer sigue vigente: “Uno debe acostumbrarse a oír todo sin inmutarse, incluso las historias más descabelladas, ponderando la insignificancia de quien habla y sus opiniones, y absteniéndose de cualquier discusión. Ello permitirá luego recordar la escena con satisfacción”.  

Por ende, es mejor guardar silencio. No olviden que la insulsez salte a flote a través del lenguaje sonoro; éste es la trampa en la que todos caen. El habla es diacrónica por antonomasia; o sea: un fragmento de la dialéctica binomial, que es inadvertida desde la óptica de la imperfección humana. ¡Ah, las disputas que nada conllevan! ¡Qué circo! Sólo ponen en aprietos a las instancias (que nada hacen, como el Instituto de la Mujer, el cual es un símbolo de la incapacidad; un adorno de la NADA).  

            Sin duda, sobrevivimos encima de una entidad federativa abandonada, llena de intereses por doquier y, lo peor, a merced de la inseguridad (el multihomicidio de la colonia “Antonio Barona”, verbigracia, sigue sin resolverse. La estrategia contra el crimen, una quimera, como las declaraciones superfluas del comisionado estatal del ramo, José Antonio Ortirz Guarneros). Qué desdicha.  

 

La apoplejía del vacío 

Evidencian debilidades dentro de ley de residuos. Sí. Esto pasa cuando los acuerdos se hacen a partir del instinto. Este miércoles, organizaciones ambientalistas demandaron la eliminación de las “excepciones” del plástico (en el Reglamento de la nueva Ley de Residuos Sólidos para el Estado de Morelos). Simple: no se aminoran las afectaciones hacia la salud. ¡Uf! 

Argumentaron que, en una reciente exploración en barrancas de la capital, “se encontró que cerca de la mitad de los residuos plásticos identificados corresponden a los prohibidos por la nueva ley”. 

Advierten que, de lo contrario, “se permitiría seguir otorgando bolsas, popotes y unicel por razones no fundamentadas de supuesta higiene e inocuidad”. No se puede avanzar así… Imposible.  

 

Muertos desde ahora 

            Los integrantes del nuevo partido político: “Morelos Progresa” están “muertos” desde este soplo. Los ataques de los medios de información serán continuos. Son los resultados de su modo de actuar. Al tiempo (y sus erosiones inescrutables).