Acusa C. Sheinbaum asesinato de Beltrán en Cuernavaca el 16/12/09
La presidente Claudia Sheinbaum acusó y confirmó lo que muy pocos aseguraron en su momento: la muerte de Arturo Beltrán Leyva en Cuernavaca, en el sexenio de Felipe Calderón, fue claramente un asesinato.
Así lo apunto en su conferencia de prensa de este 17 de marzo, cuando habló sobre el papel de la DEA y las agencias norteamericanas en México.
"No sé si recuerdan, fue público, cuando realmente asesinaron —porque no hay otra palabra— a un narcotraficante en Cuernavaca, Morelos, que la Marina dijo que había sido una acción de ellos, y luego salió la DEA diciendo que no, que había sido una acción de la DEA", denunció.
Y remató: "eso es lo que salió en los medios, eh, no estoy diciendo nada…"
Trajo a la memoria el caso de la "cacería" que implicó el operativo para terminar con Beltrán Leyva el 16 de diciembre de 2009 en la capital de Morelos.
Quiso recalcar ese hecho para marcar diferencia con lo que supuestamente sucede actualmente cuando, asegura, hay permisos para los agentes de las agencias norteamericanas que colaboran con México.
"La Ley de Seguridad Nacional (y ahora creo que ya fue aprobada por todos los Congresos, la iniciativa que envié de reforma constitucional de la soberanía, de fortalecimiento de nuestra soberanía) establece muy claramente que cualquier agente que pertenece a algunas agencias de Investigación del gobierno de los Estados Unidos tiene que tener un permiso de Relaciones Exteriores".
Desde que estaba el Presidente López Obrador, recordó, se hizo una mesa de trabajo del gabinete de Seguridad y de Relaciones Exteriores para que se autorizara.
"Más que una persona en Relaciones Exteriores, es el propio gabinete quien determina cómo se dan esos permisos para su actuación en el país; y de acuerdo con la ley mexicana, tienen que cumplir una serie de requisitos e informes que estar dando. Entonces, en ese marco se autoriza".
Aseguró que ahora lo que hay es coordinación. "Somos países iguales, no hay uno sobre otro. Y nos coordinamos para la seguridad en ambos lados de la frontera".
EL TRÁGICO 16/12/09
El 16 de diciembre de 2009, en Cuernavaca, se llevó a cabo un operativo conjunto entre efectivos de la Marina Armada de México y agentes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) con el objetivo de capturar al narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, líder del cártel que llevaba su apellido.
Beltrán Leyva era uno de los criminales más buscados en ese momento, tanto por las autoridades mexicanas como por las estadounidenses, debido a su implicación en el tráfico de drogas, lavado de dinero y múltiples actos de violencia.
El operativo se desarrolló en un lujoso complejo residencial donde se creía que Beltrán Leyva se encontraba refugiado (conjunto Altitude).
Durante el enfrentamiento, se registró un intenso intercambio de disparos entre los efectivos de la Marina y los hombres armados que protegían al narcotraficante. La superioridad numérica y logística de las fuerzas gubernamentales permitió que el operativo avanzara, aunque con un saldo trágico: Arturo Beltrán Leyva perdió la vida durante el enfrentamiento. Su cuerpo fue vejado por los agentes que participaron en las acciones, como quedó comprobado en fotografías que se hicieron públicas.
Posteriormente, surgieron denuncias y versiones que señalaban que el operativo tenía como objetivo principal eliminar a Beltrán Leyva en lugar de capturarlo con vida, justamente el tema que tocó este lunes 17 la presidente Claudia Sheinbaum.
Estas versiones se basaron en testimonios y análisis de expertos que señalaron que las circunstancias del enfrentamiento y el uso desproporcionado de fuerza apuntaban a una ejecución extrajudicial. Sin embargo, las autoridades mexicanas defendieron la legalidad del operativo, argumentando que se actuó en legítima defensa ante la resistencia armada de los sicarios.
El caso generó un amplio debate en México y a nivel internacional sobre los métodos utilizados en la lucha contra el narcotráfico. Organizaciones de derechos humanos y algunos sectores de la sociedad civil cuestionaron la transparencia del operativo y exigieron una investigación exhaustiva para esclarecer si se respetaron los protocolos de uso de la fuerza. Por su parte, el gobierno mexicano encabezado por el panista Felipe Calderón destacó que la muerte de Beltrán Leyva representaba un golpe significativo al crimen organizado.
Además, el operativo puso en evidencia la colaboración entre las agencias de seguridad de México y Estados Unidos, particularmente la participación activa de la DEA en la inteligencia que permitió localizar a Beltrán Leyva. Esta colaboración fue vista como un ejemplo de los esfuerzos binacionales para combatir el narcotráfico, aunque también generó críticas sobre la injerencia de Estados Unidos en asuntos de seguridad interna de México.
La muerte de Arturo Beltrán Leyva marcó un punto de inflexión en la guerra contra el narcotráfico en México, pero también dejó preguntas abiertas sobre los límites de la fuerza y los derechos humanos en este tipo de operativos. El caso sigue siendo recordado como uno de los episodios más controvertidos y significativos en la historia reciente de la lucha contra el crimen organizado en el país.