A LOS MAESTROS, NOS ALCANZÓ EL INTERNET
En opinión de Rosio Paniagua Chávez
Hace más de 20 años, tener una computadora era un lujo, hoy en día es una necesidad; los que logramos ingresar a esta etapa de la vida digital, empezamos poco antes del 2000. Con una computadora de escritorio y el único internet de la época AOL, que tras un ruido muy característico nos permitía navegar por breves espacios dentro del internet, o bien chatear desde tu correo con los contactos frecuentes del mismo. Nos enfrentamos al cambio del monitor de pantalla negra y letras naranja neón a la pantalla plana a color y hoy táctil. Han sido impresionantes los cambios que han evolucionado toda esta tecnología. Pero la contingencia del SARS COVID, obligó a una generación que no se atrevía a entrar a este terreno, personas mayores de 60 años se han convertido en curiosos internautas, los maestros cuya labor nos obliga a innovar en tiempo de pandemia, aprendimos a dar clases con una computadora o celular; es increíble ver cómo la vida nos da la oportunidad de seguir aprendiendo, “maestra debe dar sus clases vía digital”, algunos no se dieron la oportunidad y prefirieron jubilarse pero muchos iniciamos el camino que nosotros enseñamos “aprendiendo a aprender”.
Hoy día es común ver a personas mayores haciendo uso de herramientas que facilitan las tareas con un medio de comunicación y con las redes sociales; es interesante ver cómo descubrimos todos estos medios, experimentando, preguntando a los hijos e inclusive a los nietos con la intención de dar respuesta a lo que venía: “Enseñar vía digital”. Los maestros logramos dar ese gran paso a innovar dentro de un terreno que no era nuestro, pero por el que ahora pagamos un alquiler; sabemos que nos hace falta aprender mucho, porque aun hay quien llega y te dice “es más fácil así”, a lo mejor se nos olvida, pero todo lo hacemos por la vocación que tenemos de llegar a esas cabecitas que ahora nos superan en la tecnología pero que nos permiten llegar a su corazón, enfrentar las carencias de nuestros centros escolares nos hace poner en marcha nuestra creatividad, y entonces vemos en las redes maestros que hacen escenarios en un espacio limitado de 1 metro, y nos caracterizamos para que nuestros alumnos echen a volar la imaginación que tanto se ha perdido, pero que ahora podemos volver a levantar.
Maestros que amanecen con grandes ideas y que han hecho prácticamente personalizada la clase, ¡qué hasta prestan su teléfono personal para hacer una tarea para la que no estábamos preparados!; ¿qué si nos asustamos? Sí mucho, no sabíamos a lo que nos íbamos a enfrentar, sin embargo, aquí estamos aprendiendo y desaprendiendo, en ocasiones frustradas cuando hasta con la impresora entablas una discusión y curiosamente siempre gana ella. Tengamos paciencia, debemos solidarizarnos y apoyarnos mutuamente para salir delante de todo esto que algún día nos hará esbozar una sonrisa recordando lo que nos hizo sufrir tanto, entre el desconocimiento del uso de la tecnología y la parálisis de una pandemia nunca vista.