Yo tengo otros datos - Cuernavaca en un caos
En opinión de Carlos A. Galicia
Ahora resulta que no hay recursos para pagar aguinaldo a los trabajadores del Ayuntamiento de Cuernavaca, así lo informó su alcalde Antonio Villalobos, conocido como el “Lobo”. No tardó el Presidente electo, José Luis Uriostegui en responderle …”El aguinaldo está presupuestado… Y tiene razón el presidente electo. Es un recurso que se debió haberse presupuestado con anterioridad y por lo tanto, los trabajadores deben recibir su aguinaldo. Es preocupante que se sigan cometiendo tantos atropellos en contra de la clase trabajadora del Ayuntamiento de la capital. Para empezar los empleados no tienen derecho a solicitar préstamos en el Instituto de Crédito del Gobierno del Estado, ´porque administraciones municipales anteriores no entregaban las retenciones que les hacían a los trabajadores a la entidad de crédito, pero eso si al trabajador le retenían de su percepción salarial. Uno de los aspectos preocupantes es que en el Ayuntamiento existen cinco sindicatos, según para defender los derechos de los trabajadores, es un problema que debe resolver el entrante alcalde, tratando de unificarlos en una sola organización. Si bien he cierto que los trabajadores tienen derecho a organizarse, también es muy cierto que la población merece mejores servicios por parte de los empleados del ayuntamiento. Y el simple hecho de que haya cinco sindicatos, seguramente es una rebatinga entre las organizaciones, a ver quién tiene más trabajadores y a quien le otorgan mejores prestaciones, lo cual no beneficia en nada a los habitantes de esta ciudad.
Cuernavaca, se encuentra en crisis desde hace ya varios trienios y seguramente en éste nuevo trienio que presidirá Uriostegui, logre amortiguar un poco la crisis. Se espera mucho del presidente electo, pero el problema de Cuernavaca es interno, es un problema de administración. Requiere de recursos para sacar adelante a la Ciudad y de poner orden. No basta con subir impuestos; aumentar el impuesto catastral o el del agua, o el del registro civil. Si no existe un proyecto de desarrollo para la ciudad de la eterna primavera.
Los habitantes están molestos de pagar impuestos y vivir en una ciudad de quinta. Cuando se supone que es la Capital del Estado de Morelos. Sin embargo, vemos que por doquiera hay basura; escombro, ramas de árboles, incluso, hasta muebles en desuso que la gente saca a la calle porque ya no tienen una utilidad. En algunas calles se puede encontrar tazas de baño. Y este fenómeno lo podemos observar tanto, en colonias populares, como residenciales, no importa el nivel de vida. La falta de atención de parte de las autoridades municipales es parejo para todos. Existe una apatía de las dependencias municipales. Las calles tienen baches, agujeros, hoyos, los topes están sin pintar, las franjas amarilla y blancas están despintadas. Y la pregunta es ¿ qué hace los funcionarios del ayuntamiento? Que la ciudad se encuentra completamente descuidada. El mayor problema y desde luego es un malestar de la población, es que van y vienen administraciones y todo sigue igual. El que llega como presidente coloca a su gente, amigos, parientes y recomendados y aumenta la nómina y el gasto corriente. Y la ciudad sigue con las mismas carencias.
Hasta este momento no hemos visto un proyecto de desarrollo y crecimiento por parte del presidente electo. No sabemos cuál es su visión de ciudad que pretende impulsar. Simplemente escuchamos que va a reducir su estructura administrativa; los subsecretarios desaparecen, contrata personal por tres meses, el servidor público que no funcione se va. ¿Y con estas medidas pretende construir una nueva ciudad acorde a las exigencias de éste nuevo siglo? ¿o se va a dedicar los tres años a administrar las deudas del ayuntamiento? inventará una serie de pretexto como que no tiene recursos, que le dejaron un ayuntamiento con deudas, que existen desvíos de recursos. Este tipo de peroratas la ciudadanía ya las ha escuchado demasiado.
Se requiere un proyecto de ciudad con un desarrollo y crecimiento acorde a las actuales exigencias. Las excusas y pretextos solaron evidencian la falta de capacidad y de preparación de los gobernantes.