¨Yo tengo otros datos¨
En opinión de Carlos A Galicia
A unos meses de que tome protesta el nuevo presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Uriostegui Salgado, ya declaró que la situación en Cuernavaca es compleja y que requiere del apoyo de todos los ciudadanos para sacar avante a la ciudad de la eterna primavera.
Sin embargo, tiene que dejar muy claro que una vez que tome posesión del cargo tendrá que revisar cada una de las áreas de trabajo, para saber cómo estaban trabajando y en qué condiciones laboraban, así mismo también se tendrá que saber quiénes cometieron actos de corrupción. No basta con exhibirlos en los medios de comunicación, sino que la autoridad actúe en consecuencia.
Ya basta de que la ciudad de Cuernavaca se encuentre en estas condiciones tan lamentables. Se tiene una infraestructura urbana deficiente, con atraso en su crecimiento y desarrollo. No es posible que siendo la capital del Estado se encuentre siempre sucia; con basura en postes, banquetas y espacios públicos, en cada calle hay baches, hoyos, zanjas y en las áreas verdes se encuentran descuidadas.
En este instante Uriostegui tiene la oportunidad de incorporar a gente con una perspectiva diferente; personas con otra formación y perfil profesional sólido que logre cambiar el rostro de la capital del Estado.
Se necesita una ciudad de avanzada, que cumpla con las expectativas de crecimiento y desarrollo acorde al medio ambiente. Pero sobre todo se requiere de una educación cívica y moral pública que logre permear en la consciencia de los habitantes, que sientan interés y amor por su entorno, si bien, no nacieron aquí, si al menos que tengan interés en donde viven.
Las anteriores administraciones municipales nunca lograron despertar una simbiosis entre la ciudadanía y sus autoridades. Al contrario, existió un distanciamiento muy marcado, una falta de interés de ambas partes.
Pero al parecer el Presidente electo está más preocupado por la entrega- recepción, que por mostrar a la ciudadanía un plan de trabajo y sus programas correspondientes, para saber que piensa realizar una vez que entre en funciones.
Algunos ciudadanos opinan que probablemente la nueva administración sea más de lo mismo, en la medida que hay algunos personajes ya muy vistos que se están incorporando al equipo de trabajo del Presidente electo y que seguramente nada cambiará. Por más que él pretenda hacer un cambio, estará siempre solo. Será una voz en el desierto.
Oportunas:
La vialidad una demanda social
1.- Otro de los aspectos que tendrá que revisar el presidente electo una vez que entre en funciones es la vialidad, pero no me refiero a que los policías de tránsito estén patrullando la ciudad en sus respectivas motos, o bien, en sus destartaladas patrullas viales. Sino que en verdad trace un mapa de vialidad que tanta falta hace en la ciudad, y en particular que se elabore un programa de educación vial para los trabajadores del servicio público de transporte; en especial para los ruteros y taxistas para que respeten la señalización. Es decir, en donde deben estacionarse, hay lugares en los que se encuentran estacionados en la mera puerta de entrada y salida como sucede en Hospital IMSS de Plan de Ayala. Y no se les puede decir absolutamente nada. Porque sus líderes amenazan con parar sus unidades y no brindar el servicio de transporte. Sólo en Morelos ocurre ese fenómeno, en la Ciudad de México pese a que es una macro ciudad, los permisionario colaboran con sus autoridades, saben perfectamente que en cualquier momento les pueden retirar las concesiones.
2.- Urge un croquis en el Congreso del Estado de Morelos.
No es una cuestión de gusto o capricho, es un recurso que hace falta en el Congreso del Estado. El ciudadano que ingresa al recinto parlamentario se pierde; sube y baja escaleras, no sabe en donde se encuentran las oficinas administrativas ni tampoco las oficinas de sus representantes. Tiene que andar preguntando al personal de seguridad hasta encontrar la oficina de su diputado. De lo contrario hasta parecen turistas, sólo les falta la cámara fotográfica para tomar fotos y sorprenderse de las maravillas del Congreso.