Serpientes y escaleras - Política en conflicto

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Política en conflicto

El distintivo de los actores de poder en Morelos ha sido el enfrentamiento. Pelean por todo.

 

Política en conflicto

El conflicto se ha vuelto el eje conductor de la política en Morelos desde hace más de dos décadas; sexenio tras sexenio los enfrentamientos han aparecido, aumentan de intensidad y además de ingobernabilidad afectan el desarrollo del estado y provocan inestabilidad en la sociedad. Los pleitos de poder no se quedan solo en el círculo rojo, se han vuelto un factor de crisis generalizada que pega a todos los sectores sin distingo. La del 2024 será una elección violenta.

Lo que sucede entre el congreso y el gobernador está lejos de ser una discusión política por razones ideológicas; por el contrario, se trata de un enfrentamiento con un trasfondo electoral, una lucha de poder en la que intervienen muchos aspectos de tipo económico. La gran mayoría apunta sus flechas a la sucesión.

No todo lo hecho por esta legislatura es malo, como tampoco todas las actuaciones del jefe del ejecutivo han sido erróneas; en ambos poderes hay luces y sombras, decisiones plausibles, posturas respetables, pero también equivocaciones de fondo y acciones erradas que afectan a terceros.

En términos doctrinales la política tiene como objetivo la toma de decisiones enfocadas a mejorar las cosas en términos sociales, hablamos de diálogo permanente, de consensos, de acuerdos y una constante toma de opinión mutua para alcanzar objetivos que mejoren la calidad de vida de todos. Eso no ocurre desde hace muchos años en nuestro país. Quizá nunca ha ocurrido.

Como cualquier actividad humana la política está sujeta a distintas circunstancias de carácter general y personal; aunque en el discurso todos los actores políticos prometen y se comprometen, en los hechos rara vez suelen cumplir su palabra, porque en la toma de decisiones intervienen más personas y se mezclan distintos intereses.

El duelo entre poderes en Morelos va a tener consecuencias; independientemente de lo que unos u otros afirmen, de que cada parte diga tener la razón y asegure afirme que actúa de la mejor manera, al final cada acción tendrá un efecto en el imaginario público y eso está más allá de lo que alguien en lo individual quiera.

Este escenario va a ser el marco del proceso de sucesión del 2024 e invariablemente incidirá en la selección de candidatos; todos los interesados en competir por la gubernatura se verán afectados por esta circunstancia. El perfil de cada uno de los precandidatos va a combinarse con el ambiente de punga y la capacidad de conciliación puede volverse una razón de peso en la decisión de los partidos. Explico:

Tanto del lado del Movimiento de Regeneración Nacional como de la oposición, el perfil del candidato deberá tomar en cuenta las circunstancias en las que se encuentra el estado en este momento; pongámoslo de esta manera: en un escenario de pugna permanente difícilmente los partidos elegirán a alguien bélico, con imagen de peleonero o distanciado de la sociedad. Hacerlo no solo sería un error político, también implicaría un muy duro golpe para el estado y para sus habitantes.

Del lado de la 4T hay varios personajes perfilados; en el orden que se les quiera acomodar están Margarita González Saravia, Juan Ángel Flores Bustamante, Víctor Mercado Salgado, Rafael Reyes Reyes, Rabindranath Salazar Solorio, Lucía Meza Guzmán y Juan Salgado Brito. En la oposición sobresale la figura de José Luis Urióstegui Salgado y también se ha comentado la posibilidad de que participen los diputados Agustín Alonso y Francisco Sánchez. La dirigencia estatal del PRI ha destapado a quienes serían sus propuestas, pero dado el desgaste de ese partido, la mediocridad de su dirigente y la pobreza de su oferta, nadie los toma en serio.

Más allá de nombres y rentabilidad electoral observemos por un momento la personalidad de los precandidatos; todos tienen elementos a favor que sustentan sus aspiraciones y una imagen que los impulsa o los atora en su intento. Veamos:

Más allá del partido que los pueda postular, hay algunas figuras con personalidad conciliadora, relaciones con todos los partidos y grupos de poder y capacidad y disposición para dialogar con todos en cualquier circunstancia; estos son: Juan Ángel Flores, Víctor Mercado, Juan Salgado y José Luis Urióstegui.

Luego hay quienes dialogan, pero solo con sus amigos y con algunos partidos: Margarita González, Lucía Meza, Rabindranath Salazar y Rafael Reyes. Al final están los que solo se relacionan con los suyos, con quienes forman parte de su estructura y les siguen a ciegas; estos actores ni siquiera hablan con todos los sectores de sus respectivos partidos, porque no tienen buena relación con todos; me refiero a Agustín Alonso y Francisco Sánchez.

El enorme deterioro que vive hoy Morelos es resultado de muchos años de conflicto entre actores de poder, desde hace más de veinte años los gobernantes y los representantes populares se han enfrentado, han llevado sus diferencias más allá del plano ideológico y en ningún momento han privilegiado los intereses de la sociedad. De uno y otro lado se han tomado las instituciones como armas y a la gente como carne de cañón, sin tomar en cuenta los efectos de la prolongación del conflicto.

La construcción de un futuro diferente, mejor para el estado, empieza con la conciliación entre la clase gobernante y la sociedad; es necesario dialogar sin hacer de lado las diferencias y los contrapesos, pero sin hacer de estos un conflicto personal, permanente, sin cuartel ni reglas, como está ocurriendo actualmente con el congreso y el ejecutivo. ¿Cuál de los aspirantes a gobernar Morelos en el 2024 es capaz de lograr algo así?

Apostar por el conflicto ha servido para que de cuando en cuando algunos grupos de poder accedan al gobierno o a distintas posiciones de representación popular, pero en ningún caso estos caminos han ayudado a que las cosas mejoren en Morelos, para que la gente viva mejor y las oportunidades de desarrollo se multipliquen. Entender esto es simple: veamos el crecimiento de estados vecinos comparado con el nuestro.

Veo y leo comentarios de distintas personas que defienden o atacan a los grupos en pugna, que opinan como si fueran parte de la solución o su voz importara a alguien más que a ellos. Por supuesto que todas las opiniones y puntos de vista son válidos y respetables, pero por muy acertados que sean, ninguno de ellos influye en el ritmo de la política estatal. Si quienes detentan el poder no cambian su forma de actuar y rebasan su visión de corto plazo, cualquier cosa que se diga no irá más allá de un punto de vista.

Los políticos de Morelos llevan veinte años peleando y las consecuencias de ello las pagamos todos.

·         posdata

Los bloqueos ciudadanos del martes pasado por la falta de agua potable en la zona norte de Cuernavaca generaron un severísimo conflicto vial en gran parte de la ciudad; esta vez se trató de vecinos de la colonia Chamilpa, pero como van las cosas en los siguientes días esta situación podría repetirse, porque el abasto del vital líquido se agravará en la capital derivado del corte de energía a los pozos de agua.

Lo que enfrenta Cuernavaca es un problema mayor, resultado de muchos años de adeudos y malos manejos en el sistema administrador de agua potable; no se puede culpar del problema a José Luis Urióstegui, aunque los ciudadanos inconformes están en todo su derecho de reclamarle, porque hoy es el responsable de la buena marcha del ayuntamiento.

¿Hay alguna manera de que este conflicto se resuelva en el corto plazo? ¿Algún camino para que el gobierno municipal supere esta situación sin ayuda? En ambos casos la respuesta es no.

El alcalde ha explicado que los egresos superan por mucho los ingresos del Sapac y los pasivos, cercanos los mil millones de pesos, impiden que el municipio atienda con prontitud un inconveniente que afecta a miles de personas. El Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca no solo está endeudado, también opera en números rojos, lo que de facto lo convierte en una institución quebrada, sin posibilidades de remontar la crisis.

La presión que recibe el gobierno de la ciudad por el desabasto de agua es enorme y justificada; el apoyo a las colonias a través de pipas además de incómodo es insuficiente y coloca a miles de familias en un predicamento diario muy severo, porque resulta imposible vivir sin agua.

Dada la gravedad de la situación y el incremento exponencial de afectados es imperativo que desde otros espacios se tienda la mano al gobierno de Cuernavaca; operativa y financieramente hablando el esfuerzo que hizo durante un año el alcalde José Luis Urióstegui en diferentes áreas de la administración es loable, pero insuficiente en el caso de una dependencia que adeuda sola más de la mitad que todos los pasivos acumulados del ayuntamiento.

El gobernador Cuauhtémoc Blanco ha sido claro al referir que no está en condiciones de apoyar a Cuernavaca porque no tiene dinero, ni manera de canalizarle recursos frescos al ayuntamiento, dado que el congreso le retiró la facultad de transferencias. Los diputados han sido omisos a esto desde que llegaron al cargo y no se les ve ánimo de ir más allá de un respaldo verbal a la capital.

La crisis de agua se va a agravar.

·         nota

El Congreso de Morelos se asignó para el 2023 más de 500 millones de pesos de presupuesto; los legisladores no realizan obra pública, no brindan servicio alguno, ni destinan esos recursos a la sociedad; en términos prácticos no le sirven de nada al estado, ni tampoco a sus habitantes. Todo el dinero que reciben se va en operación y en apoyos para los representantes populares. Ejemplo: dos meses después de haber asumido el cargo Andrea Gordillo recibió más de un millón de pesos para “viáticos”.

Retomando el discurso solidario de los diputados ¿Por qué no se recortan la mitad de su presupuesto y lo destinan al rescate del sistema de agua potable de Cuernavaca y de otros organismos municipales que también viven este problema?

Obvio: la regla de este congreso es: ¡Hágase la ley… pero en los bueyes de mi compadre!

·         post it

La política puede ser una herramienta valiosa para mejorar la vida de las personas, pero su calidad y efectividad dependen en gran medida de la forma en que se ejerce y de los valores y principios que guían a los actores políticos, por ello es importante que se promueva una cultura política que valore la transparencia, la rendición de cuentas, el diálogo y la cooperación, y que se trabaje para fortalecer las instituciones democráticas y mejorar la participación ciudadana en los procesos políticos.

¿Algo de esto vemos en Morelos actualmente?

·         redes sociales

José Luis Borbolla pasó del activismo político-partidista y la defensa rabiosa de Cuauhtémoc Blanco, incluyendo un frustrado triunfo electoral, a un intento de convertirse en influencer de TikTok. Ahora lo vemos cantando, cocinando, hablando de amor y compartiendo su vida en redes sociales.

¿Qué sigue? ¿Abrirá su Only Fans?

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