Serpientes y escaleras - La fotografía

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La fotografía

Tres gobernadores de Morena están en el ojo del huracán por el mismo motivo.

 

La fotografía

El 2022 será un año de retos para muchas autoridades en el estado, la situación en la que se encuentran varios gobiernos y diferentes instituciones repercute de manera directa en el ambiente social y en el ánimo de la gente, lo que generará una enorme presión pública para quienes ejercen el poder. Lo que estamos viendo en estos primeros días de enero son, como las cabañuelas, una muestra de lo que veremos en los próximos meses. Morelos es un estado políticamente dividido.

La fotografía en donde aparece Cuauhtémoc Blanco Bravo flanqueado por tres presuntos delincuentes desató un debate que obligó al jefe del ejecutivo y a la iglesia católica a fijar posición al respecto. El gobernador dijo que no sabía con quienes se había tomado la fotografía ni recordaba en qué lugar en donde fue; “Mucha gente me pide fotos y nunca me niego; no es la primera vez que aparece una imagen mía al lado de ese tipo de personas” dijo en su defensa el exseleccionado nacional.

Unos días más tarde el vicario de la diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, aclaró el lugar y la fecha en la que se había captado la imagen: “Fue un 12 de diciembre en un encuentro fortuito en la iglesia de Yautepec” en una misa oficiada por el padre Juan Alvarado. El vocero de la grey católica en Morelos fue entrevistado al respecto luego de que algunas personas identificaron el sitio y señalaron a la iglesia morelense como intermediaria entre algunos grupos criminales y el gobierno.

La polémica desatada por la imagen escaló a nivel nacional y forma parte de un debate que involucra a tres gobernadores de Morena (Zacatecas, Veracruz y Morelos) en temas relacionados con el narcotráfico; estas historias golpean al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y atacan la política federal de seguridad conocida popularmente como de “abrazos y no balazos”, de ahí el revuelo que provocan los temas en el ámbito nacional.

En el caso de Cuauhtémoc Blanco el golpeteo versa en torno a una fotografía, pero para David Monreal y Cuitláhuac García la historia es muy diferente: al primero le dejaron diez cuerpos dentro de una camioneta afuera del palacio de gobierno y al segundo, además de dejarle nueve cuerpos torturados, sin vida, lo acusan de proteger a grupos delictivos a través de su secretario de gobierno. Pero regresemos a Morelos:

Para el mandatario morelense este debate no es nuevo, ni distinto a lo que ha vivido en el pasado por situaciones similares; el mismo Cuauhtémoc Blanco reconoció que varias veces a lo largo de su vida ha coincidido (sin saber) con personajes de la delincuencia organizada porque mucha gente en todos lados le pide tomarse una fotografía. “No soy delincuente ni pacto con delincuentes, no tengo nada que esconder y estoy abierto a que me investiguen; esa fotografía es una de las muchas que me he tomado desde que era futbolista, no le pregunto a la gente quién es ni a qué se dedica antes de tomarme una foto, nunca lo he hecho y me voy a seguir retratando con la gente porque así soy”.

Legalmente la imagen no representa un delito ni confirma una relación ilícita, pero el hecho ha sido aprovechado para cuestionar la probidad del jefe del ejecutivo y criticar su estrategia de seguridad. Desde el congreso se ha pedido a la federación que se atraiga e investigue el caso (¿cuál caso?), pasando por alto que esa misma situación (fotos con delincuentes) vivieron hace poco algunos diputados que aparecieron en fotografías al lado de una mujer (La Jefa) que acababa de ser detenida por la Marina Armada de México acusada de liderar al cártel de los Guerreros Unidos. En el caso de algunos de ellos, por cierto, la amistad era pública y evidente.

La iglesia católica se volvió parte central de esta polémica porque en el golpeteo mediático hubo quien señaló al Obispo Ramón Castro y al padre Juan Alvarado de ser intermediarios con algunos grupos de la delincuencia organizada; lo que inició como un ataque directo al jefe del ejecutivo estatal poco a poco se ha ido extendiendo hacia otros ámbitos, de ahí la salida y puntualización que sobre el tema hizo el vicario Tomás Toral: “La iglesia católica está por la paz, nuestro obispo ha encabezado varias caminatas… no tenemos la obligación de conocer a fondo a la persona que se te acerca”.

Casi una semana después de que se publicó esa fotografía la discusión sigue viva, aunque sin llegar aún a niveles de crisis; localmente el gobierno estatal ha tratado de salir al quite con argumentos que son más o menos creíbles en un escenario que, además, está fuertemente politizado; en lo nacional varios medios y periodistas han dado seguimiento al tema y lo han difundido en una dinámica que se enmarca en el golpeteo contra el presidente de la república por la imparable ola de inseguridad que se vive en el país.

Hasta ahora no hay un solo elemento jurídico que ponga en riesgo a Cuauhtémoc Blanco Bravo, ni que represente algo distinto a lo que ha vivido varias veces a lo largo de su vida; como él mismo lo señaló, derivado de sus actividades profesionales en distintos momentos ha sido fotografiado o ha coincidido con personajes del mundo criminal sin que ello represente complicidad o relación de algún tipo. “Simplemente coincidimos en un lugar, pero yo me mantengo al margen de esas cosas” dijo en una entrevista para Milenio.

Pero a pesar de que hasta el momento solo se trata de un ataque mediático sin ningún elemento de prueba legal que lo relacione con el crimen, la situación es políticamente delicada y debe ser atendida con mucho cuidado por el gobierno estatal. No olvidemos que el trato entre los poderes ejecutivo y legislativo local está fracturado y entre el gobernador y la oposición local no hay diálogo, lo cual aviva cualquier tipo de polémica. El panorama es complejo porque se trata de un tema delicado y porque en el caso de Morelos el gobernador es, además, una figura llamativa más allá de su encargo constitucional.

Desde hace varios meses se ha ubicado a Cuauhtémoc Blanco como uno de los prospectos para competir en el 2024 por la jefatura de la Ciudad de México, hecho que no ha caído del todo bien en algunos sectores políticos ni entre las bases de Morena; un escándalo como el que se vive ahora es el argumento perfecto para minar los planes políticos del americanista y para restarle simpatía con el gran elector de Morena, dando vuelo al debate y azuzando el golpeteo mediático contra el gobernador morelense.

Hagamos una pausa en este punto: para Cuauhtémoc Blanco, Cuitláhuac García y David Monreal la clave de su seguridad política radica en el respaldo de Andrés Manuel López Obrador, hasta ahora en los tres casos ha sido el propio presidente de México el que ha defendido a los gobernadores, quien ha desechado los cuestionamientos en su contra y el que ha respaldado públicamente su actuación sin importar los hechos que les atribuyen. El reto para los mandatarios morenistas está en no perder la simpatía del presidente ni quedarse sin su apoyo, porque entonces sí estarían en problemas.

Hasta ahora el gobierno estatal ha podido sortear el vendaval, pero no puede presumir que va ganando el debate; tampoco se puede considerar que la situación se haya salido de control y coloque al ejecutivo estatal en una crisis que haga tambalear al gobernador, pero sin duda se trata de un momento complicado que podría, si no se atiende con la oportunidad y seriedad necesaria, poner en riesgo la gobernabilidad.

Hoy más que nunca el gabinete de Cuauhtémoc Blanco necesita hacer política y dejar de atender las crisis solo a través de la comunicación; en otro tiempo este tipo de situaciones obligaban a la secretaria de gobierno a reforzar su trabajo para anticiparse a los problemas; hoy esa oficina es mera observadora de las crisis.

Las fotografías publicadas no prueban nada ni representan por si mismas un delito, muchos actores de la vida pública local han estado varias veces en esta misma situación y nunca ha pasado nada; el propio presidente de México Andrés Manuel López Obrador ha sido fotografiado con personajes relacionados al crimen organizado, incluyendo la mamá del Chapo. Lo que queda en evidencia es que Morelos es un estado social y políticamente dividido, donde cualquier situación provoca enfrentamientos que trastocan la estabilidad.

Los problemas de un gobierno en el cuarto año no son iguales a los del primero, ni deben ser atendidos (o desatendidos) de la misma forma. Apostar siempre por el respaldo del presidente es peligroso.

  • posdata

Veamos la historia de la fotografía desde otro ángulo:

  1. ¿Está mal que un gobernante aparezca en una fotografía al lado de delincuentes? Si
  2. ¿Una fotografía es prueba de complicidad entre autoridades y criminales? No
  3. ¿Tiene lógica la respuesta de Cuauhtémoc Blanco al señalar que él se toma fotos con todos sin preguntarle quienes son? Si
  4. ¿Es la primera vez que una figura pública aparece fotografiado con presuntos criminales? No
  5. ¿Es creíble la versión del vicario de la iglesia católica de que se trató de un encuentro fortuito en una misa en donde acuden muchas personas? Si
  6. ¿Coinciden las fechas que da el párroco Tomás Toral? No
  7. ¿Cuauhtémoc Blanco es el primero o único político local que ha aparecido fotografiado con presuntos criminales? No
  8. ¿Los diputados que solicitan que se investigue al gobernador por este tipo de imágenes están libre de sospechas por relaciones criminales? No
  9. ¿Es cierto que dos de los tres personajes que aparecen fotografiados con el gobernador fueron detenidos y encarcelados por el gobierno actual? Si

Muchas preguntas y reflexiones pueden hacerse respecto a este debate; cada uno puede sacar sus propias conclusiones y conceder o no veracidad a las distintas historias que se cuentan al respecto. Para el jefe del ejecutivo esta situación lo obliga a ser más cuidadoso en sus acciones y exige al equipo que lo rodea a poner más atención en quienes se acercan al mandatario.

Socialmente hablando, para que no quede duda de que el gobierno estatal no pacta con grupos criminales, es fundamental que la estrategia de seguridad obtenga mejores resultados y con hechos demuestre que verdaderamente se está trabajando por la pacificación de Morelos.

La única manera de detener las especulaciones es con resultados.

  • nota

El arranque de gobierno de José Luis Urióstegui en Cuernavaca ha sido bueno a pesar de que el gabinete municipal está lejos de ser el mejor; el abogado apuesta por marcar diferencia desde el principio, por hacer notar que hay una nueva autoridad municipal y evidenciar el deseo de transformar la ciudad para bien.

Los primeros pasos del alcalde son loables en lo operativo e interesantes respecto al pasado reciente; Urióstegui y su equipo han comenzado a señalar las faltas cometidas en la administración de Antonio Villalobos dejando en claro que, sin tratarse de una cacería de brujas, habrá una revisión exhaustiva y denuncias en aquellos casos en los que existan acciones fuera de la ley.

El reto del nuevo gobierno de Cuernavaca no es fácil, hoy José Luis Urióstegui se encuentra en un momento de empatía popular que deriva de la expectativa que provoca su llegada al poder, pero poco a poco la historia se volverá compleja y las exigencias de la población irán aumentando, de ahí la importancia de hacer notar que hay un cambio de mando en la ciudad, comenzar a dar resultados y combatir la impunidad.

La confianza que mucha gente tiene en el abogado no es fortuita, es consecuencia de su trabajo profesional e historia de vida; ahora Urióstegui inicia una nueva etapa como autoridad electa y arranca de cero su trayectoria como jefe municipal. Confiemos en que le vaya bien y sobre todo que no olvide castigar las faltas cometidas por su antecesor.

Antonio Villalobos merece ir a la cárcel.

  • post it

Luego del aquelarre legislativo el gobierno estatal anunció que a pesar de que el congreso local no aprobó el paquete económico 2022, se otorgarán recursos extraordinarios a la universidad. No se descarta que en los próximos días el ejecutivo estatal informe que también habrá apoyo económico extraordinario a los municipios, a manera de compensar el 2.5 por ciento de participaciones que se proponía regresarles en el presupuesto de este año que los legisladores rechazaron.

Si lo hace, el ejecutivo quitaría a los diputados opositores la bandera municipalista y pro universitaria y confirmaría que lo ocurrido en el fallido debate presupuestal fue simplemente un duelo de poder con intereses políticos.

Una decisión así fortalecería la imagen del gobernador en un momento de tensión como el que se vive en este arranque de año.

  • redes sociales

Si fuera por las redes sociales, cada mes cambiaríamos de gobernantes.

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