Serpientes y escaleras - La candidatura de Morena

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La candidatura de Morena

 

El reto más grande que tiene la 4T está en dominar a sus propios integrantes.

 

La candidatura de Morena

El proceso de definición del candidato a la gubernatura de Morelos por Morena entrará en breve a una etapa sumamente compleja que puede dar paso a la consolidación del triunfo de la 4T en el 2024 o abriría la puerta para que la oposición se meta a la pelea por el gobierno estatal. El primer y más grande reto de los morenistas es interno, empieza por ponerse de acuerdo y evitar que el obradorismo se fracture. ¿Lo lograrán?

Las elecciones en los estados de México y Coahuila se llevarán a cabo el domingo 04 de junio del 2023; en ambos estados se elegirá al gobernador y en el caso del segundo se renovará también la legislatura local. Los procesos en estas entidades son los últimos antes de la elección presidencial del 2024, en donde también se renovará la jefatura del ejecutivo en los estados de Morelos, Tabasco, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Yucatán, Jalisco, Chiapas y la Ciudad de México.

En este momento la atención de los partidos está puesta en los procesos electorales que se llevarán a cabo en menos de tres meses, donde las encuestas dan ventaja a la alianza opositora en Coahuila y al Movimiento de Regeneración Nacional en el Estado de México. Una vez que se definan esas elecciones los ojos se colocarán en los estados que tendrán procesos electorales coincidentes con la elección presidencial, entre ellos Morelos.

La confianza que varios precandidatos a la gubernatura morelense por Morena presumen tiene sustento en la superioridad que les conceden las encuestas, pero sobre todo en la inexistencia de una oposición articulada en el estado. En el papel los números colocan como ganador al Movimiento de Regeneración Nacional con cualquier candidato (a) que postule, aunque este escenario ya se ha presentado en elecciones anteriores y el resultado ha sido distinto al que se anticipaba.

El primer reto que deberá superar el partido obradorista es interno: en la tierra de Zapata Morena tiene como aspirantes a la gubernatura a Víctor Mercado Salgado, Juan Ángel Flores Bustamante, Rabindranath Salazar Solorio, Rafael Reyes Reyes, Juan Salgado Brito, Margarita González Saravia, Cecilia Rodríguez González y Lucía Meza Guzmán.

En la carrera por la sucesión hay dos aspirantes que gozan del apoyo del gobernador Cuauhtémoc Blanco: Víctor Mercado y Cecilia Rodríguez; dos antagónicos: Rabindranath Salazar y Lucía Meza; dos con una tonalidad política neutra, es decir, que mantienen una relación distante, pero respetuosa: Juan Ángel Flores y Juan Salgado Brito; y dos que en los últimos meses se han distanciado del ejecutivo: Rafael Reyes y Margarita González.

La historia en los procesos de sucesión en Morelos ha dejado claro que si bien el gobernador saliente no cuenta con la fuerza suficiente para dejar un sucesor, si la tiene para vetar a uno o varios precandidatos. Es claro que Cuauhtémoc Blanco Bravo apuesta porque Víctor Mercado o Cecilia Rodríguez lo releven en el cargo y también que intentará que Rabindranath Salazar y Lucía Meza no lleguen.

El problema en este punto no radica en la posibilidad de que el futbolista logre impulsar a un candidato (a) afín a su proyecto o vete a quien le resulte incómodo, lo verdaderamente delicado para el proyecto obradorista es que el partido no se quiebre en los próximos meses, producto de una división que debilite a Morena y de impulso a la oposición.

El segundo reto de la 4T empieza aquí, superando el proceso de selección de candidato y logrando que todos los aspirantes acepten la decisión del partido, apoyen a quien resulte postulado y trabajen en el mismo proyecto.

El desafío no es menor porque además de un intenso trabajo de diálogo, la conciliación pasará por el reacomodo de posiciones. Pongámoslo de esta manera: los ocho aspirantes ya se visualizaron como abanderados de Morena al gobierno de Morelos en el 2024 o “en el peor de los escenarios” como candidato al senado de la república. El problema es que solo dos de los ocho precandidatos podrán colocarse en una de estas posiciones, porque un escaño al senado lo ocuparía Ulises Bravo; a los demás les correspondería competir por una diputación local, una federal o quizá una alcaldía.

El trabajo al interior de Morena debe apuntar hacia allá, hacia la conciliación de intereses para que todos acepten ocupar un lugar distinto a la que ahora persiguen; esto no será sencillo, porque todos ya se sienten sucesores de Cuauhtémoc Blanco y saben que ubicarse en una posición “menor” no solo les resultaría incómodo, también acabaría con sus sueños de gobernar Morelos, porque difícilmente en seis años volverán a ser considerados para ello.

Es imposible pensar que un partido político logre la conciliación total con sus miembros, sobre todo cuando a nivel nacional Morena ha dejado abierta la posibilidad de que cualquier militante se mueva como mejor lo considere y apoye a la corcholata que más le convenza; la carrera presidencial está suelta y ello ha derivado en un escenario muy complejo al interior del partido, situación que influye en Morelos y se combinará con la simpatía que despierta cada uno de los aspirantes locales.

El reto para la dirigencia local de Morena es conciliar lo más posible e incluir a la mayoría en el proyecto electoral del 2024; omitir este paso o suponer que quienes se queden en el camino se sumarán automáticamente sería un grave error de cálculo que, por el contrario, impulsaría a la oposición, porque uno o varios precandidatos y sus estructuras podrían jugarle las contras al candidato (a) del Movimiento de Regeneración Nacional.

La oposición en Morelos ha comenzado desde hace algunas semanas a moverse en ese sentido: las denuncias por actos anticipados de campaña presentadas ante el Instituto Nacional Electoral las hicieron casi al mismo tiempo el PAN, el PRI y el PRD; lo mismo sucede en cuanto al diálogo de las dirigencias o los embajadores de oposición con algunos precandidatos de Morena, a quienes les han ofrecido la posibilidad de competir por la alianza.

Hasta ahora ninguno de los precandidatos de la 4T con quienes ha tenido acercamiento la oposición han aceptado las ofertas, pero tampoco se han cerrado a dicha posibilidad y por el contrario, dejaron la puerta abierta para continuar dialogando cuando lleguen “los tiempos” y se defina al candidato (a) de Morena. El PRI, el PRD, algunos miembros del congreso local, embajadores de Graco Ramírez y el propio exgobernador apuestan por la fractura de Morena y andan a la caza de los precandidatos que se queden en el camino. “Se van a pelear y eso los va a hacer perder” cuenta uno de los interlocutores.

Todo lo anterior se va a mezclar con un elemento clave del proceso: la gente. Morelos es un estado obradorista, es decir, una parte importante de la sociedad se identifica con el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero paradójicamente la tierra de Zapata se ha convertido también en una de las entidades en donde la clase media se encuentra más disgustada con el gobierno federal.

“Tenemos una sólida base obradorista que nos ha apoyado en las tres elecciones” me presume uno de los ocho precandidatos, pero reconoce que también han un sector importante, “sobre todo de la clase media”, que se ha desencantado del presidente.

Esta mezcla puede ser determinante en el 2024: para que el obradorismo apoye a Morena en el 2024 el candidato debe ser una figura identificada con el presidente y con el partido; item más: algunos estudios de opinión que han levantado de manera individual algunos aspirantes revelan que los morelenses quieren que el próximo gobernador tenga identidad, es decir, que sea una gente de aquí. En este plano los ocho precandidatos morenistas cumplen con dicho requisito.

Antes de que arranque formalmente el proceso electoral del 2024 y los partidos definan el método de selección de candidato, Morena debe atender los puntos críticos al interior de su estructura, tiene que buscar la conciliación interna y evitar una fractura que ponga en riesgo el refrendo de la gubernatura.

Los números y los escenarios son favorables para Morena con prácticamente todos sus precandidatos, pero su triunfo depende de que no se fracturen.

·         posdata

Revisemos los tiempos electorales y de Morena en Morelos:

Después de la elección de junio en los estados de Coahuila y México, la agenda electoral estará en la sucesión presidencial y en las nueve gobernaturas que se disputarán de manera concurrente con el proceso federal, entre ellas Morelos. Esto ocurrirá en poco más de siete semanas.

Entre julio y octubre el Movimiento de Regeneración Nacional levantará tres encuestas para medir a sus aspirantes y determinar quién de ellos será postulado a la jefatura del ejecutivo de Morelos; la idea es que entre diciembre y enero Morena defina y haga público a su candidato a gobernador. Quienes participen en esta contienda deberán aceptar las reglas que fije el partido.

La elección para gobernador de Morelos se llevará a cabo el domingo 02 de junio del 2024, lo que implica que en poco menos de catorce meses los morelenses conoceremos a quien sustituirá en el cargo a Cuauhtémoc Blanco Bravo; el cambio de poder se llevará a cabo el 01 de octubre.

Los tiempos ya se acortaron y ello implica que todos los interesados en el proceso electoral deben acelerar el paso y cuidar sus decisiones. Lo que para algunos aún parece lejano ya no lo es: en poco más de siete semanas la temperatura política en Morelos se incrementará exponencialmente.

·         nota

No hay desacato del congreso al resolutivo que emitió el Tribunal Estatal Electoral sobre el reconocimiento de Arturo Pérez Flores como presidente de la Junta Política, dice el diputado Francisco Sánchez; estamos en vías de cumplimiento, dice.

Sí están en desacato, afirma el legislador de Morena.

¿A quién le creemos?

·         post it

Cuernavaca también será escenario de una interesante contienda electoral: en la capital Morena es oposición y su expresidente municipal está en la cárcel por actos de corrupción, mientras que el gobierno del PAN enfrenta un severísimo desgaste público y múltiples críticas al desempeño del alcalde.

En la capital morelense, dicen, Movimiento Ciudadano mandará a competir al empresario Víctor Sánchez, expropietario de Jardines de México.

·         redes sociales

Hagan sus apuestas ¿Cuántos de los actuales diputados locales se mantendrán vigentes en la vida política después de su desastroso desempeño actual?

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