Serpientes y escaleras - El presupuesto
En opinión de Eolo Pacheco
Lo que se juega en esta historia es más que dinero, es futuro político.
El presupuesto
Hay dos maneras de analizar el duelo entre los poderes ejecutivo y legislativo por el presupuesto del 2023, la primera es en función del efecto mediático de la discusión y las consecuencias que ello tendrá en el futuro político de quienes debaten; el segundo es de carácter legal, que es de más largo plazo y precisamente por el tiempo que tardará, el resultado puede ser intrascendente. Revisémoslo ambos.
Hagamos un poco de memoria sobre lo ocurrido en este tema:
La legislatura 55 inició el 01 de septiembre del 2021 y desde el principio sus integrantes aseguraron que no repetirían los abusos ni las vergonzosas actitudes de sus antecesores. Nuestro reto es ser diferentes, dijo en su momento el diputado Agustín Alonso al tiempo de asegurar que el enfoque del nuevo parlamento sería municipalista, conciliador y representativo de los intereses de los ciudadanos.
La historia comenzó bien: los veinte integrantes compartieron la narrativa, se pusieron a trabajar, sacaron asuntos pendientes y privilegiaron el diálogo por encima de las diferencias naturales que refleja su filiación partidista. Incluso aquellos actores políticos que se suponían estridentes moderaron su discurso y fijaron un rumbo político que, sin ser entreguista, mostraba visión de largo plazo. El reto, insistían, era ser diferentes a las legislaturas anteriores.
Los problemas empezaron con el paquete económico del 2022; primero todos hablaban de aprobar el presupuesto en tiempo y forma, de hacerlo de manera consensada y de común acuerdo entre las partes; varias veces se reunieron los representantes del Ejecutivo y del Legislativo, ambos resaltaron el ánimo de avanzar y acordar en buenos términos el paquete económico 2022.
Repentinamente todo cambió y de un día para otro la historia se volvió virulenta, agresiva, retadora y vengativa. Un bloque de trece diputados rompió el diálogo con el ejecutivo, con el resto de sus homólogos y presentaron un presupuesto propio, con cifras sacadas de la manga que no cuadraban con el recurso con el que contaría el estado. “Cuando se acabó el diálogo decidimos aprobar el presupuesto en los términos que queríamos, aunque no cuadraran las cifras, al fin no iba a pasar” me contó uno de los miembros de la 55. A falta de acuerdos el ejecutivo ejerció el presupuesto con las reglas del año anterior.
A partir de ese momento la relación entre poderes quedó fracturada, todo se volvió enfrentamiento y parálisis interna. Durante siete meses el parlamento quedó inactivo, situación que se justificó con la pandemia; la falta de acuerdos legislativos se transformó en un pleito personal y luego en revancha: el bloque mayoritario despojó a varias diputadas de sus comisiones y despidió a su personal. El congreso no funcionó por muchos meses, pero sí, en contraste, se multiplicaron las acusaciones entre diputados.
Pocos eran los legisladores que acudían a trabajar en esa época y los pocos que lo hacían no tenían los votos suficientes para darle legalidad a nada. Eso sí, durante el tiempo que duró la parálisis el congreso ejerció plenamente los casi 500 millones de pesos que tenían de presupuesto, solo que se lo repartieron entre los trece integrantes del bloque que controlaba las cosas.
Hace unos meses finalmente volvió a haber diálogo parlamentario y un retorno de las comisiones retiradas; por algunas semanas el poder legislativo volvió a funcionar y entre sus integrantes era común escuchar el deseo de redoblar esfuerzos para sacar adelante el rezago. Todo iba bien hasta que llegó el momento de renovar la dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional en Morelos.
Para entender lo que está pasando en la cámara de diputados local es indispensable recordar lo ocurrido en el proceso interno de Morena; cuando el partido de la esperanza eligió a los nuevos integrantes de su consejo y renovó su dirigencia estatal, las diferencias en la 4T se agudizaron.
Antes en el partido había una fuerza predominante (la de Rabindranath Salazar) y una pequeña disidencia que estaba totalmente relegada de la toma de decisiones; el coordinador de política de la presidencia fue descuidado en el manejo de Morena, dejó la responsabilidad en manos de Miguel Lucia y de Gerardo Albarrán y poco a poco su liderazgo se acabó. Más que el triunfo de la nueva corriente obradorista en Morelos, lo que pasó en esa elección fue la caída por méritos propios del Rabinato.
El problema en este reacomodo político no estriba en la llegada de una corriente política afín al gobernador Cuauhtémoc Blanco, sino en la manera amenazante, avasalladora y gandalla como se abrieron paso los neomorenistas. No fue, insisto, la derrota de un grupo político que ya no generaba empatía en el partido, sino la actitud de una nueva fuerza que en lugar de sumar, unir y convocar a un proyecto conjunto, presentó una cara totalmente opuesta al perfil obradorista y a la identidad morelense.
Este cisma en Morena provocó molestia generalizada en el partido y una reacción inmediata en el congreso local; hasta antes de esa elección el bloque opositor contaba con solo once votos, lo cual no representaba peligro alguno para el gobernador; después de la elección interna el grupo parlamentario de Morena se dividió y la oposición parlamentaria alcanzó los 14 votos necesarios para aprobar leyes y poner al gobernador contra la pared. En castellano: lo que vemos en el congreso es reflejo directo de lo ocurrido en Morena.
Sobre lo que sucederá con el presupuesto del siguiente año no hay mucho nuevo que explicar: los poderes no van a ceder en sus peticiones, el ejecutivo no aceptará que eliminen la cláusula de transferencias y el congreso no va a doblar las manos en ese tema. Lo que procederá entonces es la no publicación del paquete económico, para que de esa manera lo aprobado por los diputados no aplique. El ejecutivo recurrirá a una controversia, continuará ejerciendo los recursos del estado con base a las leyes anteriores y la cámara de diputados debatirá en tribunales.
La respuesta a esta controversia, según refieren algunos abogados consultados, podría llegar pasada la primera mitad del 2023, cuando la mayor parte del presupuesto haya sido ejercida y por ende, el resolutivo del juez, en caso de ser favorable a los diputados, no pueda ser aplicado. Item más: en ese momento es probable que Cuauhtémoc Blanco ya no esté al frente del gobierno de Morelos, porque estaría haciendo campaña electoral en la Ciudad de México.
Lo sustancial de este debate está en lo mediático, en los efectos sociales y políticos de lo aprobado y en la forma como se cuente la historia. Hasta el momento la narrativa es contraria al poder legislativo porque en medio del discurso de honestidad, equidad y compromiso social ha quedado evidenciado que los diputados se agandallaron cien millones de pesos más para ellos, que enfocaron la mayor parte de los recursos a cuatro municipios y dejaron descobijados a la mayoría de los ayuntamientos.
Fueron los propios presidentes municipales quienes hace unos días alzaron la voz contra lo aprobado en la cámara de diputados, alegaron que los legisladores favorecieron solo a cuatro municipios y dejaron en la indefensión a los otros 32. Esta denuncia se suma a la narrativa que se ha apoderado del imaginario colectivo y contrasta con el silencio o la incapacidad de comunicar de la cámara de diputados.
Personalmente no he tenido acceso al paquete económico que fue aprobado recientemente por el congreso, casi nadie lo tiene, pero aún sin dar por ciertas todas las acusaciones que se han vertido en contra de los legisladores por lo que hicieron, en la discusión pública los han apabullado y se han colocado dos ideas claves por encima de cualquier dicho de los representantes populares: se aumentaron su presupuesto y favorecieron solo a sus alcaldes.
Sin menoscabo de lo que ideológicamente defienden los diputados, en la praxis van perdiendo y ello va con cargo directo a su imagen como representantes populares. Esto es algo que no importa a personajes como Julio César Solís o Eliacib Polanco, porque sin liderazgo, ni representatividad alguna nada tienen que perder; caso contrario es en las figuras de Agustín Alonso, Francisco Sánchez, Alberto Sánchez y Luz Dary Quevedo, porque ellos si cuentan con capital político y futuro que perder.
Seamos claros: en la política actual el manejo de la narrativa es clave. Y justo ahí los diputados van perdiendo.
· posdata
Las cosas se siguen tensando al interior del ayuntamiento de Cuernavaca; el problema ya no es solo la falta de carácter del alcalde y la ineficiencia de la mayoría de sus funcionarios, ahora aparece la dura acusación de una regidora y las consecuencias que ello podría acarrear al interior del cuerpo edilicio.
Un punto frágil del gobierno de José Luis Urióstegui está en lo político: el abogado/edil no es político, no tiene experiencia en administración pública, ni liderazgo al interior de su cabildo. Peor: el encargado del tema es el secretario de gobierno Carlos de la Rosa y su personalidad beligerante más que ayudar al presidente, lo confronta permanentemente con los regidores.
Los dichos de la regidora Patricia Torres no son poca cosa, como tampoco lo serán las denuncias que interpondrá contra el ayuntamiento y contra el regidor Fernando Carrillo; para la institución representa un frente más de ataque, una razón más de desgaste y un punto que puede complicar la endeble mayoría. Para el regidor panista la historia tampoco será fácil, porque si la demanda procede el panista puede quedar imposibilitado en el futuro para ocupar otro cargo público o puesto de elección popular.
El enojo de la regidora no es casual, porque aunque se trata de una dama de muy difícil trato y trayectoria con claroscuros, su descontento tiene que ver precisamente con el descuido político y la protección personal que el alcalde brinda al grupo de los hermanos Martínez Terrazas.
Mal y de malas en el ayuntamiento de Cuernavaca.
· nota
Esto es lo que dicen los alcaldes respecto al presupuesto 2023 aprobado por quince diputados del Congreso de Morelos:
“La asignación de recursos no se hizo de manera equitativa; es injusta y discriminatoria… Aún tienen tiempo hasta el 15 de diciembre para corregir las cosas, ya qué hay municipios a los que apenas les asignaron 700 mil pesos, como Tetecala, lo que no alcanzan ni para una obra de pavimentación… De mayor a menor, Cuernavaca, Yautepec y Yecapixtla concentran el 67 por ciento de los 543 millones de pesos asignados, a nuestro parecer de manera discriminatoria. De esta forma Cuernavaca en este fondo de infraestructura municipal tiene 138 millones de pesos para obras; Yautepec 107 millones y Yecapixtla 97 millones; sumados a las acciones de fomento municipal nos dan un total para Cuernavaca de 147 millones… Lo lamentable del caso es que desafortunadamente no se hizo de manera justa y equitativa, porque no hubo consenso y ninguno de nosotros como alcaldes fuimos tomados en cuenta para que se escucharan las necesidades prioritarias y urgentes de cada uno de los municipios a los cuales nosotros hoy representamos"
· post it
El 2023 podría ser el año más violento en la historia del estado, informa el centro de investigación Morelos Rinde Cuentas.
Y eso que las autoridades dicen que vamos muy bien.
· redes sociales
Al vicario de la diócesis de Cuernavaca Tomás Toral le gusta mucho hablar de política, al parecer más que hablar de la fe cristiana.
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