Secreto a voces - Pablo González Casanova
En opinión de Rafael Alfaro Izarraraz
Apenas la semana pasada Pablo González Casanova cumplió cien años de vida dedicada a la academia, como científico social de la UNAM, con un amplia trayectoria en los movimientos sociales latinoamericanos y de nuestro país y, por supuesto, con una amplia producción de obras que hacen referencia a la vida social y política de México. Entre ellas la lectura clásica para quienes han formado parte de la Máxima Casa de Estudios del país, la UNAM: La Democracia en México, publicada en 1965. Que representó un acontecimiento porque fue el primer análisis marxista sobre el sistema político mexicano (L. Meyer citado por Torres Guillén, ver: Jaime Torres Guillén: Dialéctica de la imaginación, de acuerdo a Julio Labastida Martín del Campo).
Nacido en Toluca un 11 de febrero de 1922, el comandante, Doctor, Profesor, Científico Social o como se le llame a quien es parte de una generación de científicos sociales surgidos de la academia latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Junto con otros como Rodolfo Kusch (Argentina-El Pensamiento Situado); Aníbal Quijano (Perú-La Colonialidad del Poder); Enrique Dussel (Argentina-México-La Filosofía de la Liberación); Paulo Freire (Brasil-Pedagogía del Oprimido), Leonardo Boff (Brasil- La Teología de la Liberación), entre otros, crearon un saber refundador de Latinoamérica y de la sociología de esta su región.
Las condiciones económicas, políticas, sociales, culturales, internacionales y religiosas del México actual, por supuesto que han cambiado con respecto a la obra ya referida. Sin embargo, la obra del también comandante (así llamado por los zapatistas del EZLN lo que ha demostrado sus afinidades a dicha corriente), escrita en los albores de la segunda mitad del siglo XX sigue siendo una referencia para cualquier persona que desee conocer la vida del México actual. La Democracia en México es un eslabón cuyo conocimiento es indispensable para comprender nuestro presente. En general su obra se concentra en crear nuevos enfoques epistémico-metodológicos para comprender México y América Latina desde las ciencias sociales (Jaime Torres Guillén: La imaginación sociológica de Pablo González Casanova, en Scielo)
Casanova nos refiere al México de la época postrevolucionaria inspirada en la idea de desarrollo derivada del ideal liberal de progreso que constituyó el hilo conductor de la transformación de México, el país del Partido Único (el PRI), cuya referencia sociológica, establece, fue un pacto que tuvo lugar después de la revolución y construido por grupos de la burguesía nacionalista, progresista. La revolución mexicana estuvo precedida de una cultura de poder influenciada por las tradiciones euroamericanas (la división de poderes) cuyo precedente fue la Constitución de 1924 y de 1857, actualizada por poderes institucionales y fácticos que surgieron de la revolución de 1910-1920.
En parte La Democracia en México es una imagen relativamente fiel de lo que era el México antes de las políticas neoliberales. Expone, en su estructura política, la inexistencia de la División de Poderes, el poder Presidencial y su reproducción a nivel estatal y el poder que tenía sobre los gobernadores y de éstos sobre los presidentes municipales. El municipio libre y la autonomía estatal se diluyen ante el poder del presupuesto en manos del Ejecutivo civil que se consolidó luego de la pérdida de centralidad del Ejército. Es decir, una estructura política que se explica por ser una nación que apenas había superado una etapa anclada en una sociedad semifeudal. Hay una visión de González Casanova influenciada por una visión lineal del desarrollo y la historia que tiene que ver con la filosofía marxista que profesa, entendible en el contexto en que escribe su obra.
Los tradicionales cacicazgos no pudieron subsistir a la agenda industrial con importante influencia norteamericana vía empresas extranjeras que lideraron las inversiones y sectores importantes de la economía, en donde el papel del Estado mexicano llegó a representar la mitad del capital y las inversiones. El Estado empresario, de acuerdo a Casanova, entendido como aquel que cumple la función de cubrir a cubrir los espacios de la economía hacia donde el capital privado no le interesa porque la rentabilidad es baja. El Estado es visto como un contrapeso a las desigualdades sociales que la lógica del capital imprime, pero que no obstante, no cumple por tratarse de una nación que existe a la sombra de EU.
En la parte de la estructura social, González Casanova refiere la existencia de marginalismo social y subraya la presencia de un colonialismo interno igualmente crítico en la lógica de otros pensadores de su época, aunque un poco distinto a las ideas que desarrollaron algunos otros sociólogos latinoamericanistas como Anibal Quijano y Dussel quienes piensan en un colonialismo cultural occidental que la independencia dejó pendiente. Creo que el profesor Pablo González enfatiza más el colonialismo interno, que existe, pero que no encaja en el debate posterior propuesto por Dussel y Quijano. Tampoco observo puntos de debate posteriores en este punto. Todavía en este momento no se encuentran suficientemente desarrolladas las teorías decoloniales, algo que debe considerarse.
El proyecto capitalista nacional logró enraizarse debido a un ambiente de esperanza que despertó debido a los cambios que generó la revolución como la redistribución de la población en los diversos segmentos de las clases altas, medias y de bajas hacia arriba. La transformación de la estructura agraria de México ocurrida mediante el reparto de tierras, la urbanización, la migración hacia las ciudades, de regiones menos prósperas hacia otras con mejores expectativas, el traslado de empleos precarios a otros donde los ingresos son mejores, la migración hacia los EU, la educación como un medio de ascender en la escala social, los niveles de crecimiento logrados en la posguerra.
Con respecto al colonialismo interno, González habla de la discriminación, del alineamiento racial-cultural, de la mano de un tipo de cohabitación en un mismo espacio entre la población originaria dependiente de una agricultura de subsistencia y los mestizos (ladinos, les llama Casanova) cruzada por relaciones asimétricas a favor de los mestizos asentados en metrópolis locales donde el ascenso social tiene en la migración hacia la ciudad a su contraparte. Descubre en la periferia social la existencia de segmentos sociales no organizados y que viven calladamente su condición en espera de una movimiento telúrico que les permita expresarse, aunque lo hagan de momento a través de gestores, intermediarios, abogados, etc.
Concluye en la necesidad de profundizar la democracia como un camino mediante el cual se crearán condiciones propicias para arribar a una sociedad igualitaria, tarea que no descarta la participación de fuerzas progresistas.